España

Los afectados por la DANA en Valencia ya viven el 'síndrome del volcán' y el apagón informativo

63 días después de la catástrofe y con la desaparición del efecto influencer, ya no se ven imágenes de los lugares más perjudicados

  • Imagen de archivo de un grupo de militares en la limpieza de Paiporta -

Hace un tiempo, los influencers llenaban sus feeds con fotos de actividades voluntarias en Valencia, convirtiendo el sufrimiento de los valencianos en una tendencia que generaba likes y titulares. Pero esa "moda solidaria" se apagó tan rápido como llegó. Las redes sociales y los medios, siempre hambrientos de novedades, dejaron atrás estas iniciativas, y con ellas, el foco en los problemas reales de la gente. Lo que parecía una ola de conciencia terminó siendo un gesto efímero, olvidado en el torbellino de noticias virales. Hoy, el dolor de los valencianos sigue ahí, pero ya no genera clics ni atención.

El 29 de octubre ya es una fecha que ha dejado marca en cualquier valenciano. Un mes después de la catástrofe, el número de voluntarios activos se redujo aproximadamente a 100 personas, muy por debajo de las previsiones iniciales de la Generalitat Valenciana, que esperaba contar con al menos 500 voluntarios diarios durante el puente de diciembre.

Estas navidades y como era de esperar ha habido una caída en afluencia de voluntarios, el cansancio emocional, la falta de organización sostenida y sobre todo la tendencia natural que no muchas veces justa a que la atención mediática y social se desplace hacia otras noticias se ha engrandecido y más aún en un periodo como este. Como consecuencia, las zonas más afectadas por la DANA se siguen enfrentado a un proceso de recuperación más lento y con menos apoyo directo, a pesar las necesidades urgentes que reclaman. Tras lo vivido con los coches apilados que arrastró y dejó la riada, hubo numerosos incendios ya que nadie se encargó de sacarlos a tiempo.

Las ayudas promovidas a día de hoy se centran en subvenciones de hasta 6.000 euros para la reposición de bienes esenciales, apoyo para el alquiler de viviendas para los desplazados, y exenciones fiscales en el IBI y el IAE para propiedades dañadas. Todavían faltan otras muchas ayudas que se centran en la necesidad de más fondos debido a la prórroga de los presupuestos regionales y aunque el objetivo es facilitar la vida de los afectados, la lentitud administrativa y la falta de acceso evidencian la necesidad de aumentar y agilizar todos loa apoyos posibles. 

Otros han decidido apoyar a Valencia entregando juguetes para todos los niños que no podrán disponer de ellos en estas fechas tan significativas, y aunque hay campañas todavía que dan visibilidad a estos actos, no se observa ni la mitad de la movilidad por parte de los que tienen poder en las redes sociales ni en los medios de comunicación que había antes o que tuvo lugar el fin de semana que sucedió la catástrofe. 

La situación en Valencia tras la DANA de 2024 parece encaminada a repetir lo ocurrido en La Palma tras la erupción del volcán. En Canarias, muchas familias, tres años después del desastre, siguen viviendo en contenedores y esperando unas ayudas que comenzaron con 15.000 euros por familia afectada y que llegaron tarde o no llegaron nunca, evidenciando un patrón de abandono conocido como "el síndrome del volcán". En Valencia, los retrasos en la entrega de apoyos y la incertidumbre sobre la reconstrucción reflejan el mismo riesgo de que la atención inicial se disipe y los afectados queden desamparados. Este paralelismo refleja la posibilidad de que, al igual que en Canarias, los afectados enfrenten dificultades prolongadas para recibir las ayudas necesarias y avanzar en la reconstrucción.

Contenedores de La PalmaContenedores de La Palma/La1

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