El peor de los escenarios para el PSOE: elección de un secretario general con el voto militante el próximo 13 de julio, congreso extraordinario dos semanas después con la formación de una ejecutiva cocinada por las federaciones al estilo tradicional y designación en noviembre, mediante primarias abiertas a los simpatizantes, de un candidato a las legislativas distinto o enfrentado al secretario general elegido cuatro meses antes. Después, nuevo congreso extraordinario…y vuelta a empezar desde cero. No es, ni mucho menos, una posibilidad remota e, incluso, se pueden poner nombres y apellidos: secretario general, Eduardo Madina y vencedora de las primarias, Carmen Chacón. Hay algunas combinaciones más y todas conducen al mismo abismo: una larga travesía del desierto con liderazgo efímero, como teme el expresidente Felipe González, y un Partido Socialista en vías de extinción.
Los socialistas pueden verse condenados a una bicefalia que prolongue su crisis durante todo el ciclo electoral
Este mapa de maniobras está siendo examinado con lupa por la dirección del PP y también por los asesores de Mariano Rajoy en La Moncloa. Hace dos meses, antes de las pasadas elecciones europeas, un alto cargo del Gobierno presumía de una conversación que acababa de mantener con el presidente sobre el calendario electoral y de la coincidencia que en ella había surgido entre ambos: tenían claro que lo conveniente era agotar al máximo la legislatura y no celebrar las legislativas hasta diciembre de 2015.
Sin embargo, ahora están surgiendo opiniones y análisis nuevos en las inmediaciones del presidente. Pedro Arriola, sociólogo de cabecera de Rajoy, escudriña provincia a provincia la foto electoral que dejó las europeas. La conclusión es preocupante en muchos territorios, no solo en Madrid y la comunidad valenciana. Y la tentación de adelantar las elecciones generales aprovechando la revuelta interna en el PSOE va a ir en aumento, según fuentes del PP.
Una oportunidad que no puede perderse
La mayoría de las apuestas, tanto en el Gobierno como en la dirección del partido, se decantan por hacer coincidir las generales con las municipales y autonómicas de mayo. Dentro de 11 meses, es muy probable que el Partido Socialista aún no haya salido del túnel, su liderazgo siga oliendo a vacío de poder interno y la mordida de Podemos haya aumentado de proporción y le haya aspirado más espacio electoral en toda España. Ante este panorama y sin nadie enfrente, ¿por qué tendría que dejar pasar el PP esta gran oportunidad?, se pregunta uno de sus altos cargos.
Pedro Arriola es partidario de aprovechar en su momento el desorden en el PSOE para anticipar las elecciones
Este examen, confirman fuentes del partido, no podrá completarse hasta que no se mida en el primer trimestre del año que viene el impacto electoral de la primera fase de la reforma fiscal y se evalúe también el ritmo en la creación de empleo. Se trata de dos aspectos clave para poder recuperar el voto que ha ido a la abstención. Arriola considera que de los 6,5 millones de votos perdidos por el PP desde las legislativas de 2011 hasta las europeas de mayo, salvando los perfiles tan diferentes de ambas convocatorias, casi un 80% se han quedado en casa y no han viajado a otras formaciones. Justo lo contrario del vendaval sufrido por los socialistas, con el frente de Podemos en plena efervescencia. El sociólogo ha trasladado “a quien tiene que hacerlo” que esta ventaja debe ser aprovechada y a dicha sugerencia van a responder, aseguran en el PP, muchas de las decisiones, de Gobierno y de partido, que se anuncien a la vuelta de las vacaciones, en el arranque del nuevo curso político. Hasta el congreso extraordinario del PSOE, todos quietos.