España

La continua subida de alquileres y coste de vida impulsa la demanda de habitaciones en residencias de estudiantes

El 56% de los padres prefieren que sus hijos acudan a residencias estudiantiles antes que un piso compartido por sus precios más asequibles

La continua subida de alquileres y coste de vida impulsa la demanda de habitaciones en residencias de estudiantes
Residencia Livensa Living Aravaca Livensa Living

La inflación y la subida de los alquileres ha causado varios cambios en las tendencias inmobiliarias. Más allá de que la demanda se haya movido a la periferia, las residencias estudiantiles se han convertido en la opción predilecta para los padres de jóvenes que comienzan la universidad debido al alto coste de vida en comparación con los precios y herramientas que manejan estos complejos.

Según el Estudio Ómnibus de Livensa Living -que cuenta con 22 establecimientos en España y Portugal-, el coste de los alojamientos supone una dificultad para el 70% de las familias, lo que se traduce en que una de cada cinco se ve obligada a descartar su opción preferida. En esta línea, para el 45% la inversión residencial es un criterio fundamental.

Por esta razón, el 56% de los padres de universitarios eligen las residencias estudiantiles por encima de los pisos compartidos por su coste más bajo que un alquiler. Según señala Domingo Delgado, director de Livensa Living Andalucía, este aumento de la demanda se debe, entre otros factores, por "la problemática del sector inmobiliario de cada ciudad".

Estudiantes en una residencia de Livensa LivingLIVENSA LIVING

Aunque ligeramente, también ha cambiado la tendencia en la duración de la estancia de los jóvenes en las residencias. Antiguamente lo más común era que, después del primer año, los estudiantes se cambiasen a pisos compartidos, pero ahora cada vez son más los que permanecen en estos alojamientos durante los tres primeros años de la carrera.

Las ciudades con los alquileres más altos experimentan la mayor demanda en residencias

La media de alquiler nacional se ubica actualmente en los 13,4 euros/m2, representando un aumento del 13,2% anual. Hay siete comunidades y provincias que superan esta cifra: Málaga (15,1 euros/m2), las Islas Baleares (19,9 euros/m2) -Palma de Mallorca con 17 euros/m2-, Canarias (14,2 euros/m2), Cataluña (17,4 euros/m2) -en Barcelona capital asciende incluso a los 22,1 euros/m2- , Valencia capital (14,1 euros/m2), Guipúzcoa (16,3 euros/m2) -Donostia se eleva a los 17,6 euros/m2- y la Comunidad de Madrid (18 euros/m2) -en la capital 19,8 euros/m2-.

Según fuentes de Livensa Living, las ciudades que tienen los alquileres más altos -Madrid y Barcelona- son las que más han experimentado este crecimiento de la demanda. Esto en parte también se debe a que en estas capitales hay más universidades, lo que supone un mayor número de estudiantes.

Los precios más asequibles oscilan alrededor de los 400 euros mensuales en el caso de habitaciones compartidas y entorno a los 600 y 700 euros mensuales en las habitaciones individuales, aunque en grandes ciudades la cuantía aumenta. La mensualidad no incluye las comidas -a excepción de en Málaga, donde sí tienen comedor y el precio sube a los 950 euros mensuales-, pero sí las facturas y servicios como gimnasio y piscina, entre otras instalaciones. Asimismo, estos precios tienen un descuento del 10% en el caso de que se queden todo el año

Por otro lado, cabe también tener en cuenta el gasto medio anual de una persona. Según el INE, en 2023 se ubicó en los 13.120,1 euros -1.093,34 euros mensuales-, alrededor de un 3% más que en 2022. En la distribución elaborada por el Instituto de Estadística, las mayor parte del dinero se destina a la vivienda -4.170,25 euros-, la comida -2.145,4 euros- y el transporte -1.519,59 euros-.

Teniendo en cuenta todas estas cifras, se intuye que los jóvenes que viven en residencias destinan entre 8.000 y 10.000 euros anuales al alojamiento (incluyendo también facturas y servicios). A esto, habría que sumarle los 100, 200 euros mensuales que diversos estudios señalan que los estudiantes se gastan en comida -entre 1.200 y 2.000 euros anuales-. Esto se traduce en que el gasto medio de un universitario en una residencia estudiantil se sitúa entre los 9.000 y los 12.000 euros al año, cerca de un 9% menos que la cifra publicada por el INE.

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