- Señala que las últimas elecciones generales españolas tuvieron un coste de 136 millones de euros y que digitalizar unas elecciones generales permitiría al Estado un ahorro de recursos con un modelo que ya ha sido implementado en países europeos como Estonia o Suiza
El sector del voto digital ha crecido exponencialmente a lo largo de la última década. Cada vez existen más iniciativas de esta índole, con un consenso generalizado de que es posible digitalizar unas elecciones generales.
A las puertas de los comicios municipales y autonómicos de este domingo, 28 de mayo, el sector de las votaciones digitales reclama más voluntad política para poder avanzar legislativamente hacia la implementación de un modelo electoral digitalizado.
La tecnología de voto digital ya existe, y según los expertos del sector la infraestructura tecnológica está preparada para organizar y desarrollar este tipo de votaciones electrónicas masivas. Al mismo tiempo, los expertos advierten que es también fundamental que se desarrolle una labor de divulgación y aproximación de estas tecnologías para acercar estas herramientas de voto a la ciudadanía con diferentes tipos de consultas y procesos.
Hasta la fecha, se han organizado simulacros de voto en el que han participado entidades privadas y la administración pública, con censos de centenares de miles de votantes y con un alto índice de participación. El sector ha evolucionado favorablemente y las iniciativas cada vez son más consistentes.
Sin embargo, el marco legislativo español todavía no está preparado para evolucionar y adaptarse a la democracia digital, según explica el Doctor en Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Rubio.
“El marco legal español no permite la digitalización de las elecciones generales. Para implementar este modelo en el marco legal español sería necesaria una reforma total y absoluta. El voto electrónico aporta un gran valor añadido en el voto en el extranjero, pero en la última reforma legal se decidió que el sistema siga siendo en papel", indicó.
Vocdoni es un proyecto que nació en 2018 de la mano de un grupo de emprendedores y expertos en criptografía y tecnologías descentralizadas, que han conseguido desarrollar un protocolo de voto digital avanzado mediante el uso de tecnología blockchain
En España existen iniciativas como Vocdoni, un proyecto que nació en 2018 de la mano de un grupo de emprendedores y expertos en criptografía y tecnologías descentralizadas, que han conseguido desarrollar un protocolo de voto digital avanzado mediante el uso de tecnología blockchain.
Vocdoni ha organizado proyectos como el ’14Fruites’, una prueba piloto digital en formato encuesta, en paralelo a las elecciones en el Parlamento de Cataluña del 14-F. Aquella acción se convirtió en la primera prueba de voto digital realizada íntegramente con tecnologías descentralizadas en España.
Organizar unos comicios en España reportaría múltiples beneficios para el votante y para el Estado, según el Growth Manager de Vocdoni, Ferran Pallàs. “Digitalizar unas elecciones sería interesante para el Estado, porque supondría una reducción de múltiples costes. Para el ciudadano supone comodidad, pudiendo votar incluso desde el extranjero y con un recuento instantáneo gracias al uso de una única urna virtual", manifestó.
En 2022, Vocdoni desarrolló la primera votación completamente digital con tecnología blockchain organizada por un organismo público en el Estado español, en una consulta que organizó el Ayuntamiento de Bellpuig, Lleida.
España, a las antípodas de países como Estonia o Suiza
La organización de las últimas elecciones generales en España supuso un coste aproximado de 136 millones de euros según el Ministerio de Interior. Sin embargo, el desarrollo de unas elecciones 100% digitales permitiría al Estado un ahorro considerable de recursos. Prueba de ello es que un voto convencional tiene un coste de 3,5 euros por votante, mientras que un voto electrónico tendría un coste de cinco céntimos por voto, así como el ahorro de papel y otros recursos logísticos (urnas, mesas, listados, censos, seguridad, etc.).
Un voto convencional tiene un coste de 3,5 euros por votante, mientras que un voto electrónico tendría un coste de cinco céntimos por voto
Según Marta Sancho, Project Manager de Vocdoni, el sector está preparado para hacer frente a unas elecciones digitales, pero todavía falta predisposición política para equiparar el modelo español a países como Estonia, donde en 2023 se ha conseguido por primera vez que más ciudadanos voten por internet que físicamente. “Sería interesante que el Estado implementase ciertas políticas para empezar a allanar el camino hacia el voto digital, para probar y educar a la población en este tipo de votaciones. El caso de Estonia puede servirnos de referente, donde empezaron a votar digitalmente en 2007”. “Tenemos un largo recorrido que hacer para que las elecciones digitales sean un éxito”, añadió Sancho.