El PSOE se ha fijado un objetivo: robar votos a Sumar. Pero fuentes socialistas admiten, en conversación con este diario, que el temor de sus cálculos electorales es que la abstención se imponga entre los electores de su izquierda y no puedan llegar al umbral del 35% de los sufragios que se han puesto como meta. Hace tiempo que en Ferraz viven con preocupación la vida interna de sus socios. Las fuentes consultadas sostienen que sus aliados tienen importantes cuestiones internas que resolver, como superar sus odios y vetos cruzados, que les mantienen en niveles de aprobación muy bajos. Lo cierto es que los socialistas dan por amortizada a Yolanda Díaz. Y en Moncloa ya circulan cábalas sobre el fututo de su izquierda.
En verdad, esta incertidumbre preocupará en el PSOE "en el momento en el que se celebren elecciones". Pero la apuesta de la dirección está clara: le tocará a Izquierda Unida y a Podemos recomponer las costuras de un espectro político roto por la falta de acierto de la vicepresidenta segunda. Sumar, en efecto, no lo tiene nada fácil. Es más, la apuesta de la gran casa de la izquierda española es que este partido va camino de morir. Díaz ha perdido su toda fuerza política en el Gobierno. Casi nadie en Moncloa la tiene en consideración. La vicepresidenta segunda ha perdido todo el peso que llegó a tener. La integrante de Sumar ha pasado en menos de tres años de arrastrar todas las miradas a pasear sola en el Congreso, sin apenas prensa acompañándola.
En el PSOE siguen viendo con malos ojos que Yolanda Díaz cortara con Podemos. Fuentes socialistas de alto nivel, zanjan: "Yolanda concluyó del resultado a las europeas que sería bueno reanudar las conversaciones con ellos. Izquierda Unida hace ya tiempo que cree que es malo que Podemos y Sumar se presenten por separado. Desde la estrategia política está claro que es necesario juntarlas". Pero como los socialistas no se fían del desempeño de Díaz como líder, han decidido dar un giro político reconocible hacia la izquierda. Buena muestra de ello es la conmemoración de los cincuenta años de la muerte de Francisco Franco. En el PSOE saben que a la izquierda española le gusta el debate sobre el dictador y es un marco político que la une entorno a quien sujeta la bandera. De ese cálculo surge el ciclo de actos de "España en libertad" que Moncloa desplegará durante este año.
Cabe recordar que Sumar está en su momento de mayor debilidad. Y eso solo significa una cosa: que el único de los aliados del Gobierno con incentivos para una llamada a las urnas es Podemos. Por eso, como ya avanzó este diario, en Moncloa atribuyen a Pablo Iglesias un plan para impedir que haya presupuestos y precipitar, de esa manera, una posible convocatoria de elecciones. Ante ese escenario, atrás quedaron los tiempos en que el PSOE impulsaba a Yolanda Díaz. Entonces, antes de las elecciones del 23-J de 2023, era una cuestión de necesidad. Pero ahora, el experimento se ha demostrado fallido a ojos del presidente del Gobierno.
Las grandes casas de encuestas coinciden en señalar que hoy por hoy, la suma de PP y Vox tiene a tiro sumar una mayoría suficiente para una investidura. En este contexto, parece poco probable que Sánchez se anime a disolver las cortes y apretar el botón de la convocatoria de elecciones. Él mismo ha reiterado en varias ocasiones que su intención es avanzar en la Legislatura, con o sin Presupuestos y pese a los obstáculos en el Congreso para sacar adelante algunos proyectos legislativos. Los socialistas se hicieron con el 31,7% de los votos el 23-J. Y Sumar con el 12,3%. Pero el descenso de ambos partidos desde entonces es notorio, especialmente el de Sumar.
La reputación de la coalición está bajo mínimos. Y los electores de izquierdas son especialmente sensibles tanto a las tramas de corrupción de los suyos, como a los escándalos sexuales que conlleven violencia machista. Las fuentes consultadas en el Gobierno no dudan en admitir el golpe de este tipo de noticias a las expectativas electorales tanto del PSOE como de Sumar. Sobre todo, porque desmoviliza a los votantes de ambos partidos. La desilusión suele conducir a la abstención, como recoge una amplia literatura en ciencia política.
Ferraz aprovechará la renovación territorial de sus direcciones y candidaturas. Sánchez quiere situar a sus afines en aquellas comunidades clave para retener la Moncloa. Por eso se ha preparado el desembarco de varios ministros a los que se les ha dado batuta de mando en sus respectivas federaciones (o se les quiere dar). Óscar López en Madrid, Diana Morant en Valencia, Pilar Alegría en Aragón y Ángel Víctor Torres en Canarias, por el momento. A falta de saber qué ocurre en Andalucía, donde la vicepresidenta primera tiene muchas opciones de recalar para enterrar a Juan Espadas.
esnalar
03/01/2025 10:29
El PSOE lo que va a ganar es un disgusto.. Y pasará al ostracismo social en el momento que se comiencen a bajar la reata de impuestos que lacran la economía familiar. ¿O me vais a decir que la subida de impuestos ha mejorado el funcionamiento de Renfe?