Silvia Clemente (Segovia, 1967) fue el fichaje estrella de Albert Rivera para las autonómicas en Castilla y León. El pucherazo en las primarias naranjas que le enfrentó a Francisco Igea le apartó de la política. Desde entonces ha guardado silencio y ahora confía en que Ciudadanos la incluya en las listas del 10-N.
¿Cuándo empezó a sentirse incómoda en el PP?
Mi falta de conexión, de trabajo amable, en el que te sientes correspondida como en cualquier otra organización, comenzó poco después del congreso regional del PP en abril de 2017. Ya en ese momento, la dirección del partido en CyL, Mañueco, cambió su actitud conmigo. Poco a poco, me fue echando de todos los sitios en los que se celebraban actos con afiliados. Me di cuenta que no querían que estuviera trabajando. Yo era molesta y empecé a ver cómo me ninguneaban, cómo me odiaban y era muy evidente. Y me sentía incómoda.
Cuando llegaron las primarias nacionales del PP, usted fue la primera del PP en CyL en apoyar a Pablo Casado mientras que Mañueco fue con Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Le sirvió de algo?
No, todo lo contrario. Mi apoyo a Casado es claro cuando todo el mundo estaba guardando la ropa. Lo dije claramente y eso no gustó, tanto a la dirección como a Mañueco, que es una persona que no da la cara. Siempre te da la espalda, te hace por detrás lo que se le ocurre. Así que empecé a sentir que eran más agresivos y que su voluntad de dejarme fuera de todo era más firme.
Tras la victoria de Casado, fue a Génova pero vesque no hacen nada con Mañueco y comienza a alejarse. ¿Cómo fueron esos meses hasta el acercamiento a Cs?
Intenté que en Génova conocieran que el partido iba a tener unos malísimos resultados en las autonómicas, como fue lo que sucedió. Se perdieron 13 diputados y fue el peor resultado de toda la historia del PP en Castilla y León. Estaba viendo que iba a suceder, era muy evidente. Lo intento por todos los medios que tengo, acudiendo a los interlocutores válidos y cualificados que conocía en la dirección nacional. Finalmente, en diciembre veo que no cambian, que todo sigue igual. Yo había iniciado contactos con Cs, Rivera había hablado conmigo y entonces acepto presentarme a las primarias de Cs ante el ofrecimiento que me hace Rivera.
¿Cómo conoció a Rivera?
El encuentro fue circunstancial. Nos habíamos saludado en las Cortes de CyL en una visita que había realizado en 2016. Volví a saludarle en lugares de Madrid en los que acudía en representación de las Cortes y en uno de esos encuentros, nos intercambiamos los teléfonos y quedamos en tomar un café.
¿En ese momento de diciembre pensaba más en alianzas postelectorales?
Efectivamente, mi motivación era esa, que tras las autonómicas sería necesario tener acuerdos de coalición. Después, al final nuestro encuentro sirvió para que él (Rivera) me dijera si podía contar conmigo y si estaba dispuesta a presentarme a las primarias.
¿En ese momento le dijo que sí, que estaba dispuesta?
Sí.
¿Por qué entonces tardasteis tanto en anunciar la bomba de que dimitía de presidenta de las Cortes y del PP para pasarse a Cs?
Es muy simple. Tenía compromisos en las Cortes que había asumido como presidente con colectivos importantes de la comunidad, como el de los inmigrantes y ayuntamientos pues estábamos celebrando el 36 aniversario del Estatuto de Autonomía. Quise celebrarlos. Es solamente achacable a mí. Podía haber dimitido antes, pero me empujó mi dedicación a los demás y el haber comprometido mi palabra. Por eso retraso mi dimisión y es culpa mía.
¿Se arrepiente entonces de haber esperado?
Sí, sí. Porque hubiera podido explicarlo mejor. Siento que no lo hice bien. No fue por el ego o por ninguna otra motivación, sino terminar mis compromisos más importantes en las Cortes.
Usted se quejó del fuego amigo por parte del PP con acusaciones sobre la empresa de su marido. ¿En qué consistió ese fuego amigo?
Me pareció muy mezquino. Lo que hicieron fue falsear con las ayudas a la empresa ‘Patatas Meléndez’. La primera que recibe es en 2003 cuando no estaba de consejera de Agricultura, sino de Medio Ambiente, y no conocía a mi marido. Y tampoco él era el administrador, sino su padre. Todo lo envolvieron y enredaron. La prueba más evidente es que nunca he estado en causada por este tiempo.
El problema es que esas ayudas se prolongaron en el tiempo…
Sí, pero con mi abstención. Y eso nunca se dijo. Me abstuve y consta en el acuerdo de gobierno del Ejecutivo que me abstuve en las decisiones de las ayudas a ‘Patatas Meléndez’. La primera es de 2003, otra la recibe siendo yo consejera con mi abstención y otra con la consejera siguiente. Tenía derecho a ellas como cualquier empresa.
Vayamos con las primarias de Cs. ¿Qué hizo la noche de la votación y el famoso pucherazo?
Estaba en mi casa durmiendo. Realmente, no podía hacer nada. No tenía acceso. Me presentó como independiente, no podía votar ni acceder al sistema. Ese día estaba tranquilamente, habíamos hecho una campaña muy intensa y la verdad, lo que hice fue descansar y dormir tranquilamente en mi casa.
Desde entonces, ¿no tiene sospechas de quién le pudo ‘ayudar’?
No tengo ni idea, de verdad. No tengo elemento de juicio para sospechar. No sabía cómo era el proceso y no tenía ninguna posibilidad de acceder. Tampoco conocía los servicios centrales de Cs ni a las personas que gestionaban el proceso. Además, no me gusta responsabilizar a alguien sin elementos de juicio.
Curiosamente, hubo una dimisión, la de Pablo Yáñez, secretario de Comunicación de Cs en la región. ¿No le hizo sospechar de él?
Dentro de la estructura del partido, no sabía de la relevancia que pudiera tener una persona para otros ni por qué se podían tomar determinadas decisiones. He vivido lo que significa la dinámica de un partido y me pareció que venía dado por todo lo que había sucedido, pero no pensé nada más.
Luego salió en El Norte de Castilla que Yáñez entró a trabajar en la empresa de su marido.
Eso no es verdad. Hay cosas que se dicen que no tiene ningún fundamento y en este caso, sólo puedo decir que no es verdad.
El caso está judicializado. ¿Le han llamado a declarar como testigo?
Nada, no he tenido ninguna notificación de ningún tipo. Ni me han preguntado en ninguno de los procesos que se han abierto, ni dentro del partido con los trabajos de la Comisión de Garantías ni tampoco desde la Fiscalía. Quiero que quede claro que no pertenecía a la organización (Ciudadanos) y que no puedo aportar nada.
¿Por qué decidió guardar silencio tras aquel suceso en el que se dio ganador a Francisco Igea, hoy vicepresidente de CyL?
Porque todo lo que había sucedido tenía este componente de haber anulado unos votos que no podía dar ninguna cuenta de ello. Por lo tanto, era mejor que me apartara. Había demasiado ruido, los procesos electorales en marcha y pensé que no era el momento de explicar nada porque no se me iba a escuchar. Estaba fuera de contexto lo que iba a decir y más sin tener conocimiento.
¿Cómo cree que terminará este caso?
No lo sé. Creo que estaría bien que se hicieran las averiguaciones que tenga que hacer la Fiscalía y que haya una resolución en la que se determine qué ha ocurrido.
¿Querría que se aclarase lo que ocurrió?
Por supuesto.
¿Y si hay algún responsable, que le caiga todo el peso de la ley?
Por supuesto. Creo que es bueno para todos, para los partidos, para una sociedad que se considera demócrata.
Desde entonces y hasta ahora, ¿qué contactos ha tenido con Ciudadanos?
Tuve un contacto (con José Manuel) Villegas después de las primarias y quedamos en volver a vernos, de posibilidades para tener un hueco. Ciudadanos fue, realmente, el que me buscó y querían que estuviera por mi conocimiento del mundo rural y todo lo que tiene que ver con la España vacía y la despoblación gracias a mi experiencia en Agricultura y Medio Ambiente.
¿En aquel momento era prematuro incluirla en las listas?
Llegamos a la conclusión, y estaba de acuerdo, que no era el momento para ninguno. Todo había sido tan convulso. No me gusta entrar a la fuerza en ningún sitio. Tiene que haber un entendimiento y compartir lo que se va a hacer. No era bueno para Cs ni para mí el, de repente, adoptar una segunda decisión de manera extemporánea.
Ahora en septiembre ha habido un segundo encuentro con Villegas. ¿Qué ocurrió ahí?
Fue a principios de septiembre y hablamos de esto. Hice, de nuevo, mi propuesta de trabajar por la España vacía. Es un tema muy importante y España no se merece que casi la mitad de su territorio se convierta en un desierto en los próximos años. Hay que actuar bien, de manera contundente y sin perder el tiempo. Tiene que ser una iniciativa de Cs pero tiene que buscarse la alianza de todos los partidos.
¿Han vuelto a contactar?
No, no he vuelto a tener contacto.
¿Dónde cree que sería más útil?
En las políticas de desarrollo rural y en este problema de despoblación, de manera muy dramática a CyL, pero también Asturias, La Rioja, Aragón o Extremadura. Es un problema silencioso y la gente del mundo rural está esperando que actuemos.
Quedan apenas dos días para que Cs publique las listas al Parlamento. ¿Cree que ahí estaría su hueco?
Hay que abrir una puerta de futuro en el medio rural. El autoempleo, el teletrabajo, va a tener un enorme desarrollo y tenemos que facilitarlo. Creo que ese mi hueco y a mí me acompañan las ganas y la pasión porque las cosas cambien. Soy muy gestora y muy política, y creo que combino las dos herramientas que los ciudadanos esperan.
¿No sería mejor para sus intereses el estar afiliada a Cs?
He querido permanecer como independiente. En este momento, creo que es un valor el mantener esa posición de cara a unas elecciones y para un trabajo como el que quiero hacer.
Tras su derrota en las primarias, llegaron las autonómicas y el Gobierno de coalición de PP y Cs en Castilla y León. ¿Cómo está funcionando en su opinión?
Creo que el PP ya ha demostrado que lo que venía haciendo, no contaba con la adhesión de los ciudadanos. Mañueco es una persona que no tiene ninguna palabra, ni la va a tener para cumplir con los compromisos que adquirió en el programa electoral. Ya está tomando decisiones como no cumplir con el acuerdo de las 35 horas semanales o nombrando asesores con todas las personas que se han quedado sin puesto. Es el mismo nepotismo que venía utilizando y el que sigue llevando este Gobierno. Es un mal presidente.
¿Y mete a Ciudadanos en ese mismo saco?
Creo que Ciudadanos había entrado para que las cosas cambiaran y no es lo que estamos viendo.
¿Le hubiera gustado que el verdadero cambio hubiera sido de la mano del PSOE y Cs?
Castilla y León tenía que haber cambiado en su política, en todas las decisiones porque necesita un cambio profundo. Se podía hacer y Cs podía impulsarlo con el PP o con el PSOE, pero aquí (en Madrid) hubo una decisión que me pareció oportuna, en el momento en el que Rivera la tomó: eran los acuerdos preferentes con el PP, en una reacción absolutamente lógica contra Sánchez por el asunto de Cataluña.
¿No descarta que esta legislatura de cuatro años se acabe rompiendo esa coalición entre PP y Cs?
No puedo hacer una predicción sobre esto, no tengo datos para pensar que eso pueda suceder.