Las patatas bravas son otro de esos platos que se pueden calificar como patrimonio gastronómico nacional (al nivel de las croquetas, el jamón, la paella o, entre otros, la tortilla de patata). Pero a diferencia de otros productos que tienen unas pautas en común para su elaboración, en las bravas podemos encontrar diferencias tanto en la patata como en la salsa (o salsas, ya que algunas complementan a la típica brava con otras diferentes).
De hecho, la relevancia de las patatas bravas ha quedado patente esta misma semana cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preparó, en el marco de la cumbre hispano-polaca, un tapeo con su homólogo Polaco, Mateus Morawiecki, en el que, entre otros platos, se sirvieron unas bravas.
Y es que poco podemos decir de las patatas bravas. Ya sea en tapa o en raciones, es un aperitivo que pega tomar mucho durante los fines de semana, sobre todo si va acompañado de una cerveza fría o un vermú. Además Madrid es una de las zonas en las que mejores bravas se pueden tomar, ya que tenemos cientos de opciones de diferentes tascas, bares o restaurantes en donde tienen a esta tapa como estrella.
Y es que es Madrid en donde se hizo por primera vez unas patatas bravas, o al menos de la que se tiene constancia. En concreto fue en 1960, cuando la Casa Pellico, ya desaparecida, ubicada en la calle Toledo, sirvió dados irregulares de patatas, fritos previamente en aceite de oliva, y cubiertas con salsa de tomate picante (con cayena y el toque secreto que tienen todas las salsas bravas).
Hoy en Gastrópoli te traemos cinco opciones para que te decantes (por si tienes dudas de a dónde ir).
Docamar
Para muchos las mejores patatas bravas son las de Docamar (Calle Alcalá, 337). Desde 1963 sirven unas bravas que atraen la plaza de Quintana, lugar en el que se ubica, a madrileños y foráneos. Y aunque las patatas están muy buenas, aunque un poco grandes para mi gusto, la principal protagonista de estas bravas (que se sirven gratis como tapa con una consumición) es la salsa brava. Puedes llevarte a casa su salsa por 9 euros la botella y 1,60 la tarrina.
Precio por ración: 4,50 euros
Los Chicos
En Los Chicos (C/ Guzmán el Bueno, 33) tienen en las patatas bravas clásicas un auténtico tesoro: un tamaño perfecto, crujientes por fuera y sedosas por dentro con una salsa que tiene el toque justo de picante. Pero no sólo eso, además tienen otras opciones como son la americana, la mexicana, la canaria, la italiana y la india. Y además, cada mes tienen la denominada como 'brava del mes'.
Y si te encanta su salsa brava, también puedes llevarte a casa una botella, en este caso por 4,75 euros, e imitar las que son sin duda una de las mejores patatas bravas de Madrid.
Precio por ración: seis euros.
Taberna & Media
En el pasado mes de diciembre, Taberna & Media (C/ Lope de Rueda, 30) se alzó con el galardón de mejores patatas bravas del mundo. Y lo hizo gracias a sus 'bravas cremosas de Alejandro', elaboradas con patata del tipo agria, con una textura cremosa en el interior y crujiente en el exterior (tipo buñuelos) acompañadas con una salsa brava inspirada en el mojo picón.
Tal y como contó el chef tras ganar el concurso, la inspiración de la receta fue su propio hijo, que le animó a preparar unas bravas diferentes, con las técnicas de alta cocina y el saber hacer de la tradición familiar.
Ración: 11,5 euros
Las Bravas
Con dos locales (uno en Álvarez Gato, 3 y otro en Pasaje Matheu, 5), Las Bravas son otro clásico de Madrid. Su salsa, también secreta, se elabora de forma tradicional siguiendo una receta que data de 1960.
Precio por ración en bar: 4,90 euros. En mesa: 5,35 euros.
Oh Dèlice Bistrot
En el madrileño mercado de La Paz podemos encontrar unas originales patatas bravas en Oh Dèlice Bistrot (C/ de Ayala, 28), un pequeño restaurante y espacio de gastronomía con claras inspiraciones francesas. La originalidad de sus bravas reside en que la sirven en forma de gofre y con tres salsas: la 'clásica' a base de tomate, una de mayonesa de humo con aceite y otra ali-oli.
Precio de la ración: 5,5 euros