Decenas de policías municipales de Madrid tuvieron que poner este miércoles dinero, o dejar la deuda tras echar gasolina en sus vehículos, al entrar en funcionamiento un nuevo sistema de repostaje para los coches patrullas que resultó ser un caos total.
Hasta la fecha los coches patrulla, motos y resto de vehículos del cuerpo repostaban en gasolineras de Cepsa. Pero ha cambiado el operador y desde esta semana es Repsol el suministrador. El asunto es que las nuevas tarjetas entregadas a los coches patrulla tienen un límite de 40 euros al día y los agentes no lo sabían. Al echar más cantidad han tenido que dejar la deuda o poner el dinero de su bolsillo.
El problema se ha producido también cuando el turno de la tarde ha querido repostar y ya no podía porque con esas tarjetas sólo se pueden suministrar cuarenta euros diarios. El turno de noche también se llevó la sorpresa, aunque menor, pues ya había sido advertido por sus compañeros de que la nueva tarjeta estaba inutilizada.
Esta situación ha provocado una situación embarazosa, ya que muchas patrullas ya habían echado el combustible y han tenido que elegir entre pagar ellos o dejar la deuda en la estación de servicio. El incidente se ha producido en decenas de estaciones de servicio.
Las nuevas tarjetas entregadas a los coches patrulla tienen un límite de 40 euros diarios
También se ha producido un error en el reparto, pues a las motos se les ha entregado tarjetas de diesel y a algunos coches de diesel, de gasolina, lo que ha complicado aún más el repostaje. La circunstancia ha provocado escenas surrealistas como el pago a escote del importe de la gasolina en el pase de listas o decenas de partes para que los responsables policiales conozcan la situación.
Fuentes municipales reconocieron problemas informáticos con los nuevos medios de pago, pero añadieron que se arreglarán en las próximas horas. “Además los agentes pueden poner combustible en la estación de servicio de la Avenida de Valladolid”, añadieron.
Al parecer, los constantes cambios de suministro se deben a que el Ayuntamiento es moroso en el pago del combustible y ello obliga a cambiar constantemente de empresa, según dijo un sindicalista.