Mariano Rajoy ha respondido a la propuesta de José María Aznar de abordar una reforma en profundidad de nuestro modelo que haga posible una especie de refundación nacional con un sonoro "no". Y lo ha hecho hoy por la mañana a través de su candidata a la presidencia de la Generalitat catalana, Alicia Sánchez-Camacho, durante un desayuno informativo celebrado en Madrid y en el que el presidente del Gobierno la ha presentado.
Interrogada Sánchez-Camacho sobre si compartía la propuesta de Aznar, ha señalado tajante que "no procede una reordenación del Estado. No se debe abordar una reforma de competencias" porque a su juicio basta con una revisión del sistema autonómico "para evitar duplicidades y desequilibrios", en fin, una modernización del modelo de Estado que añada, además, la negociación de una nueva financiacion autonómica, "cuando corresponda, desde el consenso y desde la lealtad institucional". Así, frente a la cirugía que defendió el ex presidente del Gobierno, Rajoy cree que este no es el momento de abrir en canal un modelo que los nacionalistas catalanes llevan criticando desde hace años y al que se aferran, precisamente para cuestionarlo.
De hecho, Rajoy ha destacado de su candidata la "moderación" como un valor a tener en cuenta ante el desafío de Artur Mas y ese consejo parece haber hecho extensible al anterior líder de su partido. Sin alargarse mucho en sus palabras, Rajoy, que también estuvo ayer en el acto de FAES de entrega del Premio de la Libertad a Mario Vargas Llosa, defendió que solo desde la "estabilidad los problemas logran resolverse". Sin embargo este "enfriamiento" del mensaje no ha llevado consigo ausencia de crítica contra Mas, del que la candidata popular ha dicho que "está adoptando más caracteres mesiánicos que de dirigente responsable". También ha arremetido contra la iniciativa de cuatro eurodiputados catalanes, entre ellos, el de Convergencia, Ramón Tremosa, pero también una del PSC, María Badía, de remitir un escrito a la vicepresidenta de la Comision Europea, Viviane Reading, en la que se pedía la protección de Bruselas frente a una supuesta amenaza militar española sobre Cataluña. Tras bromear Sánchez-Camacho con que ella no ha visto ningún F-18 sobrevolar Barcelona, ha calificado la carta de "gravísima irresponsabilidad" que perjudica a los catalanes. "Trasladar miedo es el peor instrumento que se puede usar en política. No todo vale. Nos ha costado mucho construir lo que tenemos para que digan estas tonterías", ha sentenciado la candidata popular.
