A los Gobiernos europeos y sus servicios de información les preocupa la captación de inmigrantes musulmanes y sus descendientes por radicales que les convierten en yihadistas. Uno de estos musulmanes convertido en terrorista fue el marroquí Redouan Bensbih, nacido en Tánger hace 26 años y afincado en Vizcaya, donde trabajó ocasionalmente como albañil. En los ambientes marginales en que se movía, le captó una red de terroristas islamistas, que en el verano de 2013 le trasladó a Siria a través de Turquía.
Redouan Bensbih formó parte de Sham al Islam, un grupo formado por ciudadanos marroquíes que está encuadrado dentro del Frente Jabhat al Nusra, una de las franquicias de Al Qaeda en Siria, y falleció, según informó la agencia VascoPress, por el disparo de un francotirador cerca de la ciudad de Latakia.
Sin embargo, la muerte de Redouan Bensbih no sólo prueba la existencia de una quinta columna islamista creciente en Europa, sino la incompetencia de las instituciones públicas. Según publicó el diario El Correo (28-6-2014), este yihadista vizcaíno cobró 836 euros mensuales durante cinco años abonados por el Servicio Vasco de Empleo (Lanbide), dada su situación de desempleo.
Se trata de la Renta de Garantía de Inserción, que se paga a personas que no dispongan de ingresos procedentes del trabajo, cuando su nivel mensual de recursos no alcance el importe de la Renta Básica para la Inclusión. Entre los requisitos, para obtenerla basta estar empadronado y con residencia efectiva ininterrumpida en el País Vasco los tres años anteriores.
En 2013, el Gobierno autonómico desembolsó por la RGI y el complemento de vivienda (62.695 familias perceptoras en diciembre de ese año) 435 millones de euros, cuando la prórroga presupuestaria tenía establecida la cantidad de 322 millones. Es decir, hubo un desfase de 113 millones
Aunque esta RGI ayuda a muchas personas en paro a sobrevivir, también ha habido vividores que se han aprovechado de ellas. En 2012, el Gobierno vasco suprimió el subsidio, por vivir fuera de la comunidad vasca, a 2.000 personas que cobraban la ayuda residiendo en otras regiones españolas o incluso en el extranjero.
Una banda cobraba el dinero del muerto
Pero no concluye aquí el escándalo de que el Gobierno vasco financiase a un terrorista islámico, encima cuando había salido de la comunidad vasca. La información de El Correo añade que las instituciones siguieron ingresando los 836 euros mensualmente en la cuenta corriente de Redouan Bensbih cuando éste ya había muerto. El último ingreso se produjo en junio.
El Departamento de Interior del Gobierno vasco comunicó el 3 de julio que había detenido a dos personas de origen árabe por cobrar indebidamente los subsidios que seguía recibiendo el yihadista muerto. A mediados de junio se detuvo a otro joven árabe que tenía en su poder una libreta bancaria a nombre de Redouan Bensbih, del que se comprobó su muerte como carne de cañón en Siria. Otros tres varones árabes, también involucrados en la trama, se encuentran en estos momentos desaparecidos.
Esta banda se había organizado para continuar percibiendo el dinero de las ayudas sociales, una parte del cual remitían después a Marruecos. Lo asombroso es que este escándalo apenas se ha difundido al sur de Pancorbo.