El Mando de Canarias ha iniciado este noviembre nuevas medidas de acondicionamiento del Campo Nacional de Maniobras y Tiro de Pájara (CMT) en la isla de Fuerteventura y con una superficie de 4.205 hectáreas y en un periodo en el que comienzan a sobrevolar las aves migratorias que van rumbo a África desde Europa. El Batallón de Zapadores de la Brigada Canarias (XVI) ha iniciado obras de reparación y acondicionamiento de viales en el CMT Pájara a fin de mejorar la seguridad en los desplazamientos de vehículos y reducir el impacto medioambiental de forma proactiva siguiendo la metodología de la red Natura 2000 aunque no forme parte de ella.
Para reducir el impacto, a modo de ejemplo, las piezas de artillería y vehículos se mueven en helicópteros, medida que se emplea para tareas de adiestramiento en aerotransporte de personal y material en ejercicios de fuego real. Y todo esto en una isla como Fuerteventura donde sus autoridades civiles no han logrado evitar la llegada de turistas a zonas prohibidas como la cima de la montaña de Tindaya, cargada de restos prehispánicos.
Es una de las zonas más protegidas de las islas y proporciona a Fuerteventura estabilidad en la compra de servicios a la par que protege un suelo que dentro de algunas generaciones será clave para el desarrollo del turismo. Sus condiciones permiten al Ejército de Tierra tener en España una zona que se asemeja a Oriente Próximo o Mali para poder ensayar entrenamientos y salvar vidas en destino cuando se desarrollan misiones de paz. El espacio de entrenamiento de las fuerzas que en las isla dirige el teniente general Julio Salom se emplean para la diplomacia de defensa dado que países del entorno como Mauritania este mismo mes de noviembre de 2024 han estado en Fuerteventura fortaleciendo formación para fortalecer la seguridad regional en África occidental.
La zona está declarada se prioritaria para los intereses de la Defensa Nacional desde 2012 y eso permite que las fuerzas en las islas no tengan que trasladarse a la Península para su entrenamiento con el consiguiente ahorro logístico. Esta macroárea cuenta con un protocolo permanente de descontaminación de manera que la presencia de restos de entrenamiento están delimitados y su recogida es inmediata para evitar daños sobre la vegetación costera integrada por plantas adaptadas al fuerte viento marino y a la elevada salinidad. Es especialmente destacable la presencia del chaparro canario (endemismo de Fuerteventura y Gran Canaria), que tiene dentro de los límites del campo militar su mayor población conocida a nivel mundial. En los barrancos crecen tarajales y los únicos balos de Fuerteventura. En cuanto a la fauna, en el campo existen al menos 43 especies; cifra que aumenta con la aparición de aves migratorias durante las épocas de paso e invernada.
Las restricciones de acceso al Campo Nacional de Maniobras y Tiro de Pájara permite la conservación de 91 especies de plantas vasculares aunque en el área de Vigocho se han encontrado 115, es decir, el 15% de las aproximadamente 750 especies citadas en la zona centro occidental de la isla, un espacio árido entre las montañas del macizo de Betancuria y la península de Jandía, en el municipio de Pájara. La presencia de fuerzas en este territorio se remonta a cuando la salida de las tropas españolas del Sáhara en 1975 del Tercio Don Juan de Austria de la Legión. El Ejército de Tierra compró ese suelo en 1976 y que representa el 10,50 % del suelo de Pájara y el 2,43 % del insular entre el barranco de Garcey al norte y el de Ugánal sur y una amplia franja costera marítima de 7.027,50 hectáreas situada entre el lomo del Gavioto y el barranco de Terife, de las que unas 500 hectáreas son terrestres.