El coronavirus ha podido con la Semana Santa, pero no con las torrijas. El dulce más típico de estas fechas ha ganado la batalla a la pandemia y está presente en pastelerías, obradores, restaurantes y casas de toda España. Si eres uno de esos cientos de miles fans de este plato de pan empapado en leche, pasado por huevo y frito, sigue leyendo estas líneas.
Recetas de torrijas existen muchas, probablemente en cada zona de España se puedan hacer de una manera diferente. Ese ingrediente que cambia puede ser clave a la hora de decidir cuál es mejor. Pero para escribir estas líneas tenemos que tener una cosa clara: probablemente la mejor torrija será la que cada uno comió de pequeño. Los sabores de la infancia tienen eso, nos hacen recordar todo mejor de lo que realmente pudo ser en su momento.
Dicho esto, sí que podemos dar algunas claves para hacer las mejores torrijas posibles, además de una receta en concreto para aquellas personas que no las han cocinado nunca y se quieren lanzar a la aventura en esta atípica Semana Santa de 2021.
Consejos para preparar las mejores torrijas
La importancia del pan
Es el centro de la torrija, el punto clave. El pan es la diferencia entre el triunfo y el fracaso en el resultado final. De siempre se ha elaborado con pan duro, de días anteriores, pero actualmente encontramos panes elaborados en concreto para torrijas. De hecho, actualmente es la mejor elección, y aunque tengan un coste algo superior al de los panes normales (del que se descarta usar, por ejemplo la chapata, tal y como explica la OCU), el resultado final merece la pena.
Infusionar la leche
Si el pan es importante, ya que es el eje central de la torrija, la leche que utilizamos para su elaboración es la clave para aportarle sabor. Y no nos referimos al tipo de leche o a la marca, si no a lo que usamos para infusionarla y que adquiera una mayor potencia en cuanto al sabor. Podemos usar canela, azúcar, limón, naranja... El objetivo es ese, potenciar el líquido, en este caso la leche, en la que vamos a mojar nuestras rebanadas de pan para que adquieran ese típico sabor de la torrija.
Rebozado en huevo y fritura
Después de empapar el pan en la leche hay que pasarlas por huevo batido para generar una pequeña película en toda la superficie. Pero antes de empezar con el rebozado del pan, es importante tener preparado el aceite para su posterior fritura. Es fundamental utilizar un aceite nuevo (o un aceite que sólo hemos usado para torrijas), ya que así nos quitamos de que el pan pueda adquirir posibles sabores de una fritura anterior; y que éste sea de oliva suave, porque aunque podemos utilizar uno de girasol, el aceite de oliva siempre va a aportar un mejor resultado (tanto estético como de sabor). Cuando el aceite esté caliente las torrijas no tardarán más de dos minutos en hacerse. Eso sí, hay que realizarlas en tandas de dos o tres, dependiendo del tamaño de la sartén, porque si no la temperatura descenderá y no obtendremos el resultado deseado.
Miel o azúcar y canela
Para el toque final de la torrija tenemos dos opciones: un almíbar hecho a base de miel y agua o una mezcla de azúcar y canela. Particularmente prefiero el almíbar, pero es una opción muy personal y la canela y el azúcar también aportan un toque perfecto a las torrijas. Eso sí, ya sea una u otra, tenemos que tener claro que toda la superficie tiene que estar bien empapada de miel o de nuestra mezcla.
Receta de torrijas
Antes de contarte una receta fácil con la que conseguir unas torrijas perfectas, vamos a aprovechar los consejos de Pan.Delirio para tener claro qué podemos hacer para mejorar la elaboración de este dulce.
“La torrija tiene que convertirse en una crema, para lo que debe desaparecer la textura de la masa fermentada. Lo conseguimos bañándolas por lo menos una noche en leche infusionada con cáscara de limón, miel, canela y vainilla, para que al día siguiente hayan bebido tanta leche que, prácticamente, se conviertan en un recipiente de leche saborizada”, explican los autores. ¿Qué haremos nosotros entonces? Centraremos gran parte de nuestra receta en convertir nuestra torrija en esa "crema".
Ingredientes*
- Pan para torrijas
- Leche
- La ralladura de medio limón
- Canela en rama
- Azúcar
- Una vaina de vainilla o esencia de vainilla
- Huevo
- Miel y agua
*Los ingredientes dependen de la cantidad que quieras hacer, ten en cuenta que una ración puede consistir en una rebanada de pan o dos (dependiendo del comensal)
Pasos para prepararlas
- Vamos a comenzar infusionando la leche. Es un proceso muy sencillo, pero, como ya hemos comentado anteriormente, fundamental para obtener un resultado óptimo. Para ello ponemos la leche a calentar en un cazo, a fuego alto, junto con la ralladura de limón, la canela en rama y la vainilla (que hemos tenido que sacar de la vaina, abriéndola con una puntilla y raspando el interior, que es lo que da sabor; o la esencia de vainilla, si elegimos este producto). Cuando rompa a hervir, retiramos del fuego, tapamos y dejamos que temple la leche (se infusiona en unos cinco minutos, pero queremos que se enfríe un poco para continuar con la receta).
- Llega el momento de bañar las rebanadas de pan en la leche. No vamos a dejarlas durante una noche, pero hay que tener en cuenta que cuanto más tiempo lo dejemos, más cremosa estará. Eso sí, también hay que tener en cuenta que dependiendo del pan se puede deshacer por absorber mucho líquido. Lo ideal, y lo que vamos a hacer en esta receta, es dejarlo durante cinco minutos. Tras ello las sacamos y dejamos que se escurran en un plato.
- Para el siguiente paso tenemos que tener el huevo batido en un recipiente (plato hondo por ejemplo). Pasamos una a una las rebanadas de pan empapada en leche por el huevo, por ambas partes, para crear esa película de huevo batido que buscamos.
- En una sartén lo suficientemente honda para que entre la torrija a lo ancho, añadimos el aceite de oliva suave y lo ponemos al fuego a temperatura alta. Cuando el aceite esté caliente las torrijas no tardarán más de dos minutos en hacerse. Eso sí, hay que realizarlas en tandas de dos o tres, dependiendo del tamaño de la sartén, porque si no la temperatura descenderá y no obtendremos el resultado deseado.
- Una vez que tengamos nuestras torrijas fritas, y habiendo quitado los restos de aceite de cada rebanada con un papel de cocina, vamos a realizar el almíbar con el que las empaparemos. Este sirope consiste en la mezcla dos partes de miel y una de agua, todo ello removido. Finalmente con una cuchara cogeremos el sirope realizado y lo iremos poniendo en la superficie de la torrija. Así conseguimos el dulzor deseado sin tener que usar azúcar refinada.