España

Mas desprecia a Fainé y a la gran empresa catalana: “Su influencia para frenar la independencia es nula”

Desconoce todavía si dispondrá de la mayoría necesaria para proseguir su huida hacia delante, pero Artur Mas está convencido de que “ni Isidre Fainé ni la gran empresa catalana” influyen en contra del proceso hacia la independencia.

  • El presidente de Caixabank, Isidro Fainé, junto al presidente de la Generalitat.

La cordialidad con la que Artur Mas se desenvuelve cuando habla en privado con el presidente de Caixabank, Isidre Fainé, y con otros referentes importantes del gran capitalismo catalán, se torna en desprecio hacia ellos cuando en privado aborda a sus espaldas con dirigentes de Convergencia de su confianza en el papel que, a su juicio, están desempeñando en el proceso soberanista. Un alto dirigente independentista ha escuchado decir al presidente de la Generalitat recientemente y en tono altivo: "Nos movemos entre empresarios veleta, su influencia para frenar la independencia es nula".

"Nos movemos entre empresarios veleta", afirma en privado el presidente de la Generalitat

Mas desconoce todavía si el próximo domingo 27 dispondrá de la mayoría necesaria para seguir conduciendo por su ruta soberanista, pero habla con desdén de los principales representantes del capitalismo catalán y resta importancia al pobre acompañamiento que ha tenido de su parte en la gestión del proceso. "Nuestros grandes empresarios están acostumbrados a decir en Madrid, cuando hablan con el Gobierno, lo contrario de lo que nos dicen a nosotros aquí, pues han seguido el ejemplo de lo que hicieron sus homólogos vascos en el pasado. Es un tema que no me preocupa", ha comentado Mas a un veterano parlamentario de Convergencia.

La indiferencia con la que el jefe del Gobierno catalán habla de algunos de los grandes empresarios que contribuyen a sostener la actividad económica en Cataluña procede, según estos interlocutores, del escaso ascendiente que tienen sobre la población y también de su incapacidad para llegar a moderar la deriva política catalana, un problema que, en opinión de estas fuentes, puede ser grave cuando llegue el momento de desmovilizar, por las razones que sea, a los diferentes sectores sociales que han escoltado el plan secesionista de Mas y que lo han hecho patente tanto en las sucesivas Diadas como en el fallido referéndum de noviembre pasado, en el que Convergencia sigue defendiendo que participaron más de dos millones de ciudadanos.

El recurso interesado a Madrid

Los dirigentes de Convergencia más próximos a Mas coinciden en que tanto Fainé como los grandes empresarios catalanes han apostado por una praxis que a ellos les ha sido muy útil, consistente en "recurrir al Gobierno del PP cuando sus entidades o sus empresas han tenido problemas", manteniendo una neutralidad aparente, "en cualquier caso silenciosa", ante el debate público en Cataluña.

Mas critica a los grandes empresarios por tener un doble lenguaje en Barcelona y en Madrid

Fuentes de Caixabank son extraordinariamente prudentes sobre la postura que exhibe en privado el presidente de la Generalitat. "La Caixa nació en 1904 y ha vivido la Semana Trágica de Barcelona, la dictadura de Primo de Rivera, la etapa de Franco…Siempre ha estado al servicio de sus clientes y de sus accionistas y nunca se ha pronunciado políticamente. Nuestra regla de oro es actuar con prudencia y con sentido de la proporción y es lo que vamos a seguir haciendo", explican.

En un saco parecido introducen también Mas y sus partidarios al presidente de CEOE, Juan Rosell, tan tibio y tardío en sus críticas al desafío soberanista como la patronal Fomento del Trabajo. "Rosell solo ha querido quedar bien con Rajoy y su Gobierno, pero es plenamente consciente de que ni él ni las empresas a las que representa tampoco influyen nada en Cataluña y, aunque quisieran hacerlo, ya no podrían porque el equilibrio de fuerzas lo hace imposible", ha relatado Mas estos días a quienes se han interesado por su opinión sobre los diferentes frentes empresariales que se han formado para retratarse en la carrera hacia el 27-S ante la Generalitat y también ante el Ejecutivo central.

Según algunos intérpretes de Mas, la displicencia con la que observa la pobre complicidad de la gran empresa catalana con el objetivo de lograr un Estado independiente tiene que ver, aunque sea una forma de consolarse, con la experiencia histórica de Francesc Cambó y la Liga Regionalista, pues su vinculación al mundo del dinero acabó, en parte, facilitando que la hegemonía nacionalista pasara a manos de los republicanos en la época de la Segunda República y, finalmente, llegada la Guerra Civil, dinamitando el partido.

"Rosell solo ha querido quedar bien con Rajoy", dice Mas del presidente de CEOE

Quienes dentro de Unió han seguido con atención la carrera política de Mas ven estos argumentos muy endebles, pues consideran que "si hubiera estado en sus manos, habría recibido con los brazos abiertos, más quisiera él, un apoyo explícito de los Fainé, los Valls, los Oliú…" y de todos los empresarios, en suma, que han templado o silenciado sus pronunciamientos mucho más de lo que lo hizo el ya fallecido José Manuel Lara o de cómo lo ha hecho José Luis Bonet, de Freixenet, a riesgo de sufrir un boicot a sus negocios dentro de una sociedad, la catalana, que en parte se siente secuestrada por quienes trabajan a favor de la independencia.

Como sucedáneo y con cierto alivio escénico, Mas sí ha contado en su agenda con organizaciones como Pimec, Cecot y FemCat, favorables a sus intereses y, según Convergencia, más rentables que el gran capital a la hora de arañar votos a favor de la causa. En breve, habrá nuevos pronunciamientos por parte de los dos bandos.

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