Radiotelevisión Española recibirá el próximo año una aportación de 473 millones de euros por la vía de los Presupuestos Generales del Estado. El 1 de enero, sus directivos tendrán que descontar de esta cantidad alrededor de 450 millones que se destinarán a pagar a sus empleados, es decir, el 95% del montante.
El gasto en salarios de la corporación ha aumentado progresivamente durante los próximos años. Leopoldo González-Echenique ideó un plan en 2013 para tratar de frenar este crecimiento que se tradujo en un ahorro de 28 millones de euros. Sin embargo, desde entonces el coste de la plantilla ha incrementado progresivamente hasta los 397 millones de euros de 2018 y los 425 millones de 2019.
De esta última cantidad, 327,27 millones de euros se destinaron al abono de "sueldos, salarios y asimilados" y 97,89 millones al pago de las cargas sociales, tal y como figura en la memoria de cuentas de la corporación.
Para 2021, el gasto se incrementará casi el 5%, hasta los 448 millones de euros, entre otras cosas, por el 'crecimiento vegetativo de la plantilla', compuesta por alrededor de 6.500 personas. En este ejercicio, los trabajadores de más de 63 años tendrán la opción de acogerse a un plan de prejubilaciones que prevé una compensación de 50.000 euros por persona.
Año difícil
Todo eso sucederá en un momento de incertidumbre en el que los ingresos que obtiene Radiotelevisión Española a través de las compañías de telecomunicaciones y las empresas de la TDT podrían mermar. Básicamente, porque su facturación podría verse resentida en este 2020 de fuerte contracción económica, lo que provocaría que el montante de su negocio que destinan anualmente a financiar RTVE -obligadas por ley- fuera menor que en 2019.
Rosa María Mateo incidió recientemente en que el presupuesto de la corporación alcanzaría los 1.127 millones de euros, es decir, el 12,7% mayor que el de 2019. Todo esto, después de que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado haya garantizado un incremento del 25% de la aportación a la televisión pública.
De esa cantidad, se espera que los operadores de telecomunicaciones aporten 180 millones de euros, lo que implicaría una caída del 18% con respecto a anteriores ejercicios, en línea con el descenso previsto de su facturación. Por otra parte, 410 millones serían ingresados por RTVE a través de la llamada Tasa Radioeléctrica.
En caso de que se cumplan esas previsiones, Radiotelevisión Española destinaría el 40% de su presupuesto total a sufragar los sueldos y las cargas sociales de sus trabajadores, lo que volverá a condicionar la realización de inversiones y la composición de sus parrillas de programación en un entorno audiovisual en el que cada vez existe una mayor competencia. Especialmente, en el terreno de la ficción.
A los gastos habituales habrá que sumar, en 2021, la compra de los Juegos Olímpicos de Tokio, que ascenderá a alrededor de 50 millones de euros -sumados los costes de producción- y que se computará al presupuesto de ese año, pese a que pueda cerrarse en las próximas semanas.
No hay que olvidar que la corporación cerró el ejercicio 2019 con un déficit de 30 millones de euros y que su Dirección espera terminar 2020 con un agujero de otros 50 millones. Esta desviación es la consecuencia de haber encarado los dos últimos ejercicios con el presupuesto de 2018 prorrogado, lo que impidió compensar el incremento del coste de la plantilla.
Lejos de contenerse, en 2020 este gasto también volverá a subir. De momento, Hacienda ha descartado una reducción de personal, pues en el III Convenio Colectivo de la corporación se garantiza la cobertura de cada una de las bajas que se produzcan en los próximos años en su plantilla.