El Grupo GRECO de la Costa del Sol llevaba años detrás de Dagoberto V.L., un colombiano que actuaba de enlace entre los narcos de su país y los clanes históricos gallegos. Conocido en los bajos fondos como Dago su papel era clave para la introducción de droga por Barajas en España, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Después de meses de escuchas y vigilancias la Policía Nacional dio con su paradero, cerca del Centro Comercial Plenilunio en Madrid. Su detención fue digna de una película de acción: rompió la barrera de un parking e intentó atropellar a dos agentes. Consiguieron frenar su huida al disparar a las ruedas de su vehículo.
Las diligencias contra esta peligrosa organización criminal se completaron el pasado 18 de diciembre con la explotación del dispositivo policial. En el centro de las mismas estuvieron los agentes de la Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) del GRECO Costa del Sol. Después de años pudieron detener a ocho personas por tráfico de drogas y ponerlos a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Madrid.
En el epicentro de la trama se encontraba Dago, un hombre colombiano de 59 años con domicilio en Leganés. Esta persona ha sido objeto de numerosas investigaciones por parte de las unidades dedicadas al crimen organizado y el tráfico de drogas. Tenía antecedentes por conducir sin permiso, bajo los efectos del alcohol, por blanqueo de capitales y narcotráfico.
Dago ya fue objetivo de la UDYCO en 2019 aunque no fue detenido. Los agentes investigaron una organización colombiana cuyo objetivo era introducir en España unos 1.200 kilos de cocaína vía marítima. Ahora tenían una nueva oportunidad de 'cazarle'.
Dago tenía un "papel crucial"
Según el informe de la UDYCO, Dagoberto ejercía de enlace entre los jefes criminales de Sudamérica con los históricos narcotraficantes gallegos. "Un papel crucial", según las averiguaciones policiales. Llegó a viajar dos veces a Colombia para negociar algunas partidas.
Sin embargo, la detención de Dago se produjo gracias a una notificación de la policía francesa. Los agentes del GRECO Costa del Sol recibieron el pasado 1 de diciembre un informe en el que se explicaba que los compañeros galos habrían recibido una información de que este colombiano estaría preparando varias maletas de cocaína para introducirlas en el aeropuerto de Barajas.
Al recibir esta información, los investigadores se pusieron manos a la obra e intensificaron la vigilancia sobre este colombiano. De esta forma conocieron que Dago era el encargado de contactar con el personal del aeropuerto para captarles con el objetivo de obtener la droga que venía en vuelos con origen Ecuador.
El trabajo de campo de los investigadores fue crucial para poder certificar los pasos de este narco. Acreditaron reuniones en restaurantes a mediados de diciembre con individuos que estaban interesados en la droga. En más de una ocasión tuvieron que relajar la seguridad para no poner en riesgo las diligencias.
Los envíos de cocaína por Barajas
Gracias a estas labores pudieron identificar tanto a sus socios criminales como a las personas destinatarias de dicha mercancía. También pudieron aprehender el primer envío de droga que se realizó el 15 de diciembre en un vuelo de la compañía Air Europa procedente de Guayaquil (Ecuador).
Dentro de una maleta incautaron 22 bloques plastificados con el símbolo de un árbol de cocaína. Había en su interior un dispositivo de geolocalización así como de grabación de voz. Después de este primer envío se tuvo conocimiento de dos traslados similares en los próximos días.
El 18 de diciembre fue el día clave para la investigación. Después de varios encuentros, los agentes tuvieron conocimiento que Dago se iba a citar con un individuo en el Centro Comercial Plenilunio de Madrid. Los funcionarios decidieron actuar ante la orden de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Algunos de los agentes resultaron heridos ya que los implicados opusieron resistencia y propinaron puñetazos a los funcionarios. Sin embargo, la intervención más complicada fue la que consiguió el arresto de Dago. El colombiano se encontraba en el interior de un complejo hotelero a pocas calles del Plenilunio, donde se iba a efectuar la entrega de la droga.
1,53 millones de euros en droga
Su turismo estaba en el aparcamiento, conducía otro de los investigados, y los agentes se identificaron y le dieron el alto. A pesar de la orden el conductor decidió arrancar el coche y atropellar a las dos funcionarias que le iban a detener. Las policías esquivaron al coche, salvando sus vidas, y dispararon a las ruedas del vehículo para frenar su marcha.
El Citröen fracturó las barreras de acceso al aparcamiento y se golpeó contra uno de los muros hasta quedar inservible. El conductor del coche emprendió la huida a pie pero fue capturado por los agentes de Policía Nacional. Dago, en cambio, se quedó en el interior del turismo y fue detenido.
En la fase de instrucción ninguno de los implicados ha declarado, según informa a Vozpópuli Alfredo Arrien Paredes, el abogado de uno de los investigados que se encuentra en prisión provisional. Ahora, las diligencias van encaminadas en analizar los dispositivos móviles intervenidos.
Ese día, esta organización criminal buscaba introducir por Barajas 38 paquetes rectangulares de cocaína con un peso en bruto de 44 kilos. Este montante de droga arrojaría un valor en el mercado ilícito de 1,53 millones de euros. El objetivo de la banda era transportar la sustancia estupefaciente en vehículos con dobles fondos y repartirla tanto en España como en Francia y Bélgica.
