Las primeras investigaciones sobre diversos vehículos de Renault no han demostrado trucaje alguno en los motores, pero sí un exceso de los niveles de emisiones contaminantes, sobre todo en el caso del nuevo monovolumen Espace, que multiplican por entre cinco y diez veces el volumen de CO2 y de NOx declarado. Por ello, la ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal, reclamó a Renault una acción inmediata para reducir las emisiones contaminantes de sus vehículos, sin esperar a las conclusiones definitivas de aquí al verano de la comisión técnica que ella misma puso en marcha.
De momento, Renault ya ha anunciado que revisará y ajustará 15.000 unidades del Captur diésel de 110 CV fabricado en la planta de Valladolid para reducir los niveles contaminantes y cumplir con la normativa vigente. Las grandes diferencias entre las emisiones declaradas y las constatadas fueron las que llevaron al organismo antifraude francés a llevar a cabo registros en diversas instalaciones de Renault, un hecho que provocó el hundimiento en bolsa de las acciones de Renault. Renault ya ha reaccionado anunciando que en las próximas semanas presentará un plan para reducir las emisiones de sus coches, un plan que incluirá medidas técnicas de mejora de la eficiencia de los motores de futuros coches, pero también otras para vehículos que ya están en circulación
Un anuncio que llega en la conferencia de prensa de presentación de los resultados comerciales de 2015, donde el responsable comercial de Renault, Thierry Koskasse, negó a dar otros detalles del plan, por ejemplo al ser preguntado sobre si Renault se hará cargo de modificaciones en los coches que ya han sido comercializados, como tiene previsto hacerlo Volkswagen tras el escándalo suscitado por el fraude en el dispositivo de sus motores. Insistió en que Renault no ha cometido fraude, en que no utilizan ningún software para falsear los datos de emisiones y en que todos los modelos de la marca han pasado las homologaciones.
Afirmó que la compañía está trabajando con la comisión creada por el Gobierno francés en septiembre pasado para evaluar las diferencias entre las emisiones en condiciones de homologación y en condiciones reales de funcionamiento de los automóviles. Koskas reconoció que "es un hecho" que hay diferencias en la contaminación generada en condiciones de homologación y en condiciones normales de funcionamiento, y que esas diferencias no son una sorpresa para el fabricante, ya que sus ingenieros tienen plena conciencia.