El expresidente valenciano Francisco Camps ha concedido su primera entrevista tras ser juzgado y declarado no culpable por la trama Gürtel. Telva.com publicará mañana una primera parte de las palabras de alguien que lejos de mostrarse nervioso o con deseos de apartarse de la vida pública, sitúa sus años próximos de nuevo en la primera línea política.
Camps aprovecha para relatar cómo vivió todo el proceso de la trama, desde que se enteró de que iba a ser imputado hasta su modo de afrontar su estancia en el banquillo durante los juicios. "Es muy duro. No sabes qué hacer, cómo ponerte... Me llamaron varias veces la atención porque claro, llega un momento en que te acostumbras y te relajas un poco. Pero aquello era dantesco. Ese señor Crespo esposado, que no llevan así ni a los presos etarras. Esos supuestos amigos míos que pululaban por allí... Pero en fin. A veces no me contuve y le dije al juez un par de cosas tan fuertes que después me iba riendo yo solo en el coche", señala.
Entre las muchas preguntas a las que es sometido el expresidente destacan aquellas con especial trascendencia política. Jamás ha pensado en abandonar la política, no se arrepiente de nada y zanja el "cuál es su mayor pecado" con un claro "ninguno". "La imputación en Gürtel no me va a pasar ninguna factura. Pero absolutamente ninguna. He demostrado que la convicción derrota a cualquier tipo de presión. Las dudas que cualquiera tuviera sobre mí están disipadas. Yo tengo la conciencia muy tranquila, y se ha demostrado que siempre dije la verdad", comenta Camps.
El político del PP afirma haberse sentido arropado por su partido político en todo momento, negando cierta visita de Federico Trillo para 'forzar' su dimisión cuando la trama explotó en la cara de la cúpula valenciana. Pese a todo, explica que ha aprendido mucho de todo el proceso que ha vivido. "Ahora me doy cuenta de que estoy más preparado que nunca para ser presidente de la Generalitat Valenciana o del Gobierno. Tras estos años en la primera línea de la política sé que todavía tengo más hechura. Mi recorrido ha sido un cursus honorum romano. Fui concejal del Ayuntamiento de Valencia y arreglé el tráfico en la ciudad. Y mire, aquí ya no existen los atascos. He sido consejero en el Gobierno Valenciano, Diputado Nacional, vicepresidente del Congreso, delegado del Gobierno, presidente de la Generalitat Valenciana... No he llegado a ministro pero he estado cerca. Empecé ordenando el tráfico y terminé dirigiendo todo el escenario, que es lo bonito, lo que a mí me gusta. Es que al final mi bagaje es impresionante... Ya, si a usted no hace falta que le pongan medallas. Porque voy con la verdad por delante y digo las cosas como son", sentencia Camps, haciendo gala una vez más de aplastante confianza en sí mismo.
