Internacional

El drama del hijastro ruso de un español: oculto en casa para evitar ser enviado al frente

Su novia es la que se encarga de hacer la compra y otras tareas fuera del hogar porque según cuenta su madre, "amigos suyos de su edad que tampoco habían hecho el servicio militar han sido llamados a filas y enviados directamente a la guerra sin la más mínima instrucción"

  • A. junto a su hermano pequeño, que sí reside en España

Rusia está reclutando jóvenes en las calles del país para vestirles de soldado y darles un arma para que vayan al frente en Ucrania. Para muchos, es la primera vez que portan un fusil o una pistola. Una situación que ha obligado a muchos rusos a buscar una salida del país. Los civiles no quieren ir a la guerra y se esconden en casa para evitar el reclutamiento, que en la mayoría de casos es obligatorio. Es el caso de A., un joven de 31 años que está viviendo su segundo confinamiento: su novia, también rusa, es la que se encarga de todas las tareas que requieren salir del hogar, ya que solo reclutan de forma forzosa a hombres.

"Desde que se anunció públicamente en reclutamiento de reservistas mi hijo se encuentra en casa, sin salir a la calle", señala Tatiana, su madre. Esto comenzó el día 21 de septiembre de manera oficial, aunque según cuenta la familia a Vozpópuli, administrativos rusos ya estaban convocando a los miembros de la reserva desde una semana antes.

A. no ha hecho el servicio militar obligatorio por problemas de salud, por lo que de ser reclutado, iría al frente sin haber cogido un arma jamás. Esto no es algo que le exima, tal y como relata su madre a Vozpópuli: "Amigos suyos de su edad que tampoco habían hecho el servicio militar han sido llamados a filas y enviados directamente a la guerra de Ucrania sin recibir la más mínima instrucción militar".

"Amigos suyos de su edad que tampoco habían hecho el servicio militar han sido llamados a filas y enviados directamente a la guerra de Ucrania sin recibir la más mínima instrucción militar"

Es por este motivo que como madre, Tatiana, residente en España, quiere sacarlo del país cuanto antes. El arraigo de A. con España es evidente: su padrastro es español y trabaja como funcionario del Estado con quien su madre convive desde hace casi dos décadas en nuestro país. A. también tiene un hermanastro nacido en España. Pese a ello, están teniendo muchos problemas para conseguirle una visa que le permita venir a España.

"En Navidades estuvimos en Rusia. Tanto nuestro hijo y su novia como sus amigos nos dijeron que querían irse de Rusia debido a la mala situación económica", señala Tatiana. La guerra "ha empeorado esta situación" y ha provocado que "los ricos sean ahora más ricos, mientras los pobres son más pobres", lo que ha envalentonado a muchos rusos que no se atrevían a dejar a la madre patria atrás.

A. ha tenido que escuchar muchas veces como su madre le insistía de forma constante, incluso antes de la guerra, que debía viajar e instalarse en España. Prefirió esperar unos años para tratar de labrarse un futuro en Rusia, pero en los meses previos a la guerra la cosa cambió. "En Rusia no hay futuro", dijo hace unos meses A. a su familia. Es por ese motivo que la familia solicitó la visa Schengen en varias ocasiones, aunque de momento solo ha recibido respuestas negativas..

Desde la embajada de España en Moscú piden que A. tenga un contrato de trabajo en nuestro país para concederle la visa, ya que por su edad, superior a los 21 años, no pueden otorgársela bajo la categoría de reunificación familiar. Solo le ofrecen un visado de turista con el que podría venir un tiempo limitado y no le permitiría trabajar y establecerse. Con el estallido de la guerra, todo se ha complicado aún más: el Kremlin ha cerrado las fronteras para evitar la huida de sus ciudadanos.

"Mi hijo no tiene pasaporte pero hay tres países fronterizos con Rusia que aceptan ciudadanos rusos sin dicho documento. Son Bielorrusia, Kazajistán y Georgia, aunque éste último exige que los ciudadanos rusos firmen un papel diciendo que están en contra de la guerra de Ucrania", señala Tatiana. Esas son las opciones que maneja A. para huir de Rusia, aunque "ahora mismo hay controles en las fronteras de estos países y no dejan salir a los hombres jóvenes".

"Hay tres países fronterizos con Rusia que aceptan ciudadanos rusos sin pasaporte. Son Bielorrusia, Kazajistán y Georgia, aunque éste último exige que los ciudadanos rusos firmen un documento diciendo que están en contra de la guerra de Ucrania"

Pese a ello, la familia no cesa en su ayuda. "Tras el anuncio de reclutamiento, hemos preguntado a otras dos embajadas españolas en países limítrofes a Rusia. En una embajada nos ha dicho que no pueden ayudarnos y en la otra embajada, todavía no nos han contestado", cuenta Tatiana a este diario.

Es por este motivo que la familia pide ayuda al Gobierno de España. Consideran en cierto modo injusto las facilidades de refugio que ha dado la Unión Europea a los ucranianos, pero no a los rusos que están en contra de la guerra y quieren salir del país para evitar formar parte del conflicto. Un reclutamiento aleatorio que no gusta entre los ciudadanos: "Hablo todos los días con mi hijo, su novia, mis amigos y vecinos en Rusia y nadie entiende porque se envía a los jóvenes sin experiencia militar a la guerra".

"Hablo todos los días con mi hijo, su novia, mis amigos y vecinos en Rusia y nadie entiende porque se envía a los jóvenes sin experiencia militar a la guerra"

La familia sueña con poder traer a su hijo junto a su novia para cumplir con el propósito familiar: montar una cafetería en España que regente la pareja, ya que ella es cocinera de profesión. Tienen hasta el local escogido y un piso donde habitarían. Unas intenciones muy distintas a las de los políticos rusos, encabezados por Putin, que quiere colocar sobre las manos de este técnico informático un fusil, así como a miles de jóvenes. Cada día que pasa en Rusia, el riesgo crece: "En cualquier momento puede ser llamado a filas y enviado a la guerra de Ucrania, a pesar de sus problemas de salud".

El clima dentro de Rusia es de tensión. Putin aplaca las revueltas y manifestaciones con severidad. La pasada semana, se saldó con 800 detenidos y el rechazo popular no cambiará las intenciones del presidente ruso. Tampoco han logrado apaciguar los ánimos Erdogan o Xi Jinping, sus dos principales interlocutores en un contexto internacional en el que Rusia cada vez está más aislada.

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