Con independencia de si es cierta o no la leyenda urbana que atribuye la expresión “disparar con pólvora del Rey” al modus operandi de los antiguos Tercios españoles que, según el tipo de operativo militar que abordasen actuaban con munición costeada por ellos o a cargo al Rey de España, actualmente se utiliza para referirse a aquel administrador de recursos ajenos que, carente de la mínima responsabilidad, los emplea con una desmesura y un despropósito exagerados, cosa que no haría con los suyos.
Así entendido, ya sabíamos que Sánchez administra los recursos de los españoles como si estuviera disparando con pólvora real. La evolución de la deuda pública durante su mandato es la mejor y la más objetiva prueba de lo afirmado, pues es él quien ostenta el dudoso récord de endeudarnos a la mayor velocidad de nuestra historia, 75.000 euros anuales como media desde que gobierna. Ha conseguido elevar nuestra deuda hasta el estruendoso importe de 1,6 billones de euros que es la cifra que ya debemos los españoles, 32.656 euros por cabeza, 78.374 euros por familia. Y todo esto pese a llevar seis años subiéndonos los impuestos de modo inclemente y con todo tipo de artimañas ayunas de ética y plenas de “para legalidad”. Pues bien, de mantenerse este ritmo de aumento y de agotar Sánchez la legislatura, como es su propósito, finalizará su actual mandato con el “mérito” de dejar una España endeudada en 1.850.000 €. Y si fuera reelegido en 2.027, en solo dos años nuestra deuda pública superaría ya los dos billones de euros, casi nada.
Claro que la pólvora que utiliza Sánchez para disparar tan alocadamente no la paga él, pues la carga de la deuda recae sobre el conjunto de los españoles que somos los que durante un largo periodo de tiempo tendremos que hacer frente a la devolución del principal y al pago de los intereses, poca broma. Para situarnos en la relevancia de la cifra que debemos, basta con considerar que el importe actual de la deuda pública -los citados 1,6 billones de euros- equivale a la recaudación de la Agencia Tributaria durante seis años. Y que el importe anual del interés que hemos pagado por ella en 2.023 -32.000 euros- supone el 40% de lo recaudado por IVA durante un año.
Ante este panorama de la España ferozmente entrampada que nos va a dejar es inmediato preguntarse ¿Dónde estará Sánchez mientras nosotros y nuestros hijos arrastremos la cruz que supone la deuda que ha generado? ¿En Venezuela? ¿En la República Dominicana? Todo apunta a que él y su entorno han sembrado, abonado y regado lo suficiente para vivir tranquilamente en ambos destinos. Pero quizás tenga que permanecer en España expiando sus culpas en sede judicial.
El legado que Sánchez dejará a los españoles es la ruina colectiva. Nosotros y nuestros hijos sufriremos durante un largo periodo su nefasta gestión del dinero público
En cualquier caso, por conocer los datos expuestos hasta ahora, ya conocíamos que Sánchez es el prototípico mal administrador de recursos ajenos. Pero hace unos días, se ha hecho público un estudio técnico de la Comisión Europea que confirma lo que muchos dijimos y el Gobierno negó: la reforma Sánchez-Escrivá del sistema de pensiones es la garantía de su futura ruina. El estudio constata el error que ha supuesto la eliminación del factor de sostenibilidad, el mantenimiento agravado de una tasa de reemplazo injustificable -la más alta de la Unión Europea- y la utilización de unas proyecciones fantasmagóricas sobre el comportamiento futuro de la población y del PIB. Incorporando el necesario realismo ausente en las idílicas previsiones de Escrivá, los técnicos europeos calculan que el déficit de nuestra Seguridad Social seguirá creciendo impulsado por un desorbitado gasto en pensiones que será el más alto de la Unión en términos relativos sobre el PIB, hasta alcanzar un 17%.
De manera que el legado que Sánchez dejará a los españoles es la ruina colectiva. Nosotros y nuestros hijos sufriremos durante un largo periodo su nefasta gestión del dinero público, ése que no es de nadie, según la iluminada visión de la no menos iluminada vicepresidenta primera que tuvo a bien nombrar en su primer Gobierno.
A mí no me cabe duda alguna. Si España fuera una sociedad mercantil, Sánchez estaría incurriendo de pleno en el ilícito penal de administración desleal. Como no lo es, lo que constituye su gestión económica es un auténtico fraude a los españoles. Se está bebiendo todo lo que entra en la caja del Estado y todo lo que, sin llegar a entrar, consigue a base de endeudarnos más y más. Pero él no paga ninguna ronda, la pagamos y la pagaremos todos y durante mucho tiempo, tanto como el que nos estaremos acordaremos de él esté entonces en Venezuela, en Dominicana o examinado por un Tribunal español.
Norne Gaest
Ruina económica, ruina institucional y ruina a la unidad nacional, ese es el legado de Sánchez, último líder de la factoría socialista. A pesar de eso, millones de españoles seguirán votando dicha marca. Ayer, en las Vascongadas, mejoraron sus anteriores resultados.
Pepepelotas
Mejor los inútiles que ni opinen, pero en el caso de este gobierno son mayoría absoluta. Tendremos que agradecer al PSOE como corresponde que tengamos que mantener a gente indigna para dicho cargo
RafaR
Por favor, revise las cifras porque está claro que no cuadran.