El PSOE está dispuesto a amoldarse a los tiempos de Ciudadanos y aguardar a que pase el 1 de octubre para impulsar definitivamente en el Congreso el debate sobre la reforma de la Constitución, pero espera tener en los próximos días el primer documento en el que el partido naranja pondrá negro sobre blanco el perímetro de la reforma que pueden apoyar. Y las líneas rojas que no están dispuestos a cruzar.
El compromiso concreto salió de la reunión que tuvieron hace diez días la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Margarita Robles, y el secretario general del Grupo Parlamentario de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, el primer contacto tras la reunión de sus jefes, Pedro Sánchez y Albert Rivera. En esa conversación, ya hablaron de una manera informal de los objetivos de unos y otros, pero se emplazaron a cruzarse propuestas por escrito antes de las vacaciones de verano.
Así que en los próximos días, el PSOE espera tener encima de la mesa los límites de Ciudadanos para esa reforma de la Constitución, aunque con mucha seguridad no les van a sorprender. Ambos partidos discrepan en uno de los asuntos fundamentales en esta tarea que los socialistas llevan defendiendo cuatro años y que el secretario general del PSOE no quiere postergar más: la revisión del modelo territorial.
Este punto será, con pocas dudas, uno de los más conflictivos si finalmente se abre ese melón. Hasta ahora, los socialistas están empeñados en destacar los puntos de acuerdo con cada uno de los partidos a los que están planteando sus intenciones, pero es evidente que su propuesta de un Estado federal que incluya la plurinacionalidad va a encontrar muchas oposiciones.
Empezando por la de Ciudadanos. Porque, de hecho, el partido de Albert Rivera quiere desvincular totalmente la reforma de la Carta Magna del problema catalán -de ahí que quieran arrancar este debate pasada la fecha prevista por la Generalitat para su consulta- y se opone a que cualquier propuesta política se entienda como un intento de "contentar a los independentistas", que es lo que creen que el PSOE está haciendo con sus propuestas ante el desafío soberanista. De hecho, no les gustó nada la 'Declaración de Barcelona' que sellaron PSOE y PSC el pasado viernes.
Y esto se plasmará en el documento que harán llegar al PSOE a finales de este mes. Según fuentes del partido naranja, en el tema territorial, sus intenciones pasan únicamente por "clarificar las competencias" del Estado y de las comunidades autónomas, porque consideran que es ahí donde surgen "la mayoría de los litigios".
El partido de Rivera quiere desvincular la reforma del problema catalán y se opone a que cualquier propuesta se entienda como un intento de "contentar a los independentistas"
Es decir, nada de tocar el artículo 2 de la Constitución -que habla de "la indisoluble unidad de la nación española"-, que el PSOE ya ha dicho que no quiere reformar, pero tampoco el Título VIII, de la Organización Territorial del Estado, en el que los socialistas quieren incluir esa plurinacionalidad que defiende Pedro Sánchez en esta nueva etapa en Ferraz.
Ciudadanos quiere hablar de asuntos muy diferentes: el fin de los aforamientos, la limitación de mandatos o la supresión del Senado. Aunque, en general sus expectativas ante esta reforma no son muy halagüeñas y así lo han dicho desde el primer momento: sin un acuerdo de mínimos con el PP no ven posible iniciar este debate. Cualquier mesa sobre este asunto sin el partido del Gobierno estaría "coja", alertan.
Pese a todo, los socialistas mantienen su optimismo. Ya han asumido que el arranque del debate no será tan pronto como el secretario general del PSOE está pidiendo, pero confían ir paso a paso. Ahora, valoran el trabajo con Ciudadanos y esperan recibir pronto ese documento, que estudiarán y que tendrá una respuesta que el PSOE quiere dar también antes del verano.
El PSOE confía en la "buena disposición" del PNV
Mientras tanto, el PSOE va ampliando también el espectro de sus contactos y cree contar ya con la buena disposición del PNV a iniciar el debate en el Congreso de los Diputados. Ésta es la conclusión que han sacado los socialistas de la reunión de este jueves entre su secretario general y el lehendakari Iñigo Urkullu, en la que Pedro Sánchez ha pedido al PNV que acompañe al PSOE en la tarea de reformar la Constitución.
Los socialistas han salido muy satisfechos de ese encuentro, aunque no ha terminado con un sí claro de los nacionalistas vascos a apoyar la apertura de una subcomisión en la Cámara Baja con ese objetivo. Pero han destacado que han compartido la reflexión de que hace falta "revisar el modelo del Estado" y ahondar en el reconocimiento de la plurinacionalidad.
El guiño de Sánchez antes incluso de reunirse con Urkullu, en una cita en la que también han estado el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, ha sido confirmar que su planteamiento de la España plurinacional contempla el reconocimiento del País Vasco como una "nación". El líder del PSOE se ha comprometido a apoyar esta nomenclatura en el nuevo Estatuto vasco, pero, eso sí, en el marco de la reforma constitucional.