Worldcoin está en el epicentro de la actualidad informativa en las últimas semanas. Es posible que, si ha acudido a algún centro comercial en los últimos tiempos, haya observado largas colas de gente esperando su turno para que un orbe, con un escáner dentro, tome todos los datos biométricos de su iris.
A cambio, las personas que accedan a ello reciben un token, es decir, la criptomoneda creada por la compañía Worldcoin con la que los usuarios pueden realizar transacciones económicas digitales. Este polémico pero revolucionario proyecto nace del conglomerado Open AI, cuyo CEO es el archiconocido Sam Altman.
Pese al fuego de artificio, lo futurista de la esfera que emplean y las connotaciones científicas que aparenta tener, no deja de ser una forma de obtener datos biométricos, valor al alza en este mundo encaminado forzosamente a la Inteligencia Artificial.
Por parte de Worldcoin matizan que "la entrega de los tokens no se hace como recompensa por la foto del iris. Esta foto se hace para poder crear el código del iris que está totalmente anonimizado y desvinculado de toda información personal y se hace para crear el World ID, el pasaporte digital con el que los usuarios pueden demostrar que son humanos en el entorno online".
En total, y citando las cifras que ha compartido EFE, cerca de medio millón de personas han sido escaneadas en España a cambio de estos tokens, cuyo valor fluctúa a cada minuto que pasa. Al subidón inicial le siguió rápidamente una preocupación generalizada por parte de las autoridades y la ciudadanía, pues el almacenaje y la información que se puede llegar a compartir a través de la plataforma con algo tan sumamente delicado.
Sin embargo, desde Worldcoin pronto salieron al paso de los rumores, asegurando que las fotografías tomadas a los voluntarios se eliminan para convertirlas en un hash, que es el tecnicismo empleado en el sector para denominar una especie de clave que dé acceso a los registros recolectados.
Vozpópuli dio espacio la semana pasada a diferentes expertos que ponderaban el impacto de un proyecto así en el mercado económico cambiante. Francisco José García-Ull, experto en ciberseguridad y profesor de Privacidad de Datos y Comunicación en la Universidad Europea de Valencia, alertaba de que si Worldcoin "vende los datos biométricos del iris a una tercera empresa, se podría ver cómo va aumentando o bajando el precio. Pero no sabríamos quién hace la transacción".
Worldcoin, entre la espada y la pared por Protección de Datos
En la era de Internet, vuestros datos son un elemento etéreo, cuyo valor se deprecia cada vez que compramos online o aceptamos las cientos y dudosas políticas de privacidad de sitios webs, así como aceptando las cookies de dominios a diestro y siniestro. Pese a ello, siguen siendo nuestros, y no está de más que tratemos de defenderlos, aunque sea por orgullo propio.
Al hilo de las dudas y polémicas que ha generado en las últimas semanas el proyecto de Worldcoin, cuatro personas denunciaron ante la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) las aparentes malas prácticas de la empresa, entre las que sobresalen, según los denunciantes, "información insuficiente, la captación de datos de menores y la no retirada del consentimiento".
Como consecuencia de esta investigación iniciada por la AEPD, la agencia ordenó el pasado miércoles una medida cautelar contra Tools for Humanity Corporation, a la que ha exigido que cese de forma inmediata en la recogida y tratamiento de datos personales que está realizando en España en el marco de su proyecto Worldcoin, y proceda a bloquear los ya recopilados.
Mar España, directora de la AEPD, fue la encargada de comunicar este parecer único en la historia de la entidad. Una decisión, dijo España, "basada en circunstancias excepcionales, en la que resulta necesario y proporcionado adoptar medidas provisionales dirigidas al cese inmediato de ese tratamiento de datos personales, prevenir su posible cesión a terceros y salvaguardar del derecho fundamental a la protección de datos personales".
Pero, si Tools for Humanity Corporation tiene su sede europea en Alemania, ¿puede la AEPD actuar de esta forma? La agencia que se ha remitido al procedimiento establecido en el artículo 66.1 del RGPD (reglamento europeo de protección de datos), el cual permite que, en circunstancias excepcionales, una autoridad de control interesada, en defensa de los derechos y libertades de las personas, podrá adoptar medidas provisionales con efectos jurídicos en su territorio y con un periodo de validez que no podrá ser superior a tres meses.
Tras conocerse la decisión, queda saber qué pasará después de estos cien días, pues la ley europea de inteligencia artificial no entrará en vigor hasta 2026, por lo que los ciudadanos se encontrarán desprotegidos hasta entonces en este tipo de situaciones tan particulares.
La respuesta de Worldcoin no se ha hecho esperar. En una comunicación a los medios, y como resultado de la decisión de la AEPD, la empresa asegura cumplir "totalmente con todas las leyes y regulaciones que rigen la recopilación y transferencia de datos biométricos, incluido el Reglamento General de Protección de Datos de Europa".
"Como tal, hemos estado en un diálogo constante y continuo con nuestra principal Autoridad de Privacidad de Datos en la UE, BayLDA, durante meses. Nos decepcionó que el regulador español eludiera el proceso y las normas aceptadas por la Unión Europea, lo que no nos deja más remedio que presentar una demanda”, finaliza Worldcoin.
Sea como fuere, los próximos meses se antojan clave para el devenir de este proyecto en España. 2026 se antoja demasiado lejos en el calendario, y los ciudadanos necesitan una ley europea contra la inteligencia artificial fuerte desde ya, o bien que las agencias nacionales tengan mucho más poder y actúen en defensa de sus paisanos.