En un momento en el que todo apunta a una muerte lenta del diésel, sobre todo por parte de los diferentes gobiernos europeos como demuestran las muchas declaraciones vertidas contra él y los anuncios de medidas para limitar su circulación, Audi ha demostrado que los motores de gasóleo no están muertos ni mucho menos. Y es que sus modelos más deportivos, los de la gama S, hasta ahora siempre animados por motores de gasolina, tendrán a partir de ahora motores diésel.
Así, tanto el S6 como el S7 y el SQ5 dejan atrás sus anteriores bloques de gasolina y montan la última generación de los motores V6 diésel de Audi. Versiones tan deportivas como se espera de sus 350 CV de potencia pero que además cuentan con las ventajas de la etiqueta ECO de la DGT. Deportivos y ecológicos a la vez, para lo cual Audi introduce la tecnología de 48 voltios para lograr que a muy baja velocidad cuente con el apoyo de un pequeño motor eléctrico conectado al cigüeñal que hace las funciones de alternador y de motor de arranque y una batería de iones de litio con una capacidad de 10 Ah alojada bajo el piso del maletero. Así, en las frenadas puede recuperar hasta 8 kW de energía eléctrica, que se almacena en la batería. Cuando el conductor acelera de nuevo, el sistema eléctrico vuelve a arrancar el motor de forma instantánea.
Una tecnología microhíbrida que permite que el sistema start/stop se active desde una velocidad de 22 km/h. Gracias a la integración del sistema de hibridación ligera y a los sensores del vehículo, esta nueva gama de modelos S logran un ahorro de combustible de hasta 0,4 litros cada 100 kilómetros en condiciones reales de conducción, y pueden desplazarse en modo de marcha por inercia con el motor de combustión desactivado hasta 40 segundos.
Sonido y prestaciones de gasolina
Pero con todo, lo que más sorprende al subirnos a ellos es el sonido que emiten cuando aceleramos. Un meticuloso trabajo de los ingenieros de la marca para que quienes opten por estos nuevos deportivos no sientan que están ante un diésel convencional, sino ante una nueva forma de entender esta tecnología. La puesta a punta que han diseñado hace de estos bloques V6 diésel motores no solo supereficientes, sino también con cierta carga emocional en su utilización. Suenan casi como un gasolina, empujan desde muy bajo régimen con contundencia y son capaces de proporcionar las prestaciones esperadas de un modelo S. 350 CV y 700 Nm de par son datos suficientes para poder prever un dinamismo a la altura de la historia de estos modelos.
Afortunadamente, esta primera toma de contacto hemos podido realizarla en carreteras y autopistas alemanas, con muchos tramos sin límite de velocidad donde es posible exprimir todo el potencial sin peligro de acabar entre rejas. Con la ayuda del sistema eléctrico y la capacidad de empuje de un diésel de semejantes valores de par, el resultado es una respuesta espontánea y una impresionante capacidad para acelerar o realizar adelantamientos, al disponer de toda la potencia de forma inmediata cuando pisas a fondo el acelerador.
Como datos destacados, los nuevos S6 y S7 aceleran de 0 a 100 km/h en 5,0 segundos y alcanzan una velocidad máxima limitada electrónicamente a 250 km/h, cifra a la que llega con absoluta facilidad. Las ventajas de poder circular por Alemania y poder comprobarlo en primera persona. El SQ5, un deportivo muy peculiar en formato SUV, sorprende casi aún más, no por las prestaciones, semejantes a las berlinas, sino por el propio formato de carrocería sobreelevada, que transmite mayor sensación aun de dinamismo. No llega a ser tan eficaz en trazados muy virados, pero sorprende la agilidad que ofrece en los cambios de apoyos. Además, después de una buena jornada a sus mandos en carretera puedes todavía dejar atrás el asfalto y moverte con algo de libertad fuera del asfalto.
Tracción quattro
Y es que como en todos los modelos S de Audi, la tracción permanente quattro forma parte del equipamiento de serie. En condiciones normales, su diferencial central autoblocante distribuye el par entre los ejes delantero y trasero en una proporción 60:40. Si una de las ruedas pierde adherencia, la mayor parte del par se deriva hacia el eje que cuenta con mayor capacidad de tracción. Como caso extremo, puede enviar un 70% al eje delantero y un 85% a las ruedas traseras. El control selectivo de par individual mejora la agilidad en conducción deportiva, frenando ligeramente las dos ruedas interiores a la curva, que son las que cuentan con menos carga, antes de que pierdan agarre.
La dirección progresiva de serie ya ofrece un reglaje deportivo en su configuración estándar: resulta más directa cuanto mayor es el ángulo de giro del volante. La asistencia electromecánica específica de las versiones S filtra las posibles sacudidas en la dirección, pero transmite información de forma muy precisa ofreciendo mucha confianza para moverse entre curvas a ritmo muy rápido.