El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, será el gran ausente este miércoles en el Congreso, donde se celebrará la primera sesión de control al Ejecutivo tras la DANA. El líder socialista estará en Bakú, capital de Azerbaiyán, en la cumbre del Clima. Sánchez ha decidido mantener esta cita, a la que asiste este mismo lunes tras presidir el Consejo de Ministros, pese a que todavía continúan los estragos en Valencia de la peor tragedia natural en la historia reciente de España.
Eso sí, el presidente del Gobierno ha cancelado su viaje a la Cumbre Iberoamericana, previsto el día 14 de noviembre, y que este año se celebra Cuenca (Ecuador). En su lugar, España estará representada por Felipe VI, y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. La siguiente sesión de control, el miércoles 20, es probable que tampoco cuente con Sánchez, ya que está previsto que acuda a la cumbre del G20 en Río de Janeiro 18 y 19 de noviembre y en la que España asistirá como país invitado. Moncloa todavía no ha confirmado es si estará.
Los gobiernos de todo el mundo se reúnen en Bakú para volver a abrir el debate sobre cómo hacer frente a la crisis climática. Este año, todo apunta a que el grueso de las negociaciones se centrará en dos cuestiones clave: la necesidad de movilizar más fondos para impulsar la transición ecológica y desarrollar medidas de adaptación al cambio climático y reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero que sobrecalientan la atmósfera.
La cumbre se celebra en medio del caos geopolítico del que dan cuenta la guerra de Israel en Gaza, la escalada de tensiones en Oriente Próximo, la victoria de Trump en las presidenciales de EEUU y las imágenes de catástrofes naturales como las inundaciones de Valencia que han copado las primeras páginas de medios de todo el mundo. De hecho, esta semana se ha sabido que el planeta cruzará por primera vez la línea roja del aumento de 1,5ºC del calentamiento global.
Sánchez se referirá a la crisis de Valencia para atacar, en su discurso, el negacionismo climático. El presidente politizará la tragedia para señalar a los partidos que, considera, abanderan dicha postura. Es decir, Vox y la "internacional ultra". La victoria de Donald Trump le permitirá también erigirse en su némesis en el plano internacional. Y es que el lider socialista El presidente, según admiten las fuentes consultadas en Moncloa, confrontará con el magnate, al que situará en sus próximas alocuciones como líder de la "ola reaccionaria".
El presidente, ahora que lidera la Internacional Socialista, tiene como gran ambición ser un referente en su campo ideológico. Ya en mayo de 2023, cuando Sánchez convocó las elecciones generales del 23 de julio tras el fiasco de las municipales y autonómicas, el equipo de propaganda de Moncloa repitió hasta la saciedad el mantra de que el PP y Vox son discípulos del 'trumpismo'. El líder socialista logró aguantar en aquellos comicios por su alerta sobre esa "ola reaccionaria" que podía marcar el porvenir de España en caso de que ambas formaciones llegaran al poder. Y le salió la jugada.