Didier Reynders, comisario europeo de Justicia y árbitro entre Gobierno y PP para la renovación del Poder Judicial, abrió una espita al entendimiento entre ambas trincheras tras una tercera reunión. Reynders ha asegurado que percibe "avances" y se ha mostrado "convencido" de la posibilidad de un acuerdo. Pero fue un espejismo. Poco tardó Esteban González Pons, vicesecretario de Institucional y negociador popular, en negar cualquier avance: "Por desgracia, las posiciones siguen congeladas".
No será este tercer encuentro en Estrasburgo (Francia), tras dos reuniones previas en Bruselas, por tanto, un hito en la mesa de negociación entre Pons y Félix Bolaños, ministro de plenipotenciario de Pedro Sánchez. "He propuesto que la próxima reunión se celebre antes de que acabe el mes de marzo en Madrid", desveló el comisario europeo. ¿Será la cumbre final? "Será la siguiente cumbre", contestan fuentes de Génova consultadas por este periódico.
El PP, insiste, no se bajará del burro de que los "jueces elijan a los jueces". Es decir, "despolitizar definitivamente" el Poder Judicial. Algo que en la dirección nacional del PP consideran inseparable a la renovación del CGPJ. "El Partido Popular quiere una reforma del Poder Judicial que garantice la independencia de los jueces y el Gobierno no está dispuesto a dar ese paso adelante en la víspera de la votación de la Ley de Amnistía", ha lanzado Pons ante los medios de comunicación.
Bolaños pide "confidencialidad"
"Si hay acuerdo, se haría público y conocerían hasta la próxima coma", ha terciado Bolaños, que ha insistido en la "confidencialidad" de las negociaciones una vez terminado el tercer round con Pons. El ministro ha tratado de transmitir mayor optimismo que Pons y ha reconocido el envite popular con la amnistía en la reunión a tres bandas. Bolaños, que se autofelicitó por su contribución a dicha norma la semana pasada, ha vuelto a defender lo "beneficiosa" para la convivencia que es.
¿Pesimista o realista con llegar a buen puerto? "Realista", ha contestado. A una pregunta similar, Pons ha replicado a un periodista que cómo lo veía él. Al decir que "pesimista", le ha dado la razón. Para el ministro, se trata de una "buena noticia que sigamos hablamos".
Reynders había fijado un plazo de dos meses desde que empezaron las negociaciones. Dos reuniones en Bruselas y otra en Estrasburgo después, restan 18 días para que el plazo se consuma y tenga que ceder el testigo a otro árbitro: el ministro deberá dejar su cargo para hacer campaña para la Presidencia del Consejo de Europa.