"Nosotros somos un partido progresista, inequívocamente nacional, laico, transversal... es difícil que se nos encorsete como de izquierdas o de derechas. No nos alimentamos del cabreo de otros partidos, hay ciudadanos que eligen que no van a votar más veces aquello que ya les ha defraudado, y nosotros siempre decimos que se nos observe por lo que hacemos, no por lo que decimos o lo que otros dicen de nosotros. Si no cumplimos lo prometido no nos vuelva a votar. No somos un partido contenedor sino uno al que se le juzga por lo que hace. Defendemos la pluralidad y diversidad para España, y lo hacemos con ideas muy claras", explicaba Rosa Díez en una entrevista radiofónica.
La líder de UPyD, a quien no le intriga saber quién no ha apoyado su candidatura en el congreso de este fin de semana, comentaba de nuevo la ruptura del pacto con el PSOE en Asturias, defendiendo que la Constitución dice que todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a elegir y ser elegido en igualdad de condiciones. "Cuando un ciudadano no elige en igualdad de condiciones hay un derecho activo que se vulnera, y aquí depende del área donde residan su voto vale uno o cinco. En Asturias planteábamos la circunscripción única, y el PSOE firmó con nosotros ese acuerdo, para luego decir que ya tenían un pacto con el PP para no cambiar la ley y que sólo firmaron con nosotros para poder gobernar. Si nos faltan al respeto como partido también lo hacen a los ciudadanos porque nosotros llevábamos ese compromiso en el programa", afirmaba.
Díez admitía también estar "algo despistada" sobre la próxima conferencia política que llevará a cabo el PSOE, aunque muestra su deseo de "que se aclaren, que decidan lo que quieren ser de mayores y trabajen en la dirección que sea. Que les vaya bien y que tengan una conferencia saludable y próspera", expresaba sin querer entrar a polemizar.
Preguntada sobre las opciones reales de gobierno de la formación, Rosa Díez decía estar preparada para ello por ser una opción que siempre han tenido. "Lo hemos intentado desde la minoría, como en Asturias. Lo intentamos cada día y estamos para condicionar la política. Si tenemos la mayoría suficiente la condicionaremos también desde dentro, pero nunca nacimos con vocación de bisagra. Somos una alternativa, no la alternancia, y lo defendemos desde que nacimos. Creíamos que en España hacía falta un partido nacional que defendiera lo mismo en toda su geografía, y si hubiera alguien que cumpliera esas premisas no nos habríamos presentado", argumentaba.
Por último la exsocialista quiso dejar claro sobre la cuestión independentista de Cataluña que desde el Gobierno de España hace mucho tiempo que se debería haber combatido la falacia del llamado derecho a decidir. "Lo que nos pasa, como otras veces ha pasado, es que desde el Gobierno de la nación han decidido que la opción es esperar, no hacer nada e ir negociando cosas para aplacar el nacionalismo. El Estado ha ido pasteleando a ver si la cosa se enfría, y la historia y la práctica nos demuestra que el nacionalismo es insaciable, que hay que demostrarle en público y en privado a quien quiere vulnerar el orden constitucional que no se le permitirá, como ya se hizo con el Plan Ibarretxe", exponía.
En ese sentido, admitía que en Cataluña no se ha hecho eso, y le parecía lamentable que el Gobierno no esté encabezando un debate ideológico frente al discurso emocional, falso y mentiroso del nacionalismo. "Habría que tener un discurso, un argumentario, un debate abierto que no se ha hecho y esa ausencia ha hecho mucho daño, porque la gente ante la falta de discurso se ha ido sumando al carro de la falacia del nacionalismo", concluía.
