Sociedad

Letizia Ortiz se sincera: piensa que sus peores enemigos son la prensa e Iñaki Urdangarin

El periodista Albert Castillón ha retratado, en la revista GRAZIA, a la Letizia más cercana. Reconoce tener 'el enemigo en casa' y le pesa más haber abandonado su profesión como periodista que las críticas constantes a su aspecto físico o su estado de salud.

La Princesa de Asturias, Letizia Ortiz, se ha sincerado con el periodista de investigación Albert Castillón para la revista GRAZIA. En una entrevista exclusiva y sorprendente, Letizia habría llegado a afirmar que tiene al ‘enemigo en casa’: “Letizia piensa que sus peores enemigos son algunos de sus antiguos compañeros de profesión e Iñaki Urdangarin", afirma Castillón.

Y es que Diego Torres tendría en su poder un mail inédito, enviado al secretario de las infantas Carlos García Revenga, en el que el duque de Palma se mofaría expresamente de Letizia. "Iñaki Urdangarin ha llegado a manifestar a su círculo más íntimo que Doña Letizia está detrás de algunas filtraciones a la prensa acerca de sus actividades en el Instituto Nóos. Todo es falso. La mala relación entre Urdangarin y Letizia va más allá", asegura el periodista.

En un momento de la charla distendida tras una entrega de premios, Carmen Lomana le advirtió: "Sería mejor que no se dejase fotografiar junto a Iñaki Urdangarin, eso la contamina". A lo que la Princesa, silenciosa pero displicente, respondió asintiendo con el gesto.

Doña Letizia ha demostrado siempre una gran profesionalidad al compaginar el papel de Princesa de Asturias -con la apretada agenda que implica- y el papel de madre y esposa.  Sin embargo, su condición de figura pública siempre ha generado comentarios y críticas. "En contra de lo que se piensa públicamente, les aseguro que no le importa lo más mínimo que se critique su delgadez o que especulen con su falsa anorexia", explica Castillón en el reportaje.

El periodista Albert Castillón ha plasmado a la Letizia más cercana, que incluso confiesa echar de menos sus días como periodista. “Letizia Ortiz sintió haber perdido su reconocimiento [profesional] por parte de la mayoría de sus compañeros cuando se convirtió en Princesa de Asturias. Es lo que más le duele, después de haber abandonado una profesión que aún ama y que añora profundamente".

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