Más de 400 mercenarios rusos operan en Kiev bajo las órdenes del Kremlin de asesinar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y su Gobierno a fin de preparar el terreno para que Moscú tome el control, revela este lunes "The Times". El Grupo Wagner, una milicia privada dirigida por un aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, y que opera como una rama independiente del Estado, llevó mercenarios desde África hace cinco semanas en una misión para decapitar al Gobierno de Zelenski a cambio de una cuantiosa bonificación financiera.
La información sobre esta misión llegó hasta el Gobierno ucraniano el sábado y, horas más tarde, Kiev declaró un duro toque de queda de 36 horas para "barrer" la ciudad en busca de saboteadores rusos, añade la información. Las autoridades ucranianas advirtieron a los civiles, al declarar el toque de queda, de que serían vistos como agentes del Kremlin y corrían el riesgo de ser "liquidados" si salían de sus refugios. Una fuente cercana a las actividades del grupo, indica "The Times", confirmó que en enero habían llegado a Ucrania entre 2.000 y 4.000 mercenarios.
Algunos de ellos fueron enviados a las disputadas regiones orientales de Donetsk y Lugansk, mientras que otros 400 entraron desde Bielorrusia y se dirigieron hacia la capital. A los mercenarios se les indicó que Putin quiere una breve pausa para demostrar que está negociando con Zelenski, pero les aseguró que no se llegaría a ningún acuerdo y que el esfuerzo sería simplemente un engaño, según una fuente cercana a altos cargos.
Frontera de Bielorrusia
Zelenski acordó ayer enviar una delegación para reunirse con un equipo ruso en la frontera de Bielorrusia, pero expresó su escepticismo sobre la seriedad de Moscú. Los mercenarios, agrega el rotativo, están esperando una señal del Kremlin y se les ha prometido fuertes bonificaciones por asesinatos en los próximos días y un salvoconducto para salir de Ucrania antes del final de la semana.
Además de Zelenski, la lista negra contiene otras 23 personas, incluido el primer ministro, el gabinete, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, y su hermano Wladimir, ambos populares excampeones de boxeo que se han unido a la lucha militar contra los invasores.
Los mercenarios se jactan de saber exactamente dónde están el presidente y sus colegas en Kiev y aparentemente pueden rastrearlos a través de sus teléfonos móviles. Después de que Moscú invadió la semana pasada, Zelenski se dirigió a la nación y afirmó que las fuerzas especiales rusas estaban en la capital buscándolo como "objetivo número 1".
Wagner es una empresa militar privada y ha estado estrechamente asociada con los proyectos de Putin en todo el mundo. Es propiedad de Yevgeny Prigozhin, un oligarca conocido como el cocinero de Putin, y el grupo ha llevado a cabo operaciones encubiertas en África y Oriente Medio, y también fue responsable de fomentar los problemas en el este de Ucrania en 2014.
"Son muy efectivos", dijo el general Sir Richard Barrons, excomandante del Comando de Fuerzas Conjuntas. "Pueden aparecer de las sombras, hacer cosas muy violentas y después volver a desaparecer, sin que sea obvio quién fue el responsable. No están directamente vinculados al Gobierno ruso y, por lo tanto, pueden negarlo", agregó.
Las fuentes indicaron que al parecer habían sido informados sobre la invasión planificada de Ucrania en diciembre, mucho antes de que se informara al ejército ruso.