La gala benéfica solo para hombres del Presidents Club de Londres, a la que asistieron 360 figuras de los negocios y la política británica, está en el centro de la polémica después de que una investigación del ‘Financial Times’ destapara supuestos casos de acoso sexual hacia las azafatas del evento. A la gala asistieron importantes nombres de la élite inglesa como el secretario de Exteriores Boris Johnson o el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney. También estuvieron presentes el magnate de la Fórmula 1 Bernie Ecclestone, el director de inversiones en Oriente Medio de Barclays, Makram Azar, y Michael Sherwood, antiguo vicepresidente de Goldman Sachs.
“Bienvenidos al evento menos políticamente correcto del año”. Así recibió el presentador Jonny Gould a sus distinguidos asistentes al comienzo de la gala en el hotel Dorchester de Londres. El evento, que se celebra desde hace 33 años, ha recaudado más de 20 millones de libras. Sin embargo, la dinámica del mismo nunca se había hecho pública hasta ahora.
Muchas azafatas sufrieron tocamientos e invitaciones para subir a las habitaciones
Las 130 azafatas contratadas para la ocasión debían llevar vestidos cortos y negros, con ropa interior a juego, y tacones altos. Por su trabajo, que podía alargarse hasta las 2 de la madrugada, recibirían 150 dólares, y 25 más para pagar el taxi a casa. Estaban obligadas a firmar un contrato de confidencialidad de cinco páginas que no pudieron leer por falta de tiempo. Tampoco estaba permitido que hicieran copias del mismo.
Durante las seis horas de duración del evento, muchas de las azafatas sufrieron tocamientos, comentarios lascivos o invitaciones para subir a las habitaciones de los asistentes. Estaban obligadas a interactuar con ellos durante la cena, y no se les permitía pasar demasiado tiempo en los lavabos. También tenían permitido beber alcohol durante el evento.
Algunas de las azafatas más veteranas en la Presidents Club Charity Dinner aseguraron que, aunque muchos hombres podían ser desagradables, otros eran “muy graciosos”. Otras se mostraron más aprensivas, afirmando sentirse incomodadas. Una de ellas, de 19 años, contó cómo un asistente de cerca de 70 le preguntó si era prostituta. “Da mucho miedo” afirmó. Previamente, Caroline Dandrige, fundadora de Artista, la agencia que contrató el servicio, avisó a las azafatas de que algunos hombres podían volverse “molestos” y que intentarían “cabrearlas”. También aconsejó que no revelasen a sus parejas dónde iban a trabajar esa noche.
“Quiero que te acabes el vaso, te quites las bragas y bailes encima de la mesa”
Sin embargo, los episodios más sórdidos de la velada llegaron en la fiesta posterior. Las chicas debían bailar con los invitados, aunque muchas permanecieron sentadas y visiblemente asustadas, según indicó una de las azafatas contactadas por 'Financial Times'. En un momento dado, uno de los hombres, que no ha podido ser identificado, cogió por la cintura a una de las azafatas y le dijo: “Pareces demasiado sobria”. A continuación, llenó una copa de champán y acercó a la chica hacia sí mientras susurró “Quiero que te acabes el vaso, te quites las bragas y bailes encima de esa mesa”.
Tras la publicación del reportaje de ‘Financial Times’, el Presidents Club lanzó un comunicado en el que afirma que los organizadores del evento están “horrorizados” por el mal comportamiento de los asistentes, y asegura que investigará los posibles casos de acoso sexual.
