El conseller de Cultura, Ferran Mascarell, ha calificado este domingo a España como una "anomalía histórica" que desde 1714 está perdida en su "propio laberinto", con un modelo "autoritario y jerárquico", a su juicio, que niega los derechos democráticos a los catalanes. Mascarell, que ha pronunciado una conferencia sobre la Diada en el castillo-monasterio de Sant Miquel d'Escornalbou (Tarragona), ha asegurado que esta "anomalía histórica" se remonta a 1714, tras la derrota de Cataluña en la guerra de Sucesión, y ha apuntado que se podría resolver ahora, con la independencia de Cataluña.
El conseller ha lamentado que España nunca haya tratado de redimir el "pecado original" que supone haberse configurado cuando el absolutismo derrotó en 1714 al modelo de "republicanismo monárquico" que encabezaba Cataluña, que se situaba en la "antesala de las naciones/estado que Europa vio despuntar en las décadas posteriores". Según Mascarell, desde la derrota de 1714, España se consolidó "en manos de una élite alejada del pactismo, con un espíritu autoritario y jerárquico, sin más objetivo que construir un Estado único, unificado, centralizado, radial, jerárquico, que unificara en una sola nación de matriz castellana todo lo que respiraba bajo sus dominios".
"Propietarios de la soberanía de los catalanes"
Transcurridos 300 años, el titular de Cultura considera que la "anomalía continúa vigente", ya que España está configurada por un "conjunto de instituciones estatales perdidas en su propio laberinto -ha dicho- incapaces de pensar en los intereses de los ciudadanos y que se consideran propietarias de la soberanía de los catalanes".
Ante esta situación, Mascarell ha defendido la creación de un Estado propio para Cataluña y ha pedido a los europeos y a los ciudadanos del resto de España que sean conscientes de que la independencia de Cataluña también permitiría resolver "el problema español de siempre".
"El proyecto catalán es el camino para dar estabilidad y progreso en el sur de Europa", ha exclamado Mascarell, que ha remarcado que el nuevo Estado catalán favorecería la posibilidad de un "renovado iberismo", con una alianza entre Cataluña, España y Portugal. Según Mascarell, en Cataluña se ha llegado a la conclusión de que la mejor salida es un Estado propio, al comprobar que España "ha tratado a la nación de los catalanes como subsidiaria y contributiva".
"Los catalanes entendemos definitivamente que el Estado (español) es de parte y no de todos. Es autoritario y es jerárquico, y todavía niega los derechos democráticos de los catalanes", ha indicado.
A su juicio, sólo se pueden oponer a la creación del Estado catalán "los autoritarios, los jerárquicos y los predemócratas o los que confunden España con su finca particular".