Por fin ha salido a la luz una de las grandes promesas del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dirigido por Ione Belarra: la ley de Familias. Son muchos los puntos que tocan, la mayoría beneficiosos para las familias: equipara los derechos de las parejas de hecho a los de los matrimonios, incluye un permiso de cinco días al año retribuidos por cuidado de un familiar o conviviente y extiende los beneficios de familias numerosas a monoparentales con dos hijos. Pero además, prohíbe que los padres impidan el acceso a contenidos sobre diversidad familiar a través del conocido como 'PIN parental' en los centros educativos. Una medida de lo más polémica entre las familias (e incluso educadores), porque consideran que es una "violación" de la libertad de educación.

Mientras que la ministra asegura que es una ley que nace para "remediar carencias históricas", cientos de familias denuncian que con este veto al PIN parental, cuyo principal defensor político es Vox, "el estado puede adoctrinar a tus hijos sobre género y temas sobre la sexualidad, algo que solo debería tratarse en el ámbito privado de la familia según sus valores morales". "El Gobierno no puede hacer de padres y madres en un tema tan sensible y personal como es la familia y la educación sexual. Es nuestra responsabilidad educar como nosotros queramos. Y eliminando el PIN parental, que nos permitía elegir en libertad cómo enseñar a nuestros hijos, se nos está privando de nuestro derecho y nuestro deber: mis hijos dejarán de ser míos y pasarán a ser del estado, porque son ellos los que deciden cómo educar", señala a Vozpópuli, Susana, madre de tres hijos.

Las críticas a este punto de la ley también han llenado las redes sociales. Son muchos los padres que están "alertando" del peligro de eliminar este derecho que permite controlar a los padres qué se les enseña a los niños en las escuelas. "Para mí, Belarra ha anunciado uno de los más peligrosos cambios de la nueva ley de familias, se prohíbe el PIN parental y así el estado puede adoctrinar a tus hijos en materia de género", "es muy grave. Los padres deben saber y dar permiso o no a los contenidos que van a enseñar a sus hijos", "es lo último que quedaba del plan para secuestrar la coeducación", "los hijos pasan a ser del Estado...", "otro ataque a la patria potestad de los padres"... Una madre recurre a la Constitución para defender que esta eliminación del PIN parental es una violación de los derechos: "La Constitución Art. 27.3: "Se garantiza el derecho de los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". Hoy el Gobierno aprueba prohibir el 'PIN parental' con la nueva Ley de Familias. ¿Cómo se llama esto?".

Son estos unos pocos de los cientos de comentarios que se encuentran en Twitter cuando se escribe en el buscador "PIN parental / Ley de Familias". Algunos son a favor de la ley, porque "ayudan a crear una sociedad democrática, sin discurso de odio en la educación". Pero la gran mayoría son comentarios de padres y madres de familia mostrando su preocupación por "esta falta de respeto a quienes tenemos que educar a nuestros hijos", como explica en conversaciones con este periódico Sergio, otro padre de familia preocupado por este apartado de la ley.

La posición de los profesores ante el PIN parental

Por su parte, entre los educadores hay más diversidad de opiniones. Muchos, a título personal, se han unido a la denuncia de los padres. Otros, han considerado que es una buena opción para que no se "cercene el derecho de la infancia y la adolescencia a participar en actividades que hablen sobre la diversidad familiar y contribuyan al libre desarrollo de su personalidad", como defendió Ione Belarra.

Desde la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) explican que "nunca se han mostrado favorables al PIN parental": "Pensamos que hay otras soluciones más efectivas para luchar contra prácticas adoctrinadoras", explica a este periódico Santiago García, secretario general de la confederación.

"Pensamos que cuando el Estado o el gobierno establece censura y limita la libertad de expresión o la de enseñanza, los valores democráticos se ponen en peligro. Y eso no nos gustaría que pasase. Creemos que cualquier tipo de adoctrinamiento debe denunciarse y poner remedio para proteger a todos. Por supuesto, nos parece adecuado que haya sistemas de control para que las familias puedan conocer la programación y el proyecto educativo con total transparencia. Pero nunca esos controles pueden ser contrarios a la libertad", añade el representante de CECE.

Sin embargo, sí hay decenas de docentes que se han posicionado en contra de esta medida, esgrimiendo los mismos motivos que miles de padres: viola la libertad de educación de los padres, que ven como se les impide negarse a que sus hijos reciban un cierto de formación que "forma parte del ámbito privado".

Viraje de la educación sexual escolar

Para más inri, a esta polémica se una la denuncia de los expertos sobre los contenidos de las charlas afectivo-sexuales que se están dando desde hace años en los colegios. Docentes Feministas por la Coeducación (DOFEMCO), la Red de Psicología Casandra y la Agrupación de Madres de Adolescentes y Niñas con Disforia Acelerada (AMANDA) han denunciado en este periódico que la gran mayoría de los contenidos de las charlas afectivosexuales que se están dando desde hace años en los colegios son "escandalosos" y suponen un peligro porque "confunde a los menores" e influye en el "aumento de casos de niños trans".

Silvia Carrasco Pons, autora del libro "La coeducación secuestrada" y miembro de la agrupación de profesoras DOFEMCO, explicó hace unas semanas a este periódico que la mayoría de las formaciones que se están impartiendo en los centros escolares, "incluso desde infantil", se basan en cuatro premisas falsas y que van "radicalmente en contra" del conocimiento biológico: que no somos binarios, que cabe la posibilidad de nacer en un cuerpo equivocado, que ser hombre o mujer es un sentimiento y que el sexo es algo que se puede cambiar. Entre las denuncias de estos expertos está que se está impartiendo sin el consentimiento de los padres. Un problema que "irá a peor con la eliminación del PIN parental".

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