Mariano Rajoy estudia comparecer a petición propia ante el Pleno del Congreso para hablar sobre el futuro de las pensiones, pero quiere hacerlo dando un "golpe de efecto" que calme el miedo que ha calado entre los jubilados, único colectivo donde el PP sigue siendo primera fuerza en voto a raíz de las movilizaciones de la denominada "Coordinadora estatal en defensa del sistema público de pensiones", admiten fuentes gubernamentales a Vozpópuli.
El presidente del Gobierno no quiere acudir a la Cámara arrastrando los pies porque así lo hayan pedido el PSOE y Podemos con la anuencia de Ciudadanos, y está analizando distintos escenarios. Lo que no va a hacer, señalan distintas fuentes consultadas, es "lo que ha hecho el PSOE": romper la "lealtad" con el Pacto de Toledo proponiendo la revalorización de las pensiones con el IPC -un 1,6% en 2018- a sabiendas de que "es imposible".
Las fuentes consultadas se inclinan porque Rajoy anunciará algún tipo de medida "extraordinaria" que compense la pérdida de poder adquisitivo "para calmar los ánimos"; algo que, eso sí, "saldrá del Presupuesto del Estado y no de las cuentas de la Seguridad Social, porque ya no hay margen". Cabe recordar, a este respecto, que el Gobierno solicitó un crédito extraordinario de 8.000 millones al inicio de 2018 para afrontar el gasto en pensiones.
El Gobierno está muy molesto con el PSOE porque cree que se está dejando arrastrar por la "Coordinadora estatal en defensa del sistema público de pensiones", que considera próxima a Podemos
El malestar en La Moncloa con la oposición, en particular con Ciudadanos y PSOE es grande porque entienden que han sucumbido a la presión que ha logrado instalar Podemos en la calle a través de esa "Coordinadora estatal en defensa del sistema público de pensiones".
De hecho, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, ha criticado que Podemos pretenda "crear alarmas y montar un gran lío" sobre las pensiones y solo esté haciendo demagogia para romper las negociaciones y "reventar" el Pacto de Toledo porque "no tiene propuestas". En una rueda de prensa en el Congreso, Hernando ha pedido al PSOE que, tras haber estado en el Gobierno, debe saber que "lo importante es llegar a un acuerdo que garantice y dé tranquilidad a los mayores y no que genere incertidumbre, que es lo que le gusta a Podemos".
En La Moncloa y en el PP sostienen que el debate es falaz porque nunca han dicho que no haya margen para subir las pensiones, pero es un tema "de Estado" y las propuestas tienen que consensuarse previamente en las reuniones del Pacto de Toledo y, luego, el Consejo de Ministros o los propios grupos parlamentarios llevarlas a la legislación. "Esto no puede ser una competición a ver quién sube más las pensiones".
Por ejemplo, explica una de las fuentes, los 1.800 millones anuales que cuesta la gestión de la Seguridad Social podrían financiarse vía presupuesto. Ya apuntaba algo la ministra de Empleo, Fátima Báñez, el pasado fin de semana en ABC, al señalar: "queremos continuar con la separación de fuentes de financiación".
Trabajo pretende consensuar en el Pacto de Toledo medidas como sacar los 1.800 millones anuales que cuesta gestionar la Seguridad Social para pagarlos vía Presupuestos Generales del Estado
"Ya se pagan con impuestos todos los complementos a mínimos, pero hay otras partidas que no son pensiones que podrían pagarse con el Presupuesto. Y no estoy hablando de subir impuestos, sino de pagar una serie de partidas con la actual tarta impositiva. Por ejemplo, convertir en bonificaciones, con cargo a presupuestos, las reducciones de cotización que hoy merman los ingresos del sistema; o pagar con impuestos los permisos de paternidad y maternidad, que son políticas de empleo", señalaba.
Trabajo quiere que esas recomendaciones del Pacto de Toledo estén listas antes de junio próximo y que el Consejo de Ministros empiece a trabajar sobre proyectos de ley concretos que den un futuro estable al sistema de pensiones para acabar con la actual incertidumbre.