Puede que muchos no lo sepan, o no lo recuerden, pero la prisión provincial de Segovia fue una cárcel para mujeres. Aquello ocurrió de 1946 a 1956, fechas entre las que llegó a albergar el mayor número de presas políticas del franquismo. Ahora, este espacio ha cambiado totalmente de naturaleza y es un centro cultural. Pero cada año, durante unos días, vuelve a ser un espacio para mujeres, aunque con un tono totalmente opuesto al uso que tuvo hace décadas, con la celebración del encuentro ‘Mujeres que transforman el mundo’.
El encuentro 'Mujeres que transforman el mundo' está organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Segovia y recibe cada año a activistas, abogadas, políticas, docentes, artistas y periodistas, con el único propósito de “mostrar la realidad de la mujer en distintas partes del mundo y desde ámbitos diferentes”. La edición de este año tendrá lugar entre los días 14 y 23 de marzo.
En la edición de este año, ya la cuarta, visitarán Segovia Malalai Joya, Jenni Williams, Magodonga Mahlangu, Eufrosina Cruz, Manjula Pradeep, sor Lucía Caram y Ada Colau. Del otro lado estarán Pilar Requena, Rosa María Calaf, Mara Torres, Mayte Pascual, Elsa González y Alicia Gómez Montano, las entrevistadoras que tratarán de mostrar al público lo mejor de estas mujeres que transforman el mundo.
Además de estos diálogos conducidos por profesionales destacadas del mundo del periodismo, el ciclo incluye un componente creador que completan una exposición fotográfica, teatro, danza, música y cine.
Sensibilizar e inspirar
La creadora de este encuentro es Clara Luquero, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Segovia. Según cuenta a Vozpópuli, la idea surgió en 2011, coincidiendo con la transformación de la prisión en el centro cultural que es hoy en día. “Es como si simbólicamente unas mujeres tomaran el relevo de otras. La diferencia es que éstas conversan en libertad frente al público”. Este relevo fue representado en la primera edición, cuando Vicenta Camacho, una de las presas políticas de la cárcel de Segovia, entregó una rosa a la primera mujer que habló en estas charlas.
El objetivo de estas jornadas es hacer visibles los “problemas tan graves que sufrimos las mujeres en otras partes del mundo”. “Hay que tener la valentía de ponerle voz y escuharlo”, destaca Luquero.
En cuanto a las reacciones que despierta el encuentro, “la respuesta no puede ser más positiva desde la primera edición”. “El público sale de las conversaciones motivadísimo”, señala la edil, que destaca la capacidad de “contribuir a sensibilizar” y “contagiar de ese espíritu positivo” que desprenden las ponentes. “Estas mujeres son una inspiración para todos”.
A nivel organizativo, reconoce los problemas para contactar con algunos países por la dificultad de las comunicaciones en países menos desarrollados. En el caso de algunas invitadas, su situación también complica los contactos. Luquero pone como ejemplo a la exparlamentaria afgana Malalai Joya, cuya situación es especialmente comprometida, ya que vive en la clandestinidad tras haber recibido numerosas amenazas por denunciar la corrupción en su país y a los señores de la guerra, que ocupan escaños en el Parlamento. “Tenemos que contactar con ella a través de un comité de seguridad que nos dice cuándo podemos llamarla”, narra.
Una mirada a Afganistán
“El núcleo de las jornadas son las conversaciones con periodistas”, expone Clara Luquero. En este aspecto, algunas de las entrevistadoras ya son asiduas. Es el caso de Rosa María Calaf, presente en todas las ediciones que se han celebrado, o de Pilar Requena, que sólo se ha perdido una edición.
Requena, con quien hemos vivido acontecimientos como la unificación de Alemania o el accidente del YAK42, abre el programa de este año en compañía de Malalai Joya. Según ha adelantado a Vozpópuli, su entrevista se centrará en la “parte más personal” de esta política afgana, como las amenazas que ha recibido o su vida en la clandestinidad tras abandonar el Parlamento.
No es la primera vez que Requena entrevista a Joya, con quien mantiene contacto en la medida que las condiciones lo permiten. La define como una mujer “muy cariñosa” pero a la vez la ve “muy desamparada” por su situación, aunque lo que más destaca de su personalidad es que es “una mujer muy valiente” por “enfrentarse a los señores de la guerra”. “A veces es un poco radical”, reconoce.
“Malalai es un ejemplo, aunque hay otras mujeres en el Parlamento”, y también fuera de la política, que “siguen luchando por los derechos de la mujer”, aunque sea dando clase a niñas en sus casas o en escuelas clandestinas. “Esas mujeres están apoyadas por hombres, no pensemos que en Afganistán todos los hombres son iguales”, remarca. “Las vigilan, las protegen y luchan por ellas”.
"Cada vez hay más niñas y mujeres que ven la educación como una posibilidad"
Aunque Afganistán es un país que lleva en conflicto desde los años 70 y aún no está estabilizado políticamente, Requena reconoce “se han hecho avances”: hay más de dos millones de niñas escolarizadas y las mujeres pueden estudiar en universidades mixtas. “Cada vez hay más niñas y mujeres que ven la educación como una posibilidad. Aunque ellas no puedan, van a luchar para que sus hijas lo consigan”. Sin embargo, estos cambios aún no han llegado al medio rural, donde continúan existiendo los crímenes de honor, las mujeres se utilizan como moneda de cambio o siguen siendo habituales los matrimonios forzosos.
