La descomposición de Ciudadanos en las Islas Canarias, donde ha perdido más de un 30% de los afiliados desde las pasadas elecciones de mayo, tuvo este fin de semana un suceso un tanto surrealista, más propio del teatro del absurdo de Dario Fo si no fuera porque la elaboración de las listas electorales es un trámite serio en democracia.
La formación de Albert Rivera tuvo que rellenar sobre la marcha la papeleta al Senado en El Hierro tras la negativa de su último afiliado en la isla, Juan Carlos Espinosa Carballo, a encabezarla. Y este último no se quedó ahí ya que, acto seguido, rompió el carné del partido y colgó un comunicado en su cuenta personal de Facebook, en el que criticó que la dirección nacional no quisiese "cogobernar" con el PSOE para evitar la repetición de elecciones generales.
"Nos vamos a unas elecciones que se podrían haber evitado si Ciudadanos hubiera preferido cogobernar mediante un pacto liberal, entre centro-izquierda y centro-derecha, con el PSOE. En vez de esto, se priorizó rotar a la derecha en un intento erróneo y fallido de liderarla", subrayó Espinosa tras darse de baja como afiliado.
"Espero y deseo que Ciudadanos dé un paso atrás y vuelva a enfocarse hacia el liberalismo, implementando políticas sociales progresistas y políticas económicas conservadoras. La libertad social y económica debe ser plena para que España avance", hizo hincapié antes de contar las dos decisiones que había adoptado en la víspera: "He decidido denegar mi candidatura al Senado para estas próximas elecciones y cancelar mi afiliación con Ciudadanos".
Tras el desplante electoral y el súbito portazo del último afiliado que le quedaba a Cs en esta isla canaria, el partido tuvo que echar mano de un militante de la agrupación balear de Palma de Mallorca para que el 10-N hubiese una papeleta sepia... por El Hierro. El elegido fue Marcos Nieto, quien casualmente vive en la isla más pequeña de Canarias y que en los últimos comicios de primavera ayudó en lo que pudo al partido como voluntario.
Sin posibilidades
Ciudadanos no tiene ninguna posibilidad de sacar el senador por El Hierro: en las elecciones del 28-A, su candidato por esta isla, Lisardo Gaspar Cejas, obtuvo 365 votos (el 6,35% del total), quedándose muy lejos de los 2.325 de la vencedora, Esther Carmona (PSOE). El propio Cejas es uno de los militantes de esta isla canaria que se han ido dando de baja del partido en las últimas semanas en un goteo incesante.
El partido de Rivera ha perdido a todos sus afiliados en El Hierro y, por ejemplo, no llega a una treintena en Las Palmas de Gran Canaria, la urbe más grande del archipiélago y la novena ciudad española en tamaño, según supo Vozpópuli de fuentes solventes. Una sangría generalizada que Cs no logra cerrar y que pone en peligro los escaños de sus diputados en el Congreso -Melisa Rodríguez (Tenerife) y Saúl Ramírez (Las Palmas)- el próximo 10-N.
A nivel regional, Cs está dirigido por una gestora desde mediados de julio ante la crisis interna surgida por la lucha fraticida entre la candidata al Parlamento canario y fichaje estrella de Rivera, Vidina Espino, y el comité autonómico que lideraba hasta entonces Mariano Cejas, quien abandonó Cs en agosto con fuertes críticas a la dirección nacional. Un terremoto que no deja de emitir réplicas.