España y Portugal estrechan sus lazos. El Rey Felipe VI, el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, y el primer ministro luso, António Costa, han protagonizado este miércoles en Badajoz un acto con el que han simbolizado la reapertura de las fronteras entre sus países tras permanecer cerradas desde el pasado 17 de marzo a consecuencia de la pandemia de coronavirus.
La trascendencia que supone la vuelta a la normalidad transfronteriza se ha querido poner de manifiesto con esta cita de los dos jefes de Estado y los dos presidentes de Gobierno y con un acto doble, primero en Badajoz y después en la localidad portuguesa de Elvas.
La Alcazaba de Badajoz ha sido el escenario del primer acto y donde las autoridades regionales y locales, encabezadas por el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, han recibido a los jefes de Estado y de Gobierno.
El primero en llegar ha sido Sánchez, y más tarde lo ha hecho el rey, quienes minutos después han recibido a Rebelo de Sousa y Costa. Un cuarteto de la Orquesta de Extremadura ha interpretado los himnos nacionales de los dos países, momento en el que todos ellos, al aire libre, se han despojado de las mascarillas de protección
Se las han vuelto a colocar para dar un paseo posterior sobre la muralla de la Alcazaba y desde la que han divisado territorio portugués. Tras una foto de familia, ha habido una reunión informal de los protagonistas del acto antes de desplazarse al castillo de la localidad lusa de Elvas.
Allí habrá un acto similar al de Badajoz y con el que se completará la reapertura simbólica de la frontera entre los dos países. Una frontera que recobra la normalidad diez días después del resto de las que permanecieron cerradas dentro del espacio Schengen y una vez superado el estado de alarma en España aunque se suceden algunos rebrotes de contagio.
La situación sigue siendo preocupante en Portugal. Después de haber sido uno de los países europeos que han tenido más controlado el virus, los datos certifican su expansión en algunas zonas como el cinturón metropolitano de Lisboa, y en apenas unas semanas ha pasado a ser el segundo país de Europa en número de contagios por habitante y sólo superado por Suecia.