Las largas filas de vehículos en gasolineras británicas continúan este martes, al igual que la frustración ciudadana, al tiempo que los conductores de camiones del Ejercito están preparados por si tuvieran que ayudar a transportar combustible a las estaciones de servicio.
La medida fue adoptada ayer por el Ejecutivo de Londres ante el agravamiento de la crisis desatada en el Reino Unido por la escasez de conductores y el pánico de los ciudadanos a quedarse sin combustible, que ha disparado la demanda.
Por orden del Gobierno, los chóferes militares -que recibirán un adiestramiento de emergencia- llevarán la gasolina a las estaciones de servicio "donde más se necesite y para dar mayores garantías de que el suministro de combustible sigue siendo robusto", según informó el Ejecutivo anoche en un comunicado.
La falta de gasolina y diésel en los surtidores está resultando especialmente preocupante para la Asociación Médica Británica (MBA) que alerta hoy de que sus trabajadores sanitarios "no pueden permitirse" pasarse horas esperando para llenar sus depósitos y piden al Gobierno que garantice el acceso a los trabajadores considerados esenciales.
El vicepresidente del consejo de la BMA David Wrigley señaló hoy a la emisora Times Radio que los trabajadores del sector "se suben hoy al coche nerviosos, mirando el contador de gasolina y preguntándose si tendrán suficiente para llevar a cabo su jornada laboral".
"No podemos estar esperando dos o tres horas en una fila para llenar el depósito cuando tenemos pacientes esperando, así que pedimos al Gobierno que adopte medidas hoy, que establezca un plan y nos diga qué está pasando", alertó.
El Gobierno ha aprobado una prórroga en el periodo de expiración de las licencias de conductores de mercancías peligrosas -autorizados a transportar gasolina- que amplía hasta febrero de 2022 la validez de los permisos que caducaban de aquí a final de año.