Oficialmente, en el PP no hay temor a las encuestas. Los sondeos -y si son a mitad de legislatura, más- ya se sabe que representan la fotografía del momento político. Además, ahora lo que está en juego en Cataluña es el ser de "España", palabras mayores, según el portavoz, Pablo Casado. Que Ciudadanos crezca espectacularmente; no importa, "seguimos primeros y podremos presentar a las elecciones a un Mariano Rajoy que en 2012 salvó a España del rescate y ahora de su ruptura"...
Hasta ahí la versión oficial, pero cuando el periodista sale de la sede de Génova y amplía el campo de visión al grupo parlamentario o, incluso a las estructuras regionales, percibe nervios; preocupación porque, ni aún después de aplicar el ya famoso artículo 155 de la Constitución en Cataluña, la quintaesencia de la "firmeza" que se le exigía, el presidente del Gobierno es capaz de remontar en la apreciación ciudadana.
Eso supone un problema por partida doble, señalan varios de los consultados: De manera inmediata, porque el candidato del PP en los comicios catalanes, Xavier García Albiol, "no es el mejor cartel" y la mala valoración de Rajoy puede hundirle aún más el 21-D frente a Inés Arrimadas; y a medio plazo también es problemático porque un eventual adelanto electoral a 2018, si el PNV no apoya finalmente los presupuestos, daría como resultado "un PP más débil, un Albert Rivera más crecido, y una aritmética parlamentaria más complicada en la siguiente legislatura".
Nadie en Génova o en las direcciones regionales cree que Rivera vaya a superar a Rajoy -"son expertos en ganar encuestas y perder elecciones"-, ni tampoco que vaya a superar a Pedro Sánchez, otro damnificado del huracán Rivera, que ni siquiera logra explotar el tremendo mordisco que le da el PSOE a Podemos. Aún así, el sondeo que publicó ayer El País ha causado alarma entre los populares, en la medida en que llueve sobre mojado... cuando tendría que empezar a escampar.
Las encuestas en tiempos turbulentos no son especialmente fiables", señalaba Rajoy ayer a un periódico alemán en referencia a la posibilidad de que los independentistas vuelvan a ganar en Cataluña
Quizá por eso, el jefe del Ejecutivo declaraba ayer al periódico alemán Handelsblatt que no se cree los sondeos, particularmente los que hablan de que los independentistas podrían volver a ganar el 21-D, porque "las encuestas en tiempos turbulentos no son especialmente fiables".
Así será pero, de momento, fuentes de la Dirección nacional del PP zanjaban ayer el debate interno sobre si Rajoy debe ir mucho o poco a Cataluña en campaña electoral señalando que, tras haber estado este domingo con Albiol, en próximos días volverá invitado a un acto de la patronal Fomento del Trabajo, y el 8 de diciembre estará en el cumpleaños del candidato popular.
Porque el trabajo de campo del sondeo conocido ayer -1.700 entrevistas-, hecho tras la intervención de la Generalitat, es decir, con el máximo protagonismo de Rajoy, confirma lo que ya adelantaba en menor medida el barómetro de octubre del CIS la semana pasada: que es Rivera quien capitaliza la "firmeza" del Estado. Da la impresión de que sus reproches a la tardanza de La Moncloa a la hora de decidirse por el 155 han dado sus frutos.
Así, Ciudadanos aumenta en este nuevo 'post 155' la ventaja del CIS de octubre, hasta lograr un 22,7% de los votos, empatando como segunda fuerza con el PSOE. El PP conserva el primer puesto -26,1%, ocho décimas menos que en la última encuesta- y Podemos se hunde hasta el cuarto -14,7%, cinco puntos menos-. Desde su salto a la política nacional (2015), Rivera nunca había obtenido tanto apoyo.