Opinión

...y todavía queda el estreno de la serie de Pedro 'El Vanidoso'

Quienes hoy ensordecen a la sociedad con el ruido de sus discursos manipulados echarán el resto en los próximos meses para tratar de pastorear al electorado. ¿Hacia dónde? La respuesta es muy evidente

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado en un acto del PSOE en Valencia. -

Como la inmediatez se ha adueñado de nuestras vidas y el día a día parece discurrir sobre el escarpado relieve de un electrocardiograma alterado, habrá quien no recuerde la campaña electoral previa a los comicios madrileños. Pero quien quiera anticipar lo que sucederá en el 2023 multi-electoral debería retroceder hasta mayo de 2021, cuando se llegó a definir como “provocadores” a algunos políticos conservadores por intentar ofrecer un mitin en Vallecas.

Durante esas semanas, hubo momentos que parecían formar parte de un guion de Sidney Lumet. Sin ir más lejos, la pobre Yolanda Díaz (casualidad) se encontraba en el plató de Antonio García-Ferreras cuando conoció la noticia de que un loco había enviado una navaja ensangrentada a Reyes Maroto. Tras cerciorarse de estos hechos, la ministra de Trabajo se llevó las manos a la cara, como quien trata de ocultar un llanto incontrolable. “Se sobrecogió”, dijo Helena Resano en el informativo para definir esta reacción. Al poco, Maroto posó ante los fotógrafos con un papel entre las manos. Tenía el cuchillo imprimido. La prueba del delito. La consecuencia del discurso del odio que transmiten el PP y Vox.

A tenor de estos precedentes, habrá que ver cuáles son las producciones mediático-cinematográficas que preparan para 2023 el Gobierno y sus aliados en la prensa, la radio y la televisión. Los que esta semana definieron una decisión del Tribunal Constitucional como un “asalto a la democracia”, un “golpe de Estado” y un “secuestro al poder legislativo”. Los que cada mañana conectan con los diez médicos de familia madrileños encerrados en una Consejería mientras no hicieron ni caso a las protestas convocadas en otras comunidades autónomas. Y quienes emiten cada día una cantidad de publicidad institucional que no se recordaba desde la celebración de los veinticinco años de paz.

Qué duda cabe que quienes hoy ensordecen a la sociedad con el ruido de sus discursos manipulados echarán el resto en los próximos meses para tratar de pastorear al electorado. ¿Hacia dónde? La respuesta es muy evidente: hacia quien ha disparado el gasto en propaganda gubernamental.

La propaganda más pornográfica

El soniquete comenzará a emitirse en la cúspide, dado que en 2023 verá la luz el documental sobre Pedro Sánchez, en lo que será el acto de propaganda más pornográfico y menos efectivo de los últimos años. Habrá quien piense que Moncloa tendrá cierto pudor y no lo estrenará durante la precampaña electoral, pero, a la vista de la escasa importancia que por allí se concede a las reglas del juego democráticas -recordemos que la entrevista en Moncloa de Ferreras costó una multa a Sánchez-, poca duda hay de que la serie -de dos episodios- se la tratarán de inyectar a los españoles, sea como sea, antes de las elecciones municipales.

¿Podría recurrirse a Radiotelevisión Española ante el escaso interés mostrado por las plataformas en adquirirla? Fuentes de la corporación niegan que se haya abordado este tema en su Consejo de Administración. Ahora bien, en ese órgano se concedió hace unas semanas un contrato de 5,5 millones de euros a la productora de José Miguel Contreras y Prisa sin ningún rubor. Por tato, todo podría pasar en el futuro.

Llama la atención que Andrés Varela Entrecanales, uno de los productores de la serie, tuviera tanto interés -junto a sus socios- la pasada primavera en gastar 34 millones de euros en Prisa, a sabiendas de que la realidad financiera de este grupo no le convierte precisamente en una 'perita en dulce' para los inversores. Tan sólo en medio año, han perdido el 50% de esa inversión. Muchos millones de euros. Curioso...

Entre todos estos pintores de cámara y periodistas cercanos ayudarán a configurar la atmósfera necesaria para que los mensajes propagandísticos de Moncloa lleguen a los ciudadanos con la misma forma que los virus contagiosos. Habrá que ver si en el Partido Popular están preparados para librar esta batalla, en la que se enfrentarán a líderes de opinión con una sobrada capacidad para mentir, como hicieron a principio de esta semana las Àngels Barceló y compañía en sus editoriales sobre lo acaecido en el Tribunal Constitucional.

No conviene subestimar el poder de la propaganda porque en la era de las redes sociales es capaz de modificar voluntades a partir de una estrategia que no tiene mucho misterio, como es la de repetir las consignas día y noche, de modo que cada vez que un ciudadano se asome a una pantalla las tenga delante de él.

Dudo que las acciones más burdas que planean -como la emisión de una epopeya de encorbatados con Pedro, Begoña, Iceta y demás tropa desgastada- tengan éxito, dado que son demasiado obvias

La propaganda es importante. Es la clave de todo en realidad. Es la que demoniza las apuestas deportivas (Ministerio de Consumo mediante), pero ensalza la ludopatía del 22 de diciembre. Es la que otorga a la izquierda reaccionaria de nuestros tiempos el adjetivo “progresista”. Y es la que sirve para que los lectores de los medios de comunicación asuman postulados irracionales como males necesarios. ¿Cuántas veces se pudo observar eso en el primer estado de alarma?

El PSOE y el Estado que ha configurado a su imagen y semejanza durante 40 años darán el todo por el todo en este 2023 venidero. Dudo que las acciones más burdas que planean -como la emisión de una epopeya de encorbatados con Pedro, Begoña, Iceta y demás tropa desgastada- tengan éxito, dado que son demasiado obvias. Aburrirán al personal, como el álbum de fotos de las vacaciones de los amigos o el vídeo de la boda de los vecinos. Pero estarán acompañadas de juego sucio, de argumentos zafios de vendidos de tertulia y de miles de mensajes que tratarán de convencer a la opinión pública de que el peor gobierno de la democracia merece su apoyo… porque no es tan malo.

La situación será incómoda. Basta con escuchar el discurso macarra de Sánchez en el Senado del pasado martes para cerciorarse de ello. ¡Qué burdo tratamiento a la oposición y a quienes no le ríen las gracias! Habrá que acostumbrarse a ese soniquete. Se escuchará de fondo hasta que terminen las elecciones generales.

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