Las preguntas sin responder que deja el brote de Covid-19 son muchas. Una de ellas es la siguiente ¿puede pasarnos algo así otra vez? La respuesta, como siempre suele ocurrir en estos casos, es complicada. No obstante, lo que sí es cierto es que determinados sectores en la ciencia ya se olían que algo como el brote de Covid-19 podía pasar.
Un estudio de la Universidad de Hong Kong publicado hace más de una década, en octubre de 2007, ya advertía de que la cultura de comer mamíferos exóticos en el sur de China sumado a la presencia de una gran cantidad de virus como el SARS-CoV en estos animales suponía "una bomba de relojería" para la aparición de nuevos coronavirus, como es el caso del SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19.
"Los coronavirus se someten a una recombinación genética, lo que puede dar lugar a nuevos genotipos y brotes. No debe ignorarse la posibilidad de que el SARS y otros nuevos virus reaparezcan en animales o laboratorios y, por consiguiente, la necesidad de estar preparados", alertaban los investigadores su trabajo, publicado en la revista 'Clinical Microbiology Reviews'.
El SARS-CoV fue el causante de la primera gran epidemia de este siglo, la conocida como SARS. Al igual que está ocurriendo a día de hoy con el Covid-19, también surgió en China a raíz de un animal, como es común con todos los coronavirus. Surgido en 2003, afectó a 8.098 personas y mató a 774, principalmente en China, con una tasa de mortalidad bruta del 10%.
Su enorme capacidad de contagio, simada a la falta de medidas de contención y el que hecho de que durante gran parte de la epidemia se permitieron los vuelo internacionales lograron que el SARS se extendiera por medio mundo de una manera muy similar al Covid-19. Sus consecuencias, no obstante, fueron menos letales.
Aguel brote es utilizado continuamente de comparativa con el actual porque el virus que lo causó también fu un coronavirus. Es decir: el coronavirus al que nos referimos continuamente es simplemente uno de los muchos que forman esta familia. Son conocidos precisamente por causar infecciones respiratorias y por tener un origen animal.
El estudio de 2007 se centraba precisamente en analizar el brote que había tenido lugar cinco años antes. Según apuntan los investigadores, el SARS-CoV saltó de los animales al hombre gracias al "gran número y variedad de civetas en jaulas hacinadas y la falta de medidas de bioseguridad en los mercados húmedos". Al mismo tiempo, aseguran que el "rápido crecimiento económico" en China dio lugar a una creciente demanda de proteínas animales, lo que aumentó la caza e ingesta de mamíferos salvajes.
Orígenes parecidos
Una vez más, se repiten las similitudes con el Covid-18. Aunque todavía se discute cuál pudo ser el animal del cual se originó, sí se sabe que surgió en un mercado de marisco en la ciudad china de Wuhan. Por el momento, el animal que más papeletas tiene es precisamente un murciélago. Se cree que uno de los coronavirus presentes en este tipo de animales -y a los cuales suelen ser inmunes- saltó a otro animal y de ahí al paciente cero de esta epidemia. No obstante, se sigue investigando.
Nuevamente, las similitudes con la aparición del virus del Covid-19 son patentes: las investigaciones hasta el momento avanzan que el virus proviene de murciélagos de herradura y, posteriormente, pasaron a otro animal (huésped intermedio), que finalmente lo ha transmitido a los humanos. Además, el foco de nacimiento es el mercado de mariscos de la ciudad china de Wuhan, según los primeros resultados científicos.
El SARS, al igual que el virus que provoca a día de hoy la enfermedad de Covid-19, forman parte de la familia de coronavirus. Es decir: el coronavirus al que nos referimos continuamente es simplemente uno de los muchos que forman esta familia. Son conocidos precisamente por causar infecciones respiratorias y por tener un origen animal.