“¿Qué es lo próximo? ¿Qué rebusquen en la EGB? ¿Ver publicado un análisis de sangre para ver si un médico, de forma falsa, dice que consumo estupefacientes?”. Esta frase la dijo Pablo Casado en el programa Espejo Público de Antena 3 a mediados de mayo. El ahora candidato a la presidencia del PP se quejaba entonces de una información que cuestionaba su licenciatura exprés en Derecho. Casado dijo que cada vez que da un paso al frente en el partido aparece una información en su contra.
Las primarias del PP entran en su recta final sin rastro de estos famosos dossieres, ni contra Casado ni contra otro candidato. Los poco más de 66.000 afiliados inscritos votarán en las primarias del jueves. Los dos aspirantes más votados se disputarán la presidencia del partido en el congreso extraordinario de los días 20 y 21 de julio.
La profesionalidad del CNI
La campaña, casi en su epílogo, transcurre sin demasiados sobresaltos. En el mismo programa donde Casado habló de estos dossieres, se le preguntó hace unos días a Soraya Sáenz de Santamaría, antigua responsable del CNI. “Deduzco que a usted los dossieres no le preocupan lo más mínimo ¿no?”, le dijo la periodista Susanna Griso. “Pues mire, no. A mí lo que me preocupa es presentar una buena campaña, un buen equipo, salir fuerte”, respondió la ex vicepresidenta.
“El CNI funciona con una profesionalidad absoluta y se dedica día a día a defender los intereses de España y la seguridad de los españoles. Pido un respeto para esos 3.000 trabajadores, que son servidores públicos anónimos que tiene que soportar este tipo de cosas maliciosas”, añadió.
A solo un par de días de que la campaña baje el telón, no hay rastro de los famosos dossieres. Nunca es demasiado tarde. Pero no hay nuevas revelaciones sobre los títulos universitarios de Casado, ni ha aparecido un candidato poniendo a caldo a otro en una grabación, ni tampoco hay rastro de otras informaciones de esas que te destruyen la carrera. Y rumores de que las había no han faltado.
La ausencia de un debate abierto entre los candidatos ha evitado muchos choques. El juego sucio, que lo ha habido, no se ha producido delante de las cámaras, sino más bien a niveles orgánicos inaccesibles para la prensa. Casado es el único que ha denunciado "zancadillas" sin concretar demasiado las acusaciones. Lo que quería Casado era dejar claro que en algunas provincias, el aparato -que se reparten María Dolores de Cospedal y Sáenz de Santamaría- presionaba para que hubiera más o menos asistencia a un acto de tal o cual candidato, entre otras presiones.
Los barones se posicionan
La novedad de las últimas horas es que algunos barones han empezado a posicionarse. Las afinidades de los que han dado un paso al frente eran de sobra conocidas. No es una sorpresa que Juanma Moreno, líder del PP en Andalucía, apoye a Sáenz de Santamaría. La ex vicepresidenta contaba ya con el vasco Alfonso Alonso y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido. Tampoco es un gran sobresalto que el presidente del partido Extramadura, José Antonio Monago, respalde a Cospedal. El apoyo más codiciado todavía no tiene dueño. Es el de Alberto Núñez Feijóo.
Cospedal ha sugerido este lunes que una candidatura próxima a José María Aznar es la de Casado, porque así de deduce de sus discursos y sus acciones. El candidato ha respondido con una crítica a quienes "reniegan" del expresidente. Casado ha recordado el pasado de Cospedal y de Sáenz de Santamaría, que fueron subsecretaria y asesora, respectivamente, en ministerios del Gobierno de Aznar.