Sociedad

La cara B del fitness: suplementos deportivos sin control médico ni restricciones por edad

Cada vez es más común consumir estos productos, sin embargo, un uso incorrecto de ellos puede provocar efectos adversos para la salud

  • Un deportista con un batido de proteínas

El sector del fitness se encuentra en pleno auge. Cada vez son más las personas que se inscriben y asisten a gimnasios para cuidar su físico. De hecho, en 2023, el número de abonados a gimnasios creció cuatro puntos porcentuales respecto al año anterior. Es decir, el 16,5% de la población española era cliente de gimnasio y el 40% de esa clientela eran personas de entre 14 y 24 años. En 2022, los gimnasios ya contaban con 5,5 millones de usuarios y generaron más de 400.000 empleos. Estos datos, recogidos por el OBS Bussiness School, muestran que el sector del deporte y el fitness representa el 3,3% del PIB español, por encima de la media europea, situada entre 1,5% y 2%.

Este incremento se debe a varios factores, tales como el aumento de inversiones en proyectos por parte de empresas y el fin de la pandemia, que supuso un punto de inflexión. La concienciación sobre el cuidado del cuerpo y la importancia de llevar un estilo de vida saludable es una idea cada vez más extendida en la sociedad que, sin duda, también ha jugado un papel importante.

Sin embargo, el número de personas que frecuentan los gimnasios no es lo único que ha aumentado, los suplementos deportivos también son cada vez algo más común entre los deportistas. Según la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de la Región de Murcia (ADINMUR), los españoles cada vez gastan más dinero en la industria de los suplementos deportivos y cerca del 25% de la población consume estos productos de manera regular con el fin de mejorar su rendimiento físico.

La responsable de la Unidad de nutrición, genética y salud hormonal de la Clínica Cres, María del Campo, explica que "cada día" surgen "nuevos suplementos deportivos en el mercado", tales como fibras, vitaminas, batidos, energizantes o anabolizantes. Estos "prometen diversos efectos y propiedades como favorecer la pérdida de grasa, aumentar el músculo, ayudar en el rendimiento deportivo", entre otros. Sin embargo, su eficacia no es algo garantizado, puesto que depende de factores como "su uso, dosis y tipo".

Algunos de estos productos son positivos y seguros "en dosis adecuadas", pero otros son inefectivos "o incluso perjudiciales" al ser administrados "sin control por personas sin formación y sin conocimientos médicos", tal y como explica la nutricionista y directora de la Clínita Diet, Leticia López Escudero.

Los efectos de los suplementos deportivos

Entre los más comunes se encuentran "suplementos de carbohidratos que reponen el gasto producido" por la actividad física y que pueden ser empleados antes, durante y después de entrenar. También destaca la creatina, "uno de los más seguros", aunque no debe utilizarse si la persona sufre alguna "enfermedad renal crónica". Sin embargo, el "suplemento por excelencia" es la proteína, que se utiliza para mantener o aumentar la masa muscular. López asegura que "una persona adulta y sana" que realiza ejercicio a diario "no necesita" de estos suplementos, ya que puede adquirir las proteínas necesarias "fácilmente a través de los alimentos".

Gimnasio
Un grupo de personas entrenando en un gimnasioPixabay

Los alimentos no solo tienen proteínas, sino grasa y carbohidratos. Por lo tanto, si una persona aumenta la cantidad de alimentos para alcanzar estas proteínas también puede aumentar estos nutrientes, algo quizás indeseado "en función del deporte u objetivos de peso". Es en esos casos cuando se pueden utilizar los "suplementos de forma eficaz".

"Lo más importante es saber que el exceso de proteína en la dieta por encima de los límites recomendados no favorece un mayor aumento de masa muscular", detalla López Escudero. De hecho, el exceso de aminoácidos —en lo que se descomponen las proteínas— "se transforma en grasa corporal", provoca mayor deshidratación en el deportista y puede generar una "sobrecarga renal" al aumentar la urea —sustancia tóxica presente sobre todo en la orina, sudor y materias fecales—.

En ocasiones, algunas personas recurren al uso de anabolizantes esteroideos —"hormonas como la testosterona"—, ya que los resultados conseguidos a través de "la suplementación con proteínas o aminoácidos es modesto". Estas sustancias "tienen un notable efecto sobre el incremento de la masa y fuerza muscular", pero implican una serie de efectos secundarios y, por eso, "su uso está prohibido en el deporte" al considerarse dopaje. Entre alguno de los peligros que generan los esteroides, López destaca el riesgo de infarto, angina de pecho, aumento del colesterol y triglicéridos —el tipo más común de grasa en el cuerpo—, daño hepático, hipertensión y algunos tipos de cáncer como hígado y próstata.

A nivel neuroendocrino, también puede provocar "la masculinización en mujeres" y, en hombres, "hipogonadismo secundario" —los órganos sexuales producen pocas o ninguna hormona sexual— y ginecomastia —aumento de las glándulas mamarias—. Los esteroides también pueden ocasionar "pérdida de libido, agresividad, hiperactividad, episodios maníacos, ideas suicidas, y por supuesto, dependencia".

Los riesgos de no tener control médico

María del Campo explica que el uso irresponsable de los suplementos puede provocar "efectos poco deseados" como trastornos digestivos, alteraciones en la microbiota intestinal o aumento de intolerancias alimenticias. También pueden generar "efectos rebote" —recuperar el peso perdido de forma indeseada al poco de acabar una dieta—, irritabilidad, ansiedad o incluso frustración al no encontrar el efecto deseado. Por ello, todos los suplementos "siempre" deben de ser pautados por expertos en rendimiento y nutrición deportiva que tengan en cuenta "el contexto clínico de cada paciente". Así, la persona podrá saber "de forma precisa y personalizada" su correcto uso y suplementación.

Leticia López sostiene que es esencial "considerar las necesidades individuales" porque "cada persona tiene diferentes requerimientos nutricionales". Además, recomienda "elegir marcas de confianza", con calidad verificada, e "informarse adecuadamente sobre los suplementos" para evitar consumir "productos ineficaces o incluso peligrosos". Todo ello sin olvidarse de lo "más importante", consultar a un profesional: "La falta de orientación de un nutricionista o médico puede llevar a decisiones equivocadas".

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