Ni Florentino Pérez, ni Blas Herrero, ni Atresmedia, ni Mediaset han aportado nada nuevo a la TDT. Las televisiones exigieron al Gobierno nuevas licencias y, una vez que se las concedió, las han utilizado para emitir espacios enlatados y programas de ficción que ya se habían estrenado en sus principales cadenas. O, peor, para subarrendárselas a grupos extranjeros. El único proyecto que promete algo diferente es el de Secuoya, aunque de momento en su parrilla predominan los programas importados.

El dueño de Kiss FM ha llegado a un acuerdo con la multinacional Discovery para que se encargue de los contenidos de toda su parrilla de programación, de la misma forma que hace con uno de los dos permisos de emisión de Unidad Editorial. Algunas de las empresas del sector se plantean tomar medidas legales contra esta decisión, al considerar que vulnera la Ley Audiovisual y los pliegos del concurso.

La multinacional estadounidense ha mantenido conversaciones con varias empresas durante las últimas semanas para tratar de incrementar su presencia en la televisión en abierto. Con Mediaset, pretende llegar a un acuerdo para establecer un canal temático en la frecuencia que concedió el Gobierno el pasado octubre. La operación está condicionada por las restricciones que establece la legislación española para las 'major' estadounideneses.

El Grupo Secuoya ultima la compra de las dos licencias de TDT que actualmente explotan los dueños del diario 'El Mundo' a través de VeoTV. Su intención es que sea la compañía estadounidense Discovery la que dote de contenido a estos nuevos canales, al igual que hace actualmente con una de las cadenas de Unidad Editorial. La empresa española ha recibido recientemente otro permiso de emisión, que dedicará al canal de entretenimiento familiar D10.

Lo hace en Discovery Max, el canal donde “naturalmente” tenía que estar porque le ofrecen “mucha pasta” y un “contrato cómodo” donde hacer lo que le de la gana. Eso sí, con un lavado de vocabulario para que los niños puedan ver su programa. Veremos.