Destinos

Nueve razones para escaparse a descubrir Orense este otoño

Ser la única de las provincias gallegas sin costa y sin embargo no tener nada que envidiar a sus vecinas costeras tiene su aquel. Por eso Orense se ha convertido, discretamente y sin mucho ruido, en un destino turístico imprescindible por méritos propios. Rutas alucinantes que atraviesan montañas, valles y paisajes espectaculares, una tradición gastronómica con la que se ha metido en el bolsillo a los paladares más exigentes, cañones fluviales que dejan sin respiración y un patrimonio cultural para quitarse el sombrero son sólo algunos de los generosos regalos que esconde este histórico rincón del noroeste de la península. 

  • Puente romano de Orense (flickr | hermidaprada - imagen con licencia CC BY-SA 2.0).

El comienzo del otoño es una buena época para dejarse seducir por los encantos de esta tierra. Sólo una advertencia: dicen que la magia del lugar atrapa de tal forma que os resultará imposible no regresar. Aunque hay muchas más, os dejamos con nuestras nueve razones para descubrir Orense este otoño. Buena ruta.

Recorrer la ruta de los monasterios de la Ribeira Sacra

Es uno de los reclamos más evidentes de la provincia: aproximadamente 700 kilómetros cuadrados entre el sur de Lugo y el norte de Orense a lo largo de los que encontraréis asentamientos religiosos en forma de monasterios en mitad de un paisaje espectacular. Son auténticas joyas románicas que merece la pena visitar no sólo por la construcción en sí, sino también por el entorno en el que están situadas, entre los cauces de los ríos Sil y Miño, en las profundidades de unos valles imponentemente verdes. Para no perdérselo.

Visitar los balcones de Madrid

Uno de los miradores más conocidos de la Ribeira Sacra es un balcón de vértigo ubicado a 500 metros de altura, sobre los cañones del río Sil. Situado en Parada de Sil, es un auténtico espectáculo de los que pocos se olvidan. Incluso los ‘veteranos’ que ya han pasado por allí reconocen que las vistas al borde del abismo les siguen impresionando.

Cuentan que el nombre viene de una antigua tradición: era aquí donde muchas mujeres se despedían de sus maridos emigrantes, que en épocas de vacas flacas emprendían largos viajes para hacer dinero. Muchos de ellos trabajaron como barquilleros en Madrid, y de ahí que acabara llamándose a este vertiginoso mirador el balcón de Madrid.

Una parada en Allariz

 Cuando José Luis Cuerda conoció esta localidad decidió que era perfecta para rodar La Lengua de las Mariposas, y hasta allí se trasladó con todo su equipo. Fundada por Alarico, rey de los suevos, quien la bautizó con su nombre, tiene un casco histórico de los de no dejarse la cámara en casa. Si pasáis por allí, hay unos cuantos imprescindibles: la iglesia de Santiago, el Palacio del Juzgado, la Casa-Torre de Castro Ojea, el convento de Santa Clara… También es un paraíso para los amantes de las compras: casi una veintena de conocidas marcas gallegas tienen aquí sus outlets.

Cruzar el Puente Viejo de Orense

Paso hacia Santiago, mirador sobre el Miño, antiguo puente romano levantado durante el gobierno del emperador Augusto... Por muchas razones, este emblemático puente es todo un símbolo ligado a Orense y a su provincia. A pesar de que del primer puente romano sólo se conservan algunos sillares almohadillados en las bases, cruzarlo sigue siendo un viaje hacia el pasado: rememora la importancia de esta obra estratégica que sirvió como nudo de comunicaciones en el centro de la entonces provincia de Gallaecia.

Conocer la catedral de San Martín

Incluso para los poco amigos del turismo clásico, uno de los imprescindibles de Orense es la espectacular catedral de su capital. Dedicada a San Martín, comenzó a construirse en el siglo XII y hoy está considerada uno de los grandes templos románicos de Europa. Cuentan los historiadores que se levantó sobre la antigua basílica del período suevo, y también que a lo largo de su historia hizo las veces de fortaleza en una larga lista de ocasiones. Entre sus atractivos están las tres puertas románicas, especialmente el Pórtico del Paraíso, para muchos un verdadero tesoro. Actualmente la catedral de San Martín está considerada Bien de Interés Cultural.

Descubrir Ribadavia

En la provincia orensana hay una buena lista de municipios que merecen visitas de las atentas. Uno de ellos es la histórica Ribadavia, antigua sede del Reino de Galicia. Se encuentra en la Comarca del Ribeiro, entre las sierras de Faro y Suido, en mitad de un escenario precioso donde confluyen los valles del Miño, Avia, Arnoia y Barbantiño. Toda su historia ha transcurrido ligada al vino porque sus viñas producían los caldos que luego se exportaban a Alemania, Inglaterra, Italia o Países Bajos ya en la Edad Media.

Pero además de ese paisaje rodeado de viñas, Ribadavia es conocida por su judería, una de las más relevantes y mejor conservadas de Galicia, y también por los templos que vigila desde lo alto el castillo de los condes de Sarmiento: Santo Domingo, O Portal, San Francisco, Santa María, San Juan... Uno de esos municipios que no os arrepentiréis de visitar.

Contemplar el castillo de Monterrei

Muy cerquita de la frontera con Portugal, dominando el valle del río Támega en lo alto de una colina, los aficionados a fortalezas y castillos encontrarán un regalo de los que no tienen desperdicio. Se trata de un castillo con una larga historia (se utilizaba para la defensa de la frontera con el cercano Portugal) en el que se asentaron en distintas épocas algunos de los linajes más poderosos del país.

Entre ellos los Ulloa, los Zúñiga, los Biedma, los Fonseca, los Acevedo o los Duques de Alba. Declarado Bien de Interés Cultural, es una de las fortalezas mejor conservadas de Galicia. Hace unos meses la Xunta cedió su uso a Paradores de Turismo, así que ahora puedes dormir en sus instalaciones y probar a sentirte como un auténtico rey.

De balnearios y termas

Rebautizada como la provincia termal, Orense no tiene nada que envidiar a los balnearios y termas de mayor tradición en Europa. De hecho, el patronato de turismo dispone de un tren termal que recorre algunas de las maravillas termales de la provincia. Cuenta con nada menos que cuatro balnearios, otros tres hoteles balneario, varias pozas termales, la piscina termal de As Burgas, las termas de Outariz, Chavasqueira y Prexigueiro... Todo un paraíso para los amantes del relax y el descanso que quieran regalar algo de mimo al cuerpo.

Darse caprichos gastronómicos

Dicen que si todos los atractivos de esta lista y también los que no están en ella desaparecieran, serían muchos los que seguirían acercándose a Orense siempre que mantuviera el listón tan alto como hasta ahora en el terreno gastronómico. Y lo cierto es que una de las virtudes que ha dado más fama a esta tierra es su estupenda cocina: estupendas empanadas, riquísimo pote gallego, delicioso lacón con grelos, cuidados platos de caza en temporada... Y todo acompañado de buen pan y mejor vino.

De hecho, las fiestas gastronómicas de la provincia son todo un acontecimiento que no os podéis perder. Y aunque la del pulpo de O Carballiño, la del ribeiro en Ribadavia y la del pimiento de Arnoia son las más conocidas, el calendario está lleno de muchas más. Para darse un buen homenaje.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli