España

Yolanda Díaz, la protagonista del montaje que engañó a la izquierda española

La vicepresidenta segunda del Gobierno ha sido incapaz de cumplir las expectativas que generó hace poco más de tres años. Su experimento político "está muerto"

  • Yolanda Díaz, en el Congreso -

Si 2023 fue el año en el que Pablo Iglesias se divorció de Yolanda Díaz y lanzó a Podemos al vacío, 2024 ha sido el año en que la izquierda española descubrió el engaño que ha supuesto para sus expectativas la vicepresidenta segunda. La política gallega es la protagonista de un montaje político sin casi precedentes. En todo este tiempo, Yolanda Díaz ha sido incapaz de cumplir las expectativas que generó hace poco más de tres años. Y Sumar, su experimento político, "está muerto", como reconocen fuentes gubernamentales. Los resultados de las cuatro elecciones que se han celebrado en estos 365 días -gallegas, vascas, catalanas y europeas- son la constatación palmaria. 

Podemos lleva más de un año anhelando darle una bofetada a Sumar y demostrarle que su tirón es el responsable del peso político del partido de la vicepresidenta segunda ahora en coalición con el PSOE. Por eso, en Moncloa atribuyen a Iglesias un plan para impedir que haya presupuestos y precipitar, de esa manera, una posible convocatoria de elecciones. El escenario es un infierno. Y Podemos busca sacar provecho.

La caída de Íñigo Errejón les ha abierto una oportunidad. La crisis que ha absorvido a Sumar les está permitiendo encender los altavoces que les sitúen como la referencia de la izquierda. El liderazgo de Yolanda Díaz está tocado. La vicepresidenta segunda no cuenta ya con el fervor de hace apenas dos años. Y todos los partidos que conforman la coalición de Sumar demandan sus parcelas de poder.

Del todos a una se ha pasado casi al cada uno por su cuenta. Y en ese interín, los morados advierten de que ellos son la auténtica garantía de que el Ejecutivo adopte medidas de izquierda. La hiperactividad de Podemos se entiende en un sentido electoralista. Por eso, atacan a Yolanda Díaz y exigen al Gobierno dos imposibles para lograr sus cuatro votos en el Congreso. Hace tiempo que en la cabeza del núcleo dirigente de Podemos está el plan de asalto al liderazgo de la izquierda tras los fracasos electorales de Yolanda Díaz al frente de Sumar.

Los escándalos que asedian al PSOE y al propio Pedro Sánchez, han opacado por completo al socio minoritario del Ejecutivo. Y eso que Sumar tampoco se ha librado este año de sus particulares quebraderos de cabeza. La dimisión se Íñigo Errejón, acusado de acoso sexual, ha revolucionado por completo la vida interna de la coalición de partidos que compone la izquierda de los socialistas.

La vicepresidenta segunda es, sobre todo, una política pragmática. Yolanda Díaz se aprovechó del impulso de Podemos para aterrizar en Madrid tras su paso por la política gallega. Una vez fue ungida por Pablo Iglesias para sucederle al frente de su espacio político, identificó con rapidez que ninguno de los rostros que batallaron en último decenio dentro de Unidas Podemos tenían hueco. Díaz les desechó. Ella tenía los mandos y, como no estaba quemada, se permitió convertir la izquierda a la izquierda del PSOE en su particular coto. La exministra de Igualdad Irene Montero fue la gran purgada y el principal motivo del distanciamiento entre Yolanda Díaz y Podemos.

El fracaso de Sumar en las elecciones europeas terminó haciendo saltar todo por los aires. Lo sangrante es que Yolanda Díaz participará en el gran cónclave de Sumar pese a que renunció a la jefatura orgánica del partido. La vicepresidenta segunda dimitió de sus cargos para dedicarse por completo a su labor en el Gobierno, pero apenas 24 horas después reculó tras constatar el lío que provocó su decisión. Y explicó que no se iría del todo; que seguiría siendo la cabeza visible de la izquierda a la izquierda del PSOE. Al menos, en el Gobierno.

Pero en todo este tiempo, Yolanda Díaz no ha sido capaz de unir a los partidos de Sumar y, además, los ha devuelto a los umbrales de voto que en su día tenía Izquierda Unida, una de las fuerzas más beligerantes con el devenir del partido de la vicepresidenta segunda, quien ha llamado a abrir un debate en su espacio para configurar un nuevo liderazgo. Todo eso está en el aire. Mientras, Podemos, que tampoco cree en Sumar, debate. Dentro hay quien cree que el partido morado tiene que entrar de nuevo en el guiso de la izquierda a la izquierda del PSOE. "Podemos tiene la obligación de reconstruir el espacio", zanjan fuentes del partido en conversación con este diario. Y tras la caída de Errejón, se empeñan en liderar de nuevo ese espacio.

En el PSOE siguen viendo con malos ojos que Yolanda Díaz cortara con Podemos. Fuentes socialistas de alto nivel, zanjan: "Yolanda ha concluido del resultado a las europeas que sería bueno reanudar las conversaciones con ellos. Izquierda Unida hace ya tiempo que cree que es malo que Podemos y Sumar se presenten por separado. Desde la estrategia política está claro que es necesario juntarlas".

El exvicepresidente y exlíder de Podemos Pablo Iglesias está avivando una guerra sin cuartel contra todo aquel que considera traidor por haberse pasado a las filas de Yolanda Díaz, a la que considera una vendida. Podemos decidió este año volver a los orígenes. Si el partido no está en el Gobierno, la coalición es casta, élite. Y toca asediarla y bombardearla. Los morados han desafiado al Gobierno como nunca y ya se preparan, desde el punto de vista del relato político, para decir que 'no' a María Jesús Montero y ni tan si quiera sentarse a negociar las cuentas.

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