Dos veces tan sólo ha intervenido Quim Torra, objeto el 'dedazo' de Puigdemont, ante la Cámara catalana. Dos intervenciones en las que reflejó a la perfección su talante radical, su visceral odio a España y su furibundo independentismo. La porra y el miedo son sustantivos reiterados en sus mensajes, pulcros, bien redactados y pronunciados en tono pausado y severo. Propio de un escritor que se dice historiador. Y que dirigió el centro cultural del Borne, el 'valle de los caídos' del nacionalismo.
"Nos quieren mudos, silenciados, atemorizados, incluso en prisión y en el exilio, pero ya no callaremos más porque decimos basta", fue una de las frases más aplaudidas el 23 de marzo, cuando intervino como ponente de JxCat en la investidura fallida de Jordi Turull, a quien la CUP le negó sus votos y que, entre sesión y sesión, pasó a una celda de Estremera.
De verbo sólido y contundente, Torra ha señalado en el Hemiciclo que "el proceso independentista ha hecho saltar en mil pedazos a los acróbatas de la transición", y también ha señalado que "la operación 'a por ellos' es un monstruo con decenas de cabezas", lo que no impide que pretendan convertir Cataluña en "una prisión enorme".
La necesaria mayoría
Su discurso de este sábado, en defensa de su investidura, será más institucional, dicen en fuentes separatistas. "Pero no abandonará su contundencia y su confrontación con el Estado, porque para eso le han puesto ahí", añaden. Este sábado se votará en primera vuelta su designación que, no saldrá adelante salvo si la CUP modifica su abstención por un 'sí'. La candidatura del valido de Puigdemont conseguiría la aprobación parlamentaria el lunes, cuando ya sólo necesitará una mayoría simple de 66 escaños. Una cifra que se consigue merced al voto delegado del propio Puigdemont y del exconsejero Toni Comin, huido en Bruselas.
Tras recibir el respaldo mayoritario de la Cámara, su nombramiento habrá de ser publicado en el Botelín Oficial del Parlamento de Cataluña, en el Diario Oficial de la Generalitat y en el BOE. Asimismo, deberá ser sancionado por el Rey. Tras su elección, el nuevo 'president' anunciará la composición de su Govern, que tomará posesión también la semana próxima, porque ahora los independentistas tienen prisa. Una vez cumplido el trámite, el Gobierno central procederá al levantamiento de la aplicación del artículo 155. Las instituciones catalanas recuperarán de esta forma las atribuciones que les otorga el Estatut.