Pedro Sánchez confía de nuevo el Ministerio del Interior a Fernando Grande-Marlaska. Una decisión que se produce a pesar de los rumores de su salida del Gobierno de las últimas semanas. El mandato del magistrado no ha estado exento de polémica por las críticas que ha recibido en asuntos claves de seguridad como la gestión de la crisis migratoria, la actuación policial en las protestas de Ferraz o la condena judicial por la destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos.
El nombramiento de Marlaska en 2018 tuvo una buena acogida entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Su lucha contra ETA desde la Audiencia Nacional era un activo para los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Cinco años después la situación ha dado un giro radical y, desde diversas esferas, daban por hecho el relevo al frente del Ministerio del Interior. Un cambio que no se ha producido.
Margarita Robles, Antonio Hernando o Mercedes González eran los nombres que se habían barajado para sustituir a Marlaska. Pedro Sánchez ha vuelto a depositar la confianza en el juez que cuenta con múltiples fuegos que tendrá que apagar.
El más reciente son las críticas por las actuaciones policiales de la calle Ferraz. Unas intervenciones que han generado descontento entre una parte de la sociedad que denuncia la violencia que se ha empleado contra los ciudadanos. El uso de las pelotas de goma y los gases lacrimógenos han sido dos de los puntos que más polémicas han generado.
Las críticas de Marlaska por Ferraz
Las protestas frente a la sede del PSOE han ido perdiendo fuelle en las últimas semanas pero el dispositivo policial continuará para evitar que se reproduzcan las situaciones provocadas por los ultras. La cifra de detenidos en estas jornadas ya ha superado el medio centenar.
Uno de los señalados es el delegado del Gobierno en Madrid Francisco Martín. Ahora Marlaska tendrá que decidir si continua en su puesto o por el contrario busca una cara nueva para que se haga cargo de la seguridad en la Comunidad de Madrid.
Otro de los puntos que ha perseguido estos cinco años a Marlaska en Interior es la gestión de la crisis migratoria. El momento más crítico llegó con la tragedia de la valle de Melilla de 2022, con 37 muertos. Ahora el problema se ha trasladado a Canarias con la llegada masiva de pateras.
La reubicación de los miles de inmigrantes en la Península supuso otra confrontación con la oposición. La llegada del mal tiempo ha frenado esta crisis pero la situación política en los países africanos hace pensar que volverá a producirse la llegada de pateras. Los agentes de la Guardia Civil han reclamado por activa y por pasiva un mayor control de las fronteras y más medios para combatir este problema.
Los incendios de la Guardia Civil
Precisamente, a lo largo de las legislaturas la situación del Instituto Armado con Marlaska se ha ido tensando. Cuatro directores en cinco años: Félix Vicente Azón, María Gámez, Mercedes González y Leonardo Marcos. Una situación que generó revuelto entre las asociaciones.
Su primera batalla con la Guardia Civil se produjo poco después de llegar a su cargo. El coronel Sánchez Corbí fue destituido por una "pérdida de confianza". Después le llegó el turno a Diego Pérez de los Cobos.
De los Cobos trasladó el asunto a los tribunales. Tras un largo recorrido judicial, el Supremo le dio la razón. El coronel vuelve a ocupar el puesto de jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid. Después de todo ello ya no hay relación entre ambos.
Una de las grandes fricciones con el Instituto Armado de las últimas semanas ha sido la apertura de expediente y la suspensión de empleo y sueldo a tres guardias civiles por manifestarse contra la amnistía. Un sargento primero y un guardia civil de la Asociación Pro-Guardia Civil (APROGC) y un agente de Justicia Guardia Civil (JUCIL) han sido los señalados.
El rechazo de Sumar
La continuidad de Marlaska en Interior parece que ya ha supuesto la primera brecha en el Gobierno de coalición. El diputado de Sumar Jaume Asens considera que es una "mala noticia" mantener al magistrado al frente del Ministerio. "Un gobierno progresista merece alguien con una trayectoria mucho más comprometida en la defensa y la promoción de los derechos humanos", señala.
No será el único escollo que tendrá que superar en estos próximos años. La relación de Marlaska con las asociaciones de la Guardia Civil y los sindicatos de la Policía Nacional es prácticamente inexistente. La equiparación salarial y la jubilación digna de los agentes tendrán que estar sobre la mesa en unas negociaciones que se plantean duras.
SAMURAI
Este con tal de dar por detrás para seguir en el Interior, es capaz de lo que sea…
jgarejula2
"Pese a" no sino "Debido a"