Los acuerdos de investidura entre el PSC y ERC siguen condicionando la acción de Gobierno de los primeros. Tras el controvertido cupo independenstista y el plan de choque para fomentar el monolingüismo en catalán, la Generalitat desveló ayer que destinará 100.000 euros a crear una nueva oficina para las selecciones deportivas catalanas, proyecto que se recogía en el preacuerdo entre ambas formaciones para investir a Salvador Illa. El 'conseller' de Deportes, Berni Álvarez, justificó que se trataba de la cantidad mínima necesaria para "intentar impulsar una buena oficina, que no deja de ser una representación para que las federaciones tengan un espacio en el que puedan también proyectar a sus jugadores".
En todo momento, Álvarez quiso eludir la dimensión política de la medida, incidiendo en que su objetivo es que el deporte catalán alcance el "máximo nivel", lo que "pasa también por fomentar las selecciones catalanas, para que sean las mejores posibles". En cualquier caso, aclaró que promover selecciones deportivas de carácter catalán representa para él "un deber".
Sus argumentos no persuadieron al diputado del PP Pau Ferran que, además de advertir de que la nueva oficina contribuirá a la hipertrofia de la Administración catalana, criticó que será un "nuevo instrumento" para que los partidos secesionistas equiparen Cataluña a un "Estado independiente". Por su parte, el también 'popular' Nacho Martín Blanco apuntó en X que la decisión revelaba los "complejos del PSC ante el nacionalismo". "Este de las selecciones deportivas es el nuevo caballo de batalla de los nacionalistas tras el 'procés' y el PSC, lejos de combatirlo, se empeña en alimentarlo, traicionando a la inmensa mayoría de sus votantes", ponderó.