Pedro Sánchez ha tratado de escenificar unidad con PP y Ciudadanos ante el escenario que se abre en Cataluña tras la sentencia a los líderes del proceso separatista.
Pero ni Pablo Casado ni Albert Rivera se fían de que el presidente del Gobierno tenga la voluntad de usar, por un lado, la contundencia necesaria en caso de desobediencia grave; y, por otro, romper con los partidos independentistas a medio plazo.
La unidad constitucionalista camina sobre el alambre. La cercanía de las elecciones generales del 10-N provoca que los tres líderes de miren de reojo. Todos dudan de los movimientos del otro, conscientes de que los sucesos que tengan lugar en Cataluña pueden dar un vuelco inesperado al mapa político.
Pacto en la Fiesta Nacional
La primera reacción a la sentencia ha sido de apoyo sin fisuras de PP y Ciudadanos. Según ha sabido Vozpópuli, Casado y Sánchez hablaron el sábado de esa unidad de respuesta durante la recepción de la Fiesta Nacional del 12-O. Y Sánchez ha hecho sus primeros guiños a Casado y Rivera en su valoración institucional de la condena.
El jefe del Ejecutivo ha dicho que el acatamiento de la sentencia supone un "cumplimiento íntegro" de la misma. Un mensaje con el que ha tratado de frenar en seco las dudas sobre la posición del Gobierno en torno a los indultos, que líderes socialistas como Miquel Iceta han defendido en público.
Sánchez ha asegurado que el Gobierno de España "cuenta con todas las atribuciones que la legalidad" le otorga. Y ha advertido de que responderá con "firmeza democrática, proporcionalidad y unidad" en caso de que se quebrante la legalidad. Una advertencia a la Generalitat de que la Ley de Seguridad Nacional y el 155 están encima de la mesa.
"Esperamos contar con la cooperación leal de todas las fuerzas políticas comprometidas con la Constitución para actuar con una sola voz", ha dicho. En esa línea, el presidente del Gobierno ha telefoneado a Casado y Rivera en la tarde del lunes. Fuentes de Moncloa han hablado de "conversaciones constructivas en un clima positivo de lealtad institucional, apoyo y unidad".
Casado cree que "en cuanto ha visto que el PSOE se estanca en las encuestas", Sánchez ha dado marcha atrás en sus advertencias sobre otro 155 o la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional
Pero la realidad es que ni Casado ni Rivera terminan de fiarse del Sánchez constitucionalista. Y piensan que el presidente del Gobierno sigue en la política del apaciguamiento con el independentismo, con el que volverá a pactar si tiene la oportunidad.
De hecho, fuentes oficiales del PP no han sido tan explícitas como las del Gobierno, y se han limitado a señalar que las "conversaciones privadas" del presidente del partido con Sánchez no se hacen públicas.
Rivera pide una reunión a tres
Casado va a dar apoyo al Ejecutivo pero cree que sus sospechas son fundadas porque los llamamientos de semanas atrás de Sánchez a aplicar otro 155 en Cataluña si es necesario, han cesado "en cuanto han visto que en los sondeos el PSOE se estanca".
Para el PP, además, no basta con decir que la sentencia ha de cumplirse "en su integridad", como ha hecho el 'inquilino' de La Moncloa, sino que debe dejar claro que el Consejo de Ministros no va a indultar a los políticos condenados a altas penas de prisión por los sucesos de hace ahora dos años.
Fuentes de Ciudadanos han explicado, por su parte, que Rivera ha solicitado una reunión a tres con Sánchez y Casado para articular una estrategia conjunta. El presidente ha rechazado el encuentro "de momento".
Pero la formación naranja ha insistido en que el Gobierno debe garantizar el orden público en Cataluña tras producirse escenas como las del colapso del aeropuerto del Prat por miles de manifestantes.