El despido del abogado de Podemos, oficialmente en el marco de una reorganización interna aunque ha caído en el pleno del ‘caso de la escolta’, vuelve a sacudir el partido de Pablo Iglesias. La formación morada ha vivido a lo largo de sus cinco años de vida varias olas de tensión interna, todas marcadas por el miedo a las traiciones y el consiguiente alejamiento del partido. El nuevo despido, según varias fuentes consultadas por Vozpópuli, se enmarca en esa dinámica.
José Manuel Calvente trabajó durante años como principal asesor legal de la cúpula de Podemos: antes de Iglesias y luego de Irene Montero. Sin embargo, de manera repentina, esta semana ha trascendido su despido. El entorno del abogado consultado por este diario sostiene que ese cese está vinculado al caso de la denuncia de la exescolta de Podemos por un presunto despido improcedente, pero que "va más allá".
Otras fuentes afirman que el despido de Calvente y de otra asesora legal (pareja del abogado) pone ahora en la cuerda floja a Gloria Elizo, nombrada el pasado martes vicepresidenta de la Mesa del Congreso. Elizo estuvo en la Mesa en las últimas legislaturas, pero varias fuentes sostienen que su figura ha perdido fuelle en el organigrama del partido.
"Se venía venir"
“Esto se veía venir, porque a Gloria ya le habían quitado algunos liberados”, explican en Podemos. Los “liberados” son los asesores que el partido asigna a cada diputado y dirigente. Se trata de trabajadores eventuales de máxima confianza, que la cúpula de la formación nombra y cesa de manera discrecional.
Elizo es amiga de Calvente y de la otra trabajadora despedida, señalan varias fuentes, que añaden: “Si el partido ya estaba bajo el control absoluto de Irene y Pablo, ahora va a ser peor. Eran su gente. Gloria puede agradecer seguir en la Mesa”.
Reorganización interna
Fuentes cercanas a la cúpula del partido, no obstante, sostienen que los ceses se realizan en un momento de reorganización interna del partido. Desligan así el despido de la denuncia de la ex escolta y apuntan a un trabajo mal hecho o a una falta de confidencialidad por parte de los trabajadores mencionados.
Sea como fuere, el temor compartido en varios segmentos del partido es que la cúpula haya vuelto a alejar todo tipo de dirigente que no cumpla a rajatabla las órdenes de la dirección. En el aire queda saber cómo acabará la investidura de Pedro Sánchez, que podría convertir a Iglesias en vicepresidente del Gobierno.
Sobre la postura de ERC Iglesias mantiene su confianza, aunque comienzan a aparecer los primeros escepticismos. Según miembros de Podemos, algunos asesores han pedido el traslado o buscan trabajo en regiones y ciudades donde los morados están en el Gobierno. “Es la señal de que las cosas no van bien en Madrid, a nivel orgánico y en el Congreso”, apuntan. Iglesias, por su parte, espera que la investidura sea rápida y zanjar definitivamente el debate interno en un Vistalegre III adelantado.