El Gobierno italiano decidió este pasado sábado interrumpir hasta el 3 de abril todas las actividades productivas excepto las que son esenciales para los ciudadanos para intentar contener la propagación del coronavirus, que ha causado en Italia ya más de 4.800 fallecidos.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, compareció este sábado en una rueda de prensa, cuando Italia cumple un mes desde la detección del brote en el norte del país, y dijo que esta es una "decisión difícil" pero "necesaria" para "afrontar la fase más aguda" de esta pandemia, que ha hecho de Italia el país con mayor número de muertos en el mundo.
Se cierran "en todo el territorio nacional todas las actividades productivas no necesarias e indispensables para garantizar servicios esenciales (...), continuarán abiertos supermercados y negocios alimentarios de primera necesidad", señaló.
También seguirán abiertas las farmacias, parafarmacias, los servicios bancarios, postales, de aseguradoras y servicios públicos esenciales como el transporte.
4.825 fallecidos
La decisión del Gobierno de Roma se anuncia después de que este sábado Protección Civil informara de que Italia contabiliza ya 4.825 fallecidos con coronavirus, 793 más en 24 horas, y el número total de contagios es de 53.578, contando con los muertos, los enfermos actualmente y los curados.
Subrayó que todas las empresas deben fomentar el teletrabajo y que sólo continuarán trabajando los empleados que realicen actividades "relevantes para la producción nacional" en fábricas de todo el país.
"Ralentizamos el motor de Italia, pero no lo detenemos", apuntó, consciente de que las regiones más castigadas son Lombardía, Emilia Romaña y Véneto, que juntas representan el 40 % del producto interior bruto (PIB).
El primer ministro también se refirió a la polémica desatada en el país después de que algunas regiones como Véneto (norte) hayan decidido cerrar los supermercados los domingos y los días de fiesta para evitar concentraciones de gente.
Algunos en el país están en contra de esta propuesta, como el ex primer ministro y líder de la gobernante Italia Viva, Matteo Renzi, que ha dicho que sería un error porque crearía largas colas y se incrementaría el riesgo de contagios.
"No hay ninguna restricción a los días de apertura de supermercados, invito a todos a mantener la calma, no hay necesidad de acudir en masa y crear largas colas", argumentó.
Conte animó a todos los italianos a respetar "las normas, con paciencia, responsabilidad y confianza" para que el número de contagios disminuya, y reconoció que "quedarse en casa no es fácil" pero que es la única solución para proteger las vidas de todas las personas.
"Nuestro sacrificio de quedarnos en casa es mínimo comparado con el que hacen otros ciudadanos, trabajadores en hospitales, miembros de las fuerzas del orden, empleados de supermercados y servicios públicos. Hombres y mujeres que no solo van a trabajar, sino que cumplen cada día con un acto de gran responsabilidad hacia la nación", concluyó.