De su participación en 'Mujeres que transforman el mundo', Requena destaca sobre todo la “posibilidad de entrevistar a mujeres que de otra manera no hubiera conocido”. También le gusta el ambiente que se vive en estos encuentros, por eso intenta quedarse en Segovia al menos dos de las jornadas programadas, y confiesa que aprovecha estos días como un lugar reencuentro.
Sor Lucía Caram, una mujer en la Iglesia
Una de las mujeres escogidas para esta edición es Sor Lucía Caram, monja dominica nacida en Argentina pero que vive en un convento de clausura de Manresa. La clausura no implica desconexión respecto al mundo exterior: esta monja “inquieta e inquietante”, como se define en su perfil de Twitter (donde ya tiene más de 30.000 seguidores), dirige un programa en Radio 4, ha puesto en marcha un banco de alimentos, promueve un proyecto de salud mental y ha llevado a cabo otras muchas obras sociales. Aunque sor Lucía Caram ha sido entrevistada en multitud de medios de comunicación, es la primera vez que responderá a las preguntas de Elsa González, de la Cadena COPE.
Admite que fue una “sorpresa” cuando recibió la llamada para participar hace varios meses. “Dije que sí por un tema de conciencia”, explica con la simpatía que la caracteriza. “La verdad es que es un reto bastante interesante por las ponentes que hay y por el hecho de pensar en alto y tener un discurso más comprometido”. Se trata de “una invitación más a reflexionar sobre mujeres que están trabajando, que se les dé nombre, porque de hecho las grandes causas están movidas por mujeres pero no siempre se reconocen y tienen el suficiente protagonismo”.
"Las grandes causas están movidas por mujeres pero no siempre se reconocen y tienen el suficiente protagonismo"
Sobre el mensaje de la Iglesia, critica que “el Evangelio se ha convertido en una doctrina, una ideología, se ha utilizado para controlar conciencias, para dominar” y que lo que hay que hacer es “poner en el centro al más pobre”. Que se empiecen a escuchar voces más conciliadoras, como la suya, le parece “una oportunidad” propiciada por el cambio que ha traído su compatriota Francisco desde su llegada al Vaticano.
“La Iglesia española ha estado mucho tiempo fuera de la sociedad y por eso desconecta de las preocupaciones y de la realidad de la gente y había un discurso demasiado dogmático y demasiado doctrinal”. Caram tiene la esperanza de “que haya un cambio” y se deje de lado ese adoctrinamiento. “Soy muy optimista respecto al cambio pero creo que en los últimos años hemos padecido una gran distancia con los problemas reales de la gente”. “Yo creo que la era Rouco Varela está amortizada”, declara, y espera que “los aires nuevos que se respiran desde Roma lleguen también a España”.
Como mujer dentro de una institución dominada por hombres, cree que “la Iglesia es una institución muy patriarcal, que ha tenido órganos de decisión masculinos”, por lo que “el gran reto es poner a la mujer en el centro de la Iglesia, y así como es la que ha mantenido la Iglesia porque es la que ha estado en el servicio y en el compromiso con la gente, se pueda sentir dentro de los órganos de decisión y marcar el camino no con una voz tan masculina y tan patriarcal, sino que las mujeres puedan tener acceso a la mesa de las grandes decisiones dentro de la Iglesia en cuanto a temas de doctrina, de nombramientos de obispos, de elección de un Papa… y en cuanto a la aplicación de la doctrina de la Iglesia a la casuística y a la situación que tiene la gente”.
“La sociedad es masculina y femenina y la Iglesia, si bien es cierto que siempre ha funcionado con la mano de obra de las mujeres, se les ha dado muy poca voz y se les ha quitado el protagonismo que les dio Jesús en el Nuevo Testamento”, reflexiona.
Mujeres contra el régimen de Mugabe
Para Rosa María Calaf lo más relevante de este evento es que da voz a “mujeres a las que verdaderamente hay que escuchar y ayudar”. Calaf, que el año pasado entrevistó a la Premio Nobel iraní Shirin Ebadi, aceptó mantener un encuentro a tres con las activistas de Zimbawe Jenni Williams y Magodonga Mahlangu, aunque finalmente y por problemas de agenda será Mara Torres la conductora de esa sesión. Aunque de distinta raza, Williams y Mahlangu luchan por los derechos que el régimen de Mugabe ha arrebatado al país, en una defensa que las ha llevado a la prisión en numerosas ocasiones en una dictadura en la que “simplemente decir que no estás de acuerdo supone encarcelamiento”, relata la periodista a Vozpópuli.
Calaf adelanta que la entrevista tratará de “resaltar lo que han hecho” estas dos mujeres; “que nos lo cuenten de viva voz”. También pretende ser una denuncia contra la “hipocresía occidental” respecto al régimen de Robert Mugabe. En este sentido, considera que “debemos influir en nuestros gobiernos” para que no se toleren los abusos de dictaduras a las que se encuentran sometidos países como Zimbawe.
Rosa María Calaf se encuentra muy unida a Segovia y a ‘Mujeres que transforman el mundo’. Fue embajadora de la candidatura de la ciudad castellanoleonesa como capital cultural y para ella siempre es "un honor y un placer" poder regresar para participar en un encuentro que “encaja con lo que he intentado durante toda mi carrera”, que no es otra cosa que llamar la atención sobre todas esas personas que luchar por cambiar el mundo.
En cuanto a las periodistas que hilan estos encuentros con 'Mujeres que transforman el mundo', “todas las que participamos tratamos de ser muy honestas; nadie quiere ponerse medallas ni salir en la foto”.