Las fuerzas secesionistas parecen haberse conjurado para apartar e su horizonte toda posibilidad de que haya que volver a las urnas. Tienen hasta el 22 de mayo para evitarlo. El reloj echó a andar en la votación de la investidura fallida de Jordi Turull.
Los partidos catalanes se afanan en estos días de Semana en buscar fórmulas para superar el bloqueo institucional. La CUP impidió que la Generalitat tenga ahora un 'president'. No parece que vaya a cambiar su postura, salvo alguna cabriola de última hora. Las opciones para escapar del laberinto son muy pocas. Para lograr una mayoría suficiente en el Parlament deberían conseguirse al menos dos escaños más en el bloque secesionista. No se puede contar con los cuatro de la CUP.
De ahí que se planteen dos soluciones. O Puigdemont y Comin, el primero en una cárcel alemana y el segundo en Bruselas, renuncian a sus actas, o algún partido concede los escaños necesarios para redondear la suma precisa. Podría ser Xavier Domenech, ya que el líder de los comunes ha mostrado su respaldo a un frente democrático integrado por independientes.
Los partidos catalanes se afanan en estos días de Semana en buscar fórmulas para superar el bloqueo institucional
Nadie pone un candidato sobre la mesa. De ahí los recelos ante la posibilidad de una solución. El retorno a las urnas no se descarta. Tanto en Moncloa como en el cuartel general del PSOE hablan de ello como la peor de las soluciones. Pero sin excluirla. En ERC incluso se preparan para ello. Miran ya a Roger Torrent como posible candidato. El presidente del Parlament está ahora al frente de la única institución no intervenida por el 155.
Ejercer de 'president'
Torrent ha ejercido como una especie de referente aúlico en la nueva situación catalana. Su actitud al frente de la Cámara a más allá de lo que determina su cargo. Mensajes, discursos, intervenciones televisivas. Incluso recibe en audiencia al jefe máximo de los Mossos en los momentos más agrios de las revueltas. Y no le hace caso. Se ha cuidado enormemente en no pisar la línea roja para evitar problemas con la Justicia. Bloqueó la convocatoria de un pleno para investir a Puigdemont aunque permitió, eso sí, la celebración de una jornada diseñada para reivindicarlo. Todo simbólico, pura farfolla.
El presidente del Parlament se deja querer, alimenta su perfil mediático, desarrolla una actividad muy medida y se anda con pies de plomo
ERC tiene a sus principales líderes fuera de juego. Oriol Junqueras está en prisión, Marta Rovira, en paradero desconocido, quizás Suiza. Toni Comin, en Bruselas. Sus rostros más visibles son Sergi Sabrià, el portavoz parlamentario, y el veterano Joan Tardà, diputado en Madrid. Ernest Maragall sería un 'investible' para salir del paso pero no un contendiente electoral. Está, naturalmente, Torrent, un independentista sin mácula, bien visto por el bloque de la DUI, respetado por la CUP y con notable ascendencia ente las entidades callejeras de ANC y Omnium.
El presidente del Parlament se deja querer, alimenta su perfil mediático, desarrolla una actividad muy medida y se anda con pies de plomo. Nunca se ha pronunciado sobre la posibilidad de encabezar una lista. Pero en el caso de que haya nuevas elecciones, que serían a mediados de julio, sería el candidato con más posibilidades. En las filas rivales, es decir, en JxCat, también andan huérfanos de líderes. Puigdemont se encargó de ello. Circulan algunos nombres, todos ellos de segunda línea. Torrent, indudablemente, es ahora mismo la apuesta más segura para unos comicios que nadie parece desear